Insisto en lo comprometido que resulta el que un político distraído y mentiroso contumaz ordene la construcción de leyes a sus cuates de gabinete, particularmente cuando desconoce el tema y por lo tanto, mostrando incapacidad para juzgar su contenido hasta el grado, incluso, de no aplicar lenguaje renovado. Tal es el caso del gobernador queretano Mauricio Kuri, que al detectar la importancia del nicho que representa el sector de la protección animal se manifestó amante respetuoso… ¡ajá!… de las criaturas no humanas, cuando para empezar mal encargó la rehabilitación de un zoológico a empresario restaurantero ¡aficionado y patrocinador de la tauromaquia! Todavía peor fue el que haya publicitado haber recompuesto su iniciativa de la mano de Renata Valencia y Elizabeth Soto, cabezas de la A. C. Seres Libres, porque… el texto que yo vi a ojo de pájaro antenoche en que me lo compartió mi querida amiga y compañera de causa, la combativa activista Zuemi Roldán, es pobre, omiso, bastante mal redactado y sin el principio de progresividad obligado para el caso, al tratarse de una iniciativa por la que quedaría derogada la normatividad vigente para dar lugar a la postulada como “Ley de Bienestar Animal para el Estado de Querétaro”, ignorando que BIENESTAR NO ES SINÓNIMO DE PROTECCIÓN, pero eso sí, omitiendo el último término que por lo menos en otras legislaciones similares sí va contemplado. De esta forma se envilece el propósito, y…

Ya en otro asunto, quien tenga o haya tenido perros como familia extendida estará totalmente de acuerdo en que el único defecto de esos ángeles es su corta vida. Y luego, si además resultan buenos de bondad, gentiles, discretos y prudentes como mi GARCÍA, ni cómo recuperarse pronto de su pérdida, ya esperada, sí, pero aún así lo extrañaré mucho. Mi negrito querido llegó a casa hace 15 años, cuando en una tarde harto lluviosa fue cobardemente abandonado, junto a dos hermanitos, dentro de una cajita de cartón. Así fue como se sumaron a mi diario andar estas tres bendiciones a las que bauticé como LOS TRES GARCÍA, traviesos como todo cachorro sano, ya que al menos parecían haberlos dejado a cargo de la madre hasta terminar su lactancia. