Opinión

Ese misterioso poder de los números en el jersey

El ex jugador y Salón de la Fama de los Giants negó el permiso al novato Abdul Carter de utilizar su número 56 retirado.
Lawrence Taylor El ex jugador y Salón de la Fama de los Giants negó el permiso al novato Abdul Carter de utilizar su número 56 retirado.

La superstición y la numerología suelen tener un enorme peso dentro de las personas, y tratándose del deporte aún más al llevarlo en el uniforme de tal o cual equipo; lo anterior sale a relucir por la polémica que levantó hace algunos días Abdul Carter, el ala defensivo y primera selección colegial de los Gigantes de Nueva York en el Draft 2025.

Sin duda llega con una enorme expectativa para ser un defensivo de impacto inmediato y para colmo a un equipo que por tradición siempre ha contado con grandes jugadores a la defensa, y al hablar de ello, es imposible no recordar la unidad forjada por el coach Bill Parcells y su poderoso cuarteto de linebackers, en que sobresalía la figura de Lawrence Taylor, uno de los mejores defensivos de la historia.

Resulta que Carter, el novato, al elegir número para la campaña del 2025, dijo que le gustaría portar el 56 que usó Lawrence Taylor, a lo que muchos, me incluyo, es como faltar al respeto a la historia.

Carter argumentó que deseaba portarlo porque admiraba el tipo de jugador que fue Taylor, y quizá en eso tenga razón, hasta ahí le creemos, pero usar el mismo número aún cuando ya se encuentra retirado era como forzar una situación.

Lo cierto es que en esos casos se pide al jugador que lo portó o a su familia si otorgan la autorización y, aunque en algunas ocasiones eso ha sucedido y el jugador que solicita portarlo lo ha hecho con el debido permiso, en esta ocasión fue el mismo Taylor, quien, en un plan muy diplomático, no lo permitió.

Nadie lo culpó ni criticó. Con una carretada de razón le explicó al novel jugador que debía forjar su propia imagen y destino, eligiendo un nuevo número y hacerlo suyo, dándole su sello, su imagen, su personalidad. Carter lo entendió y al final eligió el número 51.

También se supo después de Carter quería usar el 11, para emular a Micah Parsons de Dallas, pero ese número también esta retirado, fue del mariscal Phil Simms.

Realmente no se puede criticar a Lawrence Taylor, aún cuando él mismo al llegar a la NFL en los 80 eligió el número 56 por la admiración que sentía por otro gran linebacker, Thomas “Hollywood” Herderson, quien jugó para los Vaqueros de Dallas en los 70. En ese caso, Taylor sobrepasó, y por mucho, lo hecho por “Hollywood” Henderson, y además ni siquiera era del mismo equipo, que es cuando podrían surgir inconvenientes por la portabilidad del número.

ENTRE LEYENDAS Y JERARQUÍAS

De hecho, el asunto es tan importante y delicado para los jugadores que incluso estando en activo se llega a negociar el cambio o el ceder el número a un compañero, tal y como sucedió en Tampa Bay con la llegada de Tom Brady. El 12 era utilizado por el receptor Chris Goodwin, quien sin pedir dinero a cambio, decidió cederlo Brady, al aceptar que había y respetaba las jerarquías y la trayectoria del icónico quarterback.

Y es que como es sabido, en muchas ocasiones se acuerda una cantidad de dinero para intercambiar números.

Pero ese es otro tema, lo que nos interesa en esta ocasión es ese ritual de los números retirados y la polémica que han provocado en algunos jugadores que han cambiado de equipo y quieren usar alguno que sencillamente ya esta retirado.

Ejemplos hay muchos, pero recordemos algunos muy emblemáticos; quizá uno de los más recordados sea cuando Joe Montana salió de San Francisco y llegó a Kansas City. Montana quería vestir su clásico 16, pero éste estaba retirado y le pertenecía a Len Dawson, un gran quarterback que le dio su primer Super Bowl a los Jefes. El permiso se solicitó, pero Dawson fue claro, dijo que no tenía nada en contra de Montana pero no permitiría que usará su número. Joe eligió portar el 19, su número en la preparatoria.

Otro caso fue el de Jerry Rice cuando al final de su carrera, y tras su paso por San Francisco y Oakland, firmó con Seattle. Rice era conocido por su número 80, pero esa vez era un dígito retirado, lo usó Steve Largent, otro enorme receptor en los 70 y 80. En esa ocasión fue diferente y Largent accedió a que Rice usará ese número.

En Denver sucedió algo similar cuando llegó Peyton Manning en 2012 procedente de Indianapolis. Manning usaba el 18 y ese número estaba retirado en favor de otro gran mariscal de los Broncos, Frank Tripucka. En esa ocasión, el mismo Tripicka accedió a que Manning portara su número y no se equivocó, Peyton lo honró con gran clase.

HONOR EN RIESGO

Pero así como Largent y Tripucka permitieron a otros grandes usar su número al saber que tal dígito no sería manchado, existe siempre el riesgo de que sea una situación contraria. Algunas ocasiones eso ha sucedido y quien queda mal es aquel que solicitó usarlo, no quien lo permitió.

