En la semilla de los sistemas políticos opresivos, particularmente en la formación de gobiernos oligárquicos que por definición favorecen a los más ricos en una sociedad, nos encontramos con la necesidad de remontarse a sus orígenes clásicos para entender que lo nuevo, en todo caso, se refiere al refinamiento, por decirlo de algún modo, de las formas de producir y acumular riqueza para situarse en la cúspide de los sistemas democráticos contemporáneos, y desde luego más allá del debate clásico entre democracia versus autoritarismo, por lo demás bastante maniqueo, como si se tratara de dos mundos distintos.
Probablemente por ello parece cada vez más familiar escuchar el término tecnodemocracia, pero no precisamente para referirse al perfeccionamiento o ampliación de los sistemas democráticos vía la información o los avances tecnológicos, sino más bien en función de la polarización, la desinformación y el autoritarismo por otros medios que alimentan.
De acuerdo con el filósofo griego Platón, la timocracia “es una forma de gobierno basada en la ambición del honor.” Se entiende que “en la timocracia, que se clasifica entre la aristocracia, gobierno de los mejores (filósofos), y la oligarquía, gobierno de los ricos, basado en el censo de la renta, prevalecen los que ambicionan la consolidación personal y los honores.
De la timocracia se pasa precisamente a la oligarquía cuando los pocos que detentan el poder ya no se contentan con el prestigio alcanzado y, violando las leyes, avanzan por el camino del enriquecimiento, y su desprecio por la virtud estará en razón directa de su aprecio por la riqueza”. En tal virtud, “convertidos de este modo en negociantes y avaros, exaltan al rico, al que le ofrecen cargos públicos y colman de alabanzas al mismo tiempo que desprecian al pobre.
Y como consecuencia, promulgan una ley constitucional de la república oligárquica, limitando el número de ciudadanos a los poseedores de cierta cantidad de riqueza, mayor donde la oligarquía es más fuerte y menor donde es más débil, de modo tal que impiden el acceso a las magistraturas a aquellos cuya fortuna no alcanza el censo prescrito.” (Bobbio, Norberto, Matteucci, Nicola y Pasquino, Gianfranco, Diccionario de Política, Siglo XXI, México, 1982, p. 1571).
Como se anotó al inicio, los ejemplos históricos más notorios sobre la timocracia se remontan a la Grecia clásica, específicamente a la Atenas de Solón, en la que fue establecido un régimen timocrático como una oligarquía en la que se asignaron derechos políticos a las personas conforme a la clase social a la que pertenecían, conforme a una jerarquía claramente establecida con base en su riqueza. Mayores privilegios políticos e influencia en las cuestiones públicas y de gobierno a mayor estatus económico y social.
Paradójicamente, a pesar de que el concepto podría parecer una reliquia de la ciencia política, no deja de asombrar que el mundo actual podría estar atetiguando el desarrollo progresivo de nuevas timocracias oligárquicas.
Desde luego, entre los posibles ejemplos a la mano, la democracia estadounidense viene a la mente inmediatamente. Si bien no puede decirse que sea un fenómeno del todo nuevo, ya que cabe argumentar que lleva varios años decantándose, la impresión es que la llegada al poder de la nueva administración Trump ha venido dispuesto a profundizar este fenómeno.
Es sabido que la desigualdad en el ingreso y la riqueza en el país norteamericano se encuentra en niveles históricos, pero dice el senador independiente estadounidense, Bernie Sanders, en reciente entrevista, que la administración Trump es el diseño de un gobierno de los magnates, por los magnates y para los magnates a fin de garantizar su codicia.
Entre otros ejemplos para ilustrar su aseveración, sostiene que los republicanos en su país promueven recortes masivos en programas de seguridad social, Medicaid y nutrición para la infancia y los ancianos, a fin de generar ahorros de aproximadamente un trillón de dólares destinados a exenciones fiscales en favor de magnates como Musk, Bezos y Zuckerberg, por mencionar algunos multimillonarios, muy cercanos al presidente estadounidense en funciones. Señala el legislador que al menos 13 miembros designados del nuevo gabinete de gobierno son en efecto, multimillonarios. (NBC News, 2marzo2025, nbcnews.com).
Sin duda una razón más y de mucho peso para preocuparnos respecto de los desarrollos políticos asociados al dinero y la riqueza de la mano de las más avanzadas tecnologías modernas.
Continuaremos con el tema en la próxima columna.