
El pasado 13 de agosto, el INEGI publicó los resultados de la pobreza multidimensional para México. Se denomina multidimensional ya que para su realización se consideran varios factores: el monto mínimo de recursos que se requieren para adquirir bienes y servicios; y las restricciones existentes para acceder, en su expresión esencial, a los derechos a la educación, salud, seguridad social, vivienda y alimentación.
Con base en la combinación de los dos espacios analíticos, el de bienestar económico y el de derechos, se obtiene la medición de la pobreza multidimensional, misma que se desagrega en pobreza moderada y extrema. En 2024, la pobreza multidimensional alcanzó 29.6 % de la población, lo que equivale a 38.5 millones de personas. Al desagregarse, la pobreza moderada abarcó 24.2 % de la población y la pobreza extrema 5.3 %, es decir, 31.5 y 7.0 millones de personas, respectivamente.
Además de la pobreza multidimensional, en 2024 se identificaron otros tres grupos: 5.8 % de la población total fue vulnerable por ingresos y 32.2 % lo fue por carencias sociales. Cerca de un tercio (32.5 % de la población) no presentó vulnerabilidad alguna.
Si se consideran las mediciones entre 2016 y 2024, el porcentaje de la población en situación de pobreza multidimensional a nivel nacional pasó de 43.2 a 29.6, lo que representó una disminución de 13.7 millones de personas. Por su parte, la población en situación de pobreza extrema disminuyó en 1.9 puntos porcentuales, lo que equivale a 1.8 millones de personas.
La reducción de la pobreza multidimensional es un gran logro de los gobiernos de la “Cuarta Transformación”, sin embargo, esta reducción es el resultado principalmente de una política de apoyos directos a la población y aumentos de salarios a cambio de una menor inversión por parte del Gobierno y de las Empresas. ¿La pregunta es si esto será sostenible en el tiempo? Para que sea sostenible, el Gobierno requiere mejorar el ambiente del clima de negocios para acelerar las inversiones, para que el incremento en los salarios reales permanezca y para que exista un balance en las finanzas públicas.
La existencia de pobreza multidimensional dificulta que las personas escalen socialmente, perpetuando ciclos de desigualdad intergeneracional. En contextos donde la pobreza multidimensional es alta, las posibilidades de movilidad social ascendente son reducidas, ya que las personas nacidas en entornos vulnerables enfrentan mayores obstáculos para acceder a recursos y oportunidades que les permitan cambiar su posición socioeconómica.
La movilidad social también puede entenderse como un movimiento «ascendente» y «descendente», por el cual las personas ven cómo sus circunstancias mejoran o empeoran con respecto a las de sus padres o a lo largo de sus propias vidas, algunas de las preguntas utilizadas para conocer la movilidad social de un país son las siguientes:
- La capacidad de un individuo para moverse entre clases socioeconómicas a lo largo de su vida.
- La capacidad de una persona para obtener ingresos, en términos reales, tanto o más que sus padres a la misma edad.
- La capacidad de una persona para alcanzar niveles educativos superiores a los de sus padres.
- ¿En qué medida los ingresos de una persona están determinados por los ingresos de sus padres?
- ¿En qué medida el nivel educativo de una persona está determinado por el nivel educativo de sus padres?
Un informe del Foro Económico Mundial (WEF) mencionó que el número de generaciones que se necesitarían para que las personas nacidas en familias de bajos ingresos se acercaran al ingreso medio de Brasil es de 9, y para el caso de México son 11 generaciones. Poniendo las cosas en perspectiva: suponiendo que una generación abarca aproximadamente entre 25 y 30 años, 11 generaciones equivalen a entre 275 y 330 años. Esto ilustra claramente cómo las barreras estructurales —la desigualdad, el acceso limitado a la educación, las disparidades regionales, la debilidad de las redes de seguridad social— pueden obstaculizar profundamente la movilidad ascendente a lo largo de los siglos.
Como han destacado pensadores como John Rawls y Amartya Sen, en un mundo ideal, las personas tendrían la capacidad de prosperar, independientemente de su origen o características personales. Deseo que el Gobierno de México siga impulsando acciones sostenibles para reducir la pobreza, con el fin de favorecer una mayor movilidad social, tan necesaria en nuestro país.
Gerardo de la Peña
gdelapena@monarch-global.com
Senior Advisor en Monarch Global Strategies (MGS)