
El único que realmente aceptó el término “generación de la onda”, que acuñó Margo Glantz para referirse a un grupo de escritores, fue Parménides García Saldaña (1944-1982). Él aceptó ser “ondero”, declaró Yolanda de la Torre, durante el homenaje al escritor veracruzano, pilar de la “Literatura de la Onda”, que se realizó la noche del jueves en el Foro Esther Seligson del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
“La onda no era simplemente un acto escritural, era vivencial. Era hacer, beber, bajar, vivir y todo lo demás que hizo Parménides”, agregó la escritora, poeta y periodista.
García Saldaña nació en Veracruz, en 1944 y murió en 1982 en la Ciudad de México. Fue autor de las obras Pasto Verde, El rey criollo, En la ruta de la onda y En algún lugar del rock, entre otras.
De la Torre señaló que el amor-odio y la soledad de su literatura se debían sin duda a una depresión clínica que no supieron reconocer y tratar en su momento, por lo que más allá de celebrar la locura de este autor, se debe celebrar que la locura lo impulsó a escribir.
“Solemos olvidar que ese hombre loco, en medio de su reventón, paraba y se sentaba a escribir. Crudo, loco, mariguano, empastillado, como estuviera, ese hombre se sentaba a escribir y creaba imitando a Joyce”, añadió.
En el evento también participaron el escritor y artista plástico José Agustín Ramírez Bermúdez y Agustín Jiménez, poeta, narrador y periodista, quienes ahondaron en aspectos del contexto literario.
“Parménides, José Agustín, Gerardo de la Torre y algunos más respondían en ese contexto a una manera casi natural de escribir literatura que venía filtrado por el rock y la seducción del poder. Hay que entender eso para ver los caprichos, desmadres o pedantería de este grupo de escritores”, aportó Agustín Jiménez.
Por su parte, Agustín Ramírez dijo que con sus libros, Saldaña ganó su creatividad, mientras que “en su vida personal ganó su autodestrucción.”
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