
Semanas después de que el asesinato del joven homosexual Samuel Luiz sacudiera a España, la firma Mars Inc. retiró este viernes un comercial para su barrita de chocolate ultraprocesada Snickers después de que le llovieran críticas por homofobia.
El comercial muestra al influencer Aless Gibaja pidiendo un “sexy jugo de naranja” –repasa el mesero— y el hombre, que viste playera rosa y lentes rosas subidos en la frente, agrega: “con abracitos, besitos y caricias around the world”. El mesero decide cambiar su orden por un Snickers, ante lo que Gibaja se transforma en un hombre barbón de voz grave.
La compañía anunció el retiro del comercial con un comunicado en que asegura que no tenían “intención de estigmatizar u ofender a ninguna persona o grupo” y que “en esta campaña en específico la idea era mostrar de una forma desenfadada y amigable que el hambre puede cambiar tu estado de ánimo”.
“De nuevo, lamentamos cualquier confusión y, para evitar difundir un mensaje que puede ser malinterpretado, procederemos inmediatamente a retirar la campaña”, sentenció Snickers, en un mensaje en el que en ningún momento acepta su culpa por lanzar un comercial homofóbico y no ofrece disculpas de manera clara ni directa.
Las acusaciones contra Snickers arreciaron en las redes sociales, y el escándalo fue creciendo hasta que se pronunció el propio gobierno español. La secretaria de Igualdad, Irene Montero, afirmó en Twitter: “Me pregunto a quién le puede parecer una buena idea usar la homofobia como estrategia comercial”.
“Nuestra sociedad es diversa y tolerante. Ojalá aprendan a serlo también quienes tienen el poder para tomar las decisiones sobre lo que vemos y oímos en anuncios y programas de TV”, agregó Montero.
También la Federación Estatal de LGBT tuiteó que: “Es vergonzoso y lamentable que a estas alturas haya empresas que sigan perpetuando estereotipos y promoviendo la homofobia y la plumofobia”.
Esto último se refiere a la “pluma”, o a “tener pluma”, cómo en España se suele llamar a las formas de actuar y hablar consideradas amaneradas y características de algunas personas homosexuales.
Por su parte, Gibaja, quien se prestó voluntariamente a participar en el comercial y hay que asumir que cobró por ello, respondió al escándalo en su cuenta de Instagram disculpándose “un millón de veces si alguien se sintió ofendido”.
“Bebés, estoy en shock por todo lo que está pasando. No había dicho nada hasta ahora porque no tenía la fuerza para hacerlo tras ver tantos mensajes atacándome”, alegó.
“Quiero dejar claro que nunca le haría daño a nadie. Mi bandera siempre ha sido, y seguirá siendo, el respeto, la igualdad y la tolerancia”, sentenció el influencer.
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