
Los habitantes de Santiago Comaltepec, Oaxaca, se negaron a ser un municipio de la esperanza y no reinició sus actividades el 18 de mayo pasado como lo señaló el plan del Gobierno federal, ya que la consigna de esta comunidad anclada en la Sierra Norte de Oaxaca es: salud comunitaria y cuidado mutuo.
Alicia Barabas, investigadora del Centro INAH Oaxaca, compartió durante la conferencia El futuro de la antropología después del COVID-19 el caso del pueblo chinanteco: Santiago Comaltepec ante el COVID-19, en donde viven cerca de mil 500 personas.
“Decidieron el blindaje en una asamblea extraordinaria que realizaron porque sabiendo que ellos, así como la mayor parte de municipios, no cuentan con un sistema de salud local ni regional, apostaron en el mes de marzo evitar todo contagio cancelando el acceso de extraños y migrantes a la comunidad y poniendo filtros sanitarios en los accesos viales y en las veredas por el monte”, narró la investigadora.
Los accesos del municipio fueron vigilados por topiles y en los filtros revisaron a los pobladores que salían por actividades esenciales, mismas que debían detallar minuciosamente. Además, les tomaron la temperatura y les entregaron gel antibacterial que ellos mismos preparan.
“Para prepararse ante el aislamiento, la asamblea y el cabildo decidieron comprar toneladas de maíz y frijol para abastecer a cada familia, pero se ayuda esencialmente a los ancianos y a las mujeres solas con hijos. También colocaron tinajas de agua limpia con jabón en diversos puntos del pueblo”, comentó.
En Santiago Comaltepec se discutió en asamblea qué era el coronavirus, agregó Alicia Barabas.
“Sólo tenían la información general que nos proporcionan a todos los mexicanos y decidieron que no era una enfermedad enviada por el dueño del cerro debido a alguna transgresión cometida por miembros de la comunidad, ni tampoco era una enfermedad de daño enviada por un brujo porque en ese caso habría personas de la comunidad ya enfermas”, dijo.
La investigadora narró que los habitantes concluyeron que se trataba de una enfermedad del exterior, de las ciudades, y que la estrategia más adecuada para enfrentarla era el confinamiento comunitario y voluntario hasta que pasara el peligro.
“Se negaron a ser municipios de la esperanza y reabrir la frontera el 18 de mayo porque vieron que estaban en la misma situación vulnerable que antes. La Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca integrada por 26 municipios que incluye a Comaltepec extendió un comunicado en el que dice que seguirán en confinamiento comunitario sin fecha de apertura y que su consigna: es salud comunitario y cuidado mutuo dentro de la comunidad”, expresó.
Copyright © 2020 La Crónica de Hoy .