Quizá el caso más claro sea el del Dwayne Haskins, un quarterback que llegó a Washington con fama y altas expectativas; usaba el número 7 en Ohio State y deseaba portar el mismo con los Pieles Rojas. Dicho número había pertenecido a un gran mariscal como Joe Theismann, ganador de Super Bowl. A pesar de que el número no estaba retirado, nadie lo reclamaba en respeto a la trayectoria de Theismann. Haskins lo pidió, Theismann accedió y fue una pena que el chico nada logró en Washington, al grado de que fue negociado a otro equipo.

Después de esta historia, no podemos olvidar que hace unos días Cam Ward, primera selección global del 2025 y que se fue a Tennessee, hizo saber que le gustaría usar el número 1, el mismo que portó en la Universidad de Miami, sin embargo, éste se encontraba retirado, le había pertenecido a un enorme mariscal de campo, a Warren Moon. La sorpresa fue que el día en que la franquicia hizo la presentación oficial se apareció el mismo Moon para entregarle el jersey con el número 1. Sin duda, la responsabilidad que eso ha puesto sobre los hombros de Ward ahora es enorme. Quizá de leyenda a leyenda se antoja como un permiso accesible, no así cuando se trate de un novato. Cabe señalar que Moon jugó para los Petroleros de Houston, que administrativamente son el mismo equipo que los Titanes de Tennessee.

Hace un par de años, cuando Aaron Rodgers llegó a Nueva York Jets, la pregunta era qué número usaría tras portar el 12 con Green Bay toda su carrera, después de todo, el 12 de los Jets es como un símbolo sagrado, el de Joe Namath. Para sorpresa de todos, fue el mismo Namath quien dijo que permitiría que Rodgers lo usara si así lo deseaba.

Rodgers rechazó amablemente la cortesía y decidió portar el 8 que uso en la Universidad (UCLA); y la verdad que bueno que fue así, habría manchado el legado del 12 de los Jets.

POR RESPETO

Pero a pesar de que existen aún equipos que no retiran números o retiran muy pocos, lo cierto es que por respeto jamás deberían ser usados nuevamente. Quizá el caso más polémico sea en los Raiders, donde no es posible que el 12 del quarterback Ken Stabler, leyenda y ganador de Super Bowl, siga en circulación. Lo portó en su momento Rich Gannon, quien, bueno, los llevó a un Super Bowl, pero también ha sido vestido por Todd Marinovich, un fracaso de mariscal en los 90; y el año anterior fue usado por Aidan O’Connell, otro pasador que no dejará de ser una mera anécdota en el equipo.

Otra franquicia que retira muy pocos números es Pittsburgh, y por lo mismo corre el riesgo de que los números de algunas leyendas en ocasiones anden en jersey de jugadores promedio que no enaltecen la tradición numérica, tal como sucede con el 88 y 82 de los receptores Lynn Swann y John Satllworth; si acaso han sido bien portados por Emmanuel Sanders y Antwaan Randle El, respectivamente, de ahí en fuera son números que continuamente vemos en jersey de jugadores que no destacan.

Por esa razón, decimos que sería una herejía que permitieran usar el 12 de Terry Bradshaw, el 58 de Jack Lambert o el 59 de Jack Ham; cabe señalar que Pittsburgh sólo tiene retirados los números 32, 70 y 75, de Franco Harris, Ernie Stautner y Joe Greene, respectivamente.

Lo mismo podríamos señalar de Dallas, donde sería una falta de respeto que dejaran portar el 12 de Roger Saubach, el 33 de Tony Dorsett, o el 54 de Chuck Howley y Randy White. Cabe señalar que el 88 usado por leyendas como Drew Pearson o Michael Irvin, ha sido siempre un dígito recurrente pero sólo para aquellos receptores que el equipo considere aptos de llevarlo en el jersey, tal como ha sucedido con Dez Bryant y Cee Dee Lamb. Dallas tampoco retira números.

Finalmente, que mejor ejemplo del poder de los números que lo sucedido en Atlanta la temporada anterior, cuando tras la llegada del quarterback Kirk Cousins se dijo que deseaba usar su adorado número 8, mismo que portaba el ala cerrado Kyle Pitts. Pitts fue tajante al decir en ese momento que no vendería su número, y así fue. Cousins optó por el 18 y de paso hay que decir que tuvo una irregular campaña. Ahora nos preguntamos, ¿de haber usado su tradicional número 8 habría jugado mejor?

PD:

Por cierto, el ahora celebre Shedeur Sanders (hijo de Deion Sanders), tan popular, y no por su manera de jugar sino por su controvertida entrada a la NFL, dio a conocer que usará el número 12 y no el 2 que portó durante su trayectoria universitaria en Colorado.

Lo anterior fue de llamar la atención toda vez que ese número 2 lo portó en honor a su padre que lo usaba en Florida State, pero ahora en Cleveland ha elegido el 12, y la razón es harto exagerada por no decir otra cosa. Resulta que eligió el 12 por Tom Brady, ya que, según Shedeur, cree que será una manera de motivación personal.

No obstante, qué más motivación que seguir llevando el 2 de Deion en el profesionalismo, sin embargo, ha preferido usar el de Brady por la posición de quarterback, pero debería estar consciente de que al señalar a Brady como ejemplo estará constantemente bajo la presión y el escrutinio de la afición, un peso difícil de sobrellevar.

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