Cultura

Toulouse-Lautrec y su crónica pictórica de la Bella Época parisina llegan a México

La exposición, conformada por 124 obras, ofrece la visión de Henri sobre el ambiente festivo y artístico ◗ También es un encuentro con su fascinación por las mujeres y el arte japonés

Exposición de arte en un museo
Exposición de arte en un museo Exposición de arte en un museo (La Crónica de Hoy)

La vida nocturna parisina del siglo XIX vista desde los ojos de Henri Toulouse-Lautrec (Francia, 1864-1901), así como su fascinación por las mujeres y el arte japonés, podrá apreciarse a partir de hoy en el Museo del Palacio de Bellas Artes donde se exhibe El París de Toulouse-Lautrec. Impresos y carteles del MoMA, muestra que reúnen 124 piezas entre dibujos, fotografías, litografías y filmes que el artista francés realizó.

La muestra que en meses anteriores se exhibió en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) –recinto en donde actualmente se resguarda parte del acervo del creador francés–, llega al país después de 72 años de que las obras de Toulouse-Lautrec no se exhibían en México.

“Observador incansable, Toulouse-Lautrec realizó en su obra gráfica, la crónica de París de la Bella Época y de sus placeres, con un lenguaje plástico original y expresivo. Ilustró ampliamente la efervescencia festiva de los salones de baile y los cafés, y también momentos íntimos de los personajes marginados del barrio de Montmartre, con quienes el artista se sentía identificado”, señaló María Cristina García Cepeda, directora general del INBA.

Dividida en seis ejes temáticos, la exposición reúne los carteles más famosos de Toulouse-Lautrec, hechos durante los años álgidos de su trayectoria artística, como es el caso del cartel Moulin Rouge: La Goulue (1891), el cual se exhibe por primera vez ya que es una reciente adquisición del MoMA.

Christian Rattemeyer, curador asociado en el departamento de dibujos y grabados del MoMA, explicó que la mayoría de las obras expuestas llegaron al museo neoyorkino por una donación en 1940 y ahora los mexicanos conocerán los lugares parisinos donde Toulouse-Lautrec aprendió el oficio de impresor, las visitas nocturnas que hacía a bares y teatros, así como los rostros de bohemios, artistas y prostitutas del barrio Montmartre que eternizó en sus litografías.

“Pocas veces uno se encuentra con momentos en la historia tan icónicos como la Belle Époque en París, creo que el mejor representante y más importante de ese tiempo es Toulouse-Lautrec. Verán representados a sus amigos, los círculos creativos que él frecuentaba y otro tipo de trabajo como las portadas que elaboró para algunas revistas de críticas literarias”, comentó.

Todas las obras que están en la exposición, añade Rattemeyer,  son litografías que en el siglo XIX representaron un medio moderno e innovador que impulsó Toulouse-Lautrec. “Abrazó esta técnica con mucha naturalidad, supo convertir su arte en diversos medios de impresión a través de la litografía”.

Además, dijo que todos los personajes representados en los carteles, fueron amigos, amantes o colegas del artista, por ello, la forma en que están plasmados transmiten humor, sinceridad e intimidad.

“Quiero resaltar dos aspectos del trabajo de Toulouse-Lautrec, uno de ello es la igualdad. Todo su trabajo es muy parejo, uniforme, es decir, pueden ver que distribuye y da igual importancia al trabajo de impresos y carteles, uno puede encontrar una gran cantidad de impresos, hacer algún portafolio de colección y también distintos carteles”, señaló Christian Rattemeyer.

Por otro lado, añadió el curador, en el trabajo del artista no existe una división real entre lo que puede considerarse una obra artística, arte fino y arte popular.

Otro aspecto que destacó Rattemeyer fue la técnica que Toulouse-Lautrec implementó. “Muchos lo asocian casi todo el tiempo con París, pero era una persona que le gustaba viajar mucho y uno de los lugares a los que le hubiera gustado ir, es Japón y eso lo plasmó en su obra, por ejemplo, estaba fascinado con los grabados en bloque de madera del siglo XVIII”.

En varias imágenes usó paletas de colores secundarios, diagonales aglutinadas, espacios aplanados y líneas simples características del ukiyo-e, así como su firma realizada con estilo japonés. Mademoiselle Marcelle Lender de pie (1895), Jane Avril (1899) y Divan Japonais (1893), añadió el curador.

Por último Rattemeyer, precisó que la figura femenina en la obra de Toulouse-Lautrec fue vital. “Él sentía una fascinación intensa y profunda por las mujeres, entonces muchas de las mujeres que retrató son con quienes recurría ir a los cafés y otros establecimientos de la ciudad”.

El París de Toulouse-Lautrec. Impresos y carteles del MoMA estará abierta hasta el 27 de noviembre en las salas Justino Fernández y Paul Westheim del Museo del Palacio de Bellas Artes, de martes a domingo de las 10:00 a las 18:00 horas.

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