
El reversible del Eje 6 Sur, además de que ha provocado accidentes fatales, está mal planeado, no cuenta con señalizaciones, pone en riesgo a peatones, ciclistas y automovilistas, y el mobiliario que se colocó para hacer un supuesto camellón ya desapareció, está roto o a punto de desprenderse.
A decir de vecinos, conductores, trabajadores de la Central de Abastos y comerciantes, convertir la vialidad en reversible fue una mala decisión de las autoridades capitalinas, y como ejemplo mencionan el choque en el que perdieron la vida dos menores el jueves pasado y un par más que han cobrado la vida de personas.
Crónica recorrió durante toda una semana el reversible, principalmente en el tramo que va de Río Churubusco a Rojo Gómez, y confirmó que es peligroso para todo aquel que transite por ahí, sea peatón o automovilista.
Y es que no cuenta con señalizaciones, el supuesto camellón peatonal que fue construido con material similar al policloruro de vinilo (PVC) no es seguro y ni siquiera es respetado por automovilistas y peatones.
Por el camellón, de no más de metro y medio de ancho, se cruzan los vehículos a cualquier hora del día, ya que algunos de los tubos que instalaron para separar los sentidos, además de ser flexibles, ya desaparecieron, y permiten que los automovilistas crucen por ahí, poniendo en riesgo la seguridad de los peatones.
El reversible es un sistema que funciona de 06:00 a las 9:30 horas de lunes a viernes; comenzó a operar desde el 2016, pero fue hasta hace unos meses que el Gobierno de la Ciudad de México colocó cientos de separadores —con la forma de tubos de PVC— para dividir los carriles de la arteria, una de las principales salidas de la capital con dirección al Estado de México y Puebla.
Por ejemplo, en cuanto los trabajadores observaron la presencia del medio, se quejaron de las condiciones de la vialidad, la cual es prácticamente imposible cruzar por abajo, ya que no existen las condiciones idóneas para hacerlo.
“¿Cuándo van a poner un semáforo?”, reclamó Patricia López Gómez. La mujer aseguró que desde hace 30 años trabaja en la Central de Abasto y, desde ese entonces, ese tramo del Eje 6 Sur ya era un peligro para los transeúntes y automovilistas.
La mujer reiteró en repetidas ocasiones que cruzar la avenida por el puente peatonal es imposible para los trabajadores que llevan carritos o bicicletas, ya que el peso hace que sea sumamente difícil siquiera intentarlo.
Las autoridades, dijo, no han pensado que quienes cruzan ese tramo son principalmente trabajadores de la Central de Abasto que llevan mercancías y alimentos y que necesitan tener facilidad de movilidad en la zona.
“¿Esa señora [que llevaba un carrito de tamales] se va a cruzar el puente? La gente grande, la gente que trae diablos, la gente que trae niños con carreola... ¿Cómo se suben al puente?”, refutó.
—¿Sabrá si ya pidieron un semáforo aquí? —se le preguntó.
—Ya lo han pedido, pero no lo han puesto.
—Este tope que pusieron aquí, ¿es nuevo? —se le insistió.
—Sí, pero no sirve. Es nada más una rampita, no un tope que te tengas que parar para brincarlo.
La comerciante mostró un tope instalado justo en una pequeña calle que da directamente con la Central.
Pese a que el obstáculo es pequeño, obliga a los automóviles a detener su camino.
“Aquí [en el lugar del choque] eso no va a pasar y va a seguir habiendo tantos accidentes. Ésta es una entrada principal a la Central de Abastos, donde mucha gente entra”, explicó.
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