Lo confieso: me encuentro en un estado psicológico que, como dice Michael Ignatieff, “nos hace razonar mal”. Ya saben: la demolición en bola del poder judicial de México y el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, inyectan una incertidumbre, desazón y desconcierto cuyo status no recuerdo, sino en 1994, con el asesinato de Colosio. No sé ustedes, estimados lectores, por eso por una vez, prefiero ceder la palabra a tres pensadores de nuestro tiempo y construir una respuesta: ¿por qué un sujeto mendaz, responsable de decenas de delitos, de maldad declarada y que llega con agenda antidemocrática explícita, sin embargo, gana la elección democrática en el país más importante del mundo? Ofrezco aquí, ciertos insumos —a veces en acuerdo, a veces contradictorios— para una respuesta racional. Juzguen ustedes.
¿Por qué los estadounidenses votaron a Trump? Dice el canadiense, historiador, pensador Michael Ignatieff “Estoy asombrado… me sorprendió el carácter de maremoto… Creo que lo eligieron porque él los escucha y los demócratas no. Lo que les importa es que les escuchen, no aprobarlo todo de él. Hay dos Américas… La América de la Costa Este y la Costa Oeste… hombres y mujeres, blancos y negros, homosexuales, heterosexuales, que viven en distritos urbanos y se han beneficiado de la revolución en la educación superior estadounidense… pero Harris perdió decisivamente ante un segundo Estados Unidos —y éste es el shock— no comparte el sueño, no se ha beneficiado de la educación superior. La educación superior estadounidense pasó del 7% de la población en 1960 al 37% en 2022, y eso ha sido revolucionario. Pero olvidamos que el 60 por ciento del país no tiene educación universitaria. Y todos los estudios muestran que han sido maltratados por el cambio tecnológico, por la inflación, por la epidemia del fentanilo, por la desindustrialización… estadounidenses que no han compartido ni se han beneficiado de las transformaciones revolucionarias de su sociedad desde 1960” (ver https://bit.ly/3Onqkmx).
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Para Adam Przeworski, probablemente el más importante politólogo del planeta, la cosa es más desconcertante: “Toda mi vida pensé que uno no debe pensar que la gente está equivocada. Lo que pasó en esta elección me hace dudar”… hay algo misterioso: la gente está insatisfecha con las condiciones económicas, pero votó por alguien que va a empeorar su situación”… “el 50 por ciento de los votantes lo votó: no lo entiendo. Tengo que admitir varios sesgos: sí, soy profesor de la universidad, vivo en Nueva York y no entiendo cómo la gente puede votar a alguien como Trump. No lo entiendo” (véase https://bit.ly/48LTepq).
Acemoglu (premio nobel de economía este mismo año) la cosa se descifra así: “una serie de errores de las élites intelectuales y los líderes del Partido Demócrata como defender posiciones “conscientes” extremas, como la apertura de fronteras, la desfinanciación de la policía, la agenda woke, muchos votantes de derecha, moderados y sin estudios universitarios han llegado a la conclusión de que los demócratas son extremistas… los demócratas están siendo vistos como carentes de patriotismo” (puede consultarse aquí https://bit.ly/4floVsr).
¿Dónde están los errores del Partido Demócrata?
Ignatieff: “los progresistas liberales —como yo— prestamos más atención a la emancipación racial y de género que a la desigualdad económica. Y no vimos que tras los 30 gloriosos años de reconstrucción de posguerra entramos en un nuevo período de crecientes desviaciones entre los ingresos de la clase trabajadora y los de los universitarios, y los ricos, y se convirtió en un enorme abismo… Fuimos a una desregulación neoliberal que dejó a las clases trabajadoras de nuestros países con la sensación de que nadie se preocupa por ellos. Y creo que Trump está cosechando las consecuencias de 50 años de negligencia progresista liberal ante la desigualdad”.
Acemoglu: “Después de años, la izquierda ha aplicado sus propias pruebas de pureza ideológica y ha avergonzado a cualquiera que no lo haga, así, menos votantes independientes y republicanos moderados estuvieron dispuestos a sumarse a una gran coalición anti-Trump. Los demócratas progresistas terminaron enfrentándose solos al antidemocrático, pero eso no fue suficiente”.
¿Y la democracia norteamericana, su presente y su futuro?
Dice Przeworski: “El hecho de que la gente vote a Trump y él gane es totalmente democrático. ¿Pero por qué votaron a alguien así? Gran parte de su base electoral, votó contra sus intereses… Este señor no va a funcionar en beneficio del interés de los pobres de las regiones desindustrializadas de EE.UU. que no tienen trabajo, o tienen un trabajo de servicio muy mal pagado. No veo cómo esa gente pudo votar por Trump pensando en su interés económico. Hay algo diferente, algo misterioso en el resultado electoral”. Un misterio en democracia.
Ignatieff replica: “Los votantes asimilaron, Trump es como yo… vulgar, profano, espontáneo, divertido… Les gustó. Y la gente que critica la elección de 75 millones de personas tiene que tener un poco de cuidado. Así es como funciona la democracia… creo que siempre es un error decir lo indignado que estás por la elección de millones de ciudadanos”.
¿Trump, es un grave error de la mayoría electoral de Estados Unidos o esa mayoría tiene buenas razones para votarle? Allí están las hipótesis, pero sea como sea, la segunda elección de Donald Trump representa —junto con la invasión a Ucrania, el asedio de Gaza y pandemia— la mayor perturbación política del planeta en la tercera década del siglo XXI. Hay que tomar distancia y tiempo para entender ese hecho que —querámoslo o no— durante los siguientes años, acabará por afectar a todos.