La forma es el mensaje. La delincuencia decidió ejecutar al magistrado Román Pinzón cuando salía de su oficina en los juzgados de Caleta. Lo hicieron a mediodía, con docenas de personas transitando, en un lugar con docenas de cámaras de videovigilancia.
Los asesinos en realidad cumplieron dos objetivos: deshacerse del magistrado, que fue presidente del Tribunal Superior de Justicia de Guerrero, y mandar el mensaje de que ellos dominan la plaza y que pueden atacar, incluso asesinar a un personaje relevante, con la confianza plena en que saldrán impunes para volver a jalar del gatillo cuando quieran.
El cinismo obedece a que saben que la policía del puerto o del estado no irá tras ellos o porque hay policías implicados en los hechos. Cuando levantaron, asesinaron y decapitaron al acalde de Chilpancingo hace un par de meses, una de las primeras líneas de investigación fue que se trataba de un trabajo interno. Pocos días después el jefe de la policía local fue culpado del homicidio. Ya se verá qué dice la investigación en el caso del asesinato de Caleta.
La gobernadora Evelyn Salgado sacó de su escritorio el machote que usa para estos casos, llenó los vacíos donde va la fecha y el nombre de la víctima y dijo lo de siempre: expreso mis condolencias, se investigará, no habrá impunidad. Ojalá que no. A la gente del puerto no escapó el hecho de que el asesinato ocurrió 24 horas después de que se efectuara la sesión del Consejo de Seguridad Nacional que congregó en la Base Naval, que está en otra playa, la Icacos, a todos los gobernadores del país, a la presidenta Sheinbaum y a los integrantes de su gabinete de seguridad. El puerto se blindó para la ocasión.
Una vez que los ilustres visitantes se marcharon, los pistoleros emergieron de sus guaridas para tirar a matar. Al magistrado Pinzón le dispararon por lo menos en 13 ocasiones, para asegurarse que no viviera para contarlo. Trece disparos justo en el centro de Acapulco y de los sicarios ni sus luces. Muy raro.
Atacar las causas
Félix Salgado, padre de la gobernadora, era el candidato original de Morena para la gubernatura de Guerrero. Alcanzó la nominación a pesar de acusaciones serias de abuso sexual. El presidente López Obrador lo consideró inocente y acusó de las filtraciones a Pablo Amílcar Sandoval a quien mando de inmediato al ostracismo con todo y su familia. Félix ganó la nominación, pero la perdió por no presentar reporte de gastos de precampaña. Le quitaron la candidatura y en una de esas decisiones que cambian la historia le pidió al presidente que la candidata fuera su hija, Evelyn, que aceptó gustosa e hizo campaña cantando canciones de Selena que, dicen los que la han escuchado, le salen a todo dar.
¿Se le puede reclamar a Evelyn no que ate ni desate? tal vez sí, pero los responsables del desbarajuste fueron AMLO y Félix, que son dos tipos de cuidado. Salgado amarró una senaduría y hace poco pidió vacaciones porque ya estaba cansado. En realidad, no descansó, se sumó a la promoción de la película “Tétano” una historia que es una especie de homenaje a un coche suyo, un Mustang. A la película le ha ido bien y acaso el éxito cinematográfico animó a Salgado Macedonio para destaparse como candidato a gobernador en el 2027, prometió que ahora sí cumplirá con los requisitos del INE.
Los guerrerenses no saben si reír o llorar. De modo que el poder del estado seguiría en manos de la familia Salgado, no porque hayan hecho un trabajo político de altura, nada de eso, sino porque tienen la bendición de un tabasqueño avecindado en Palenque. Parece broma, pero es anécdota.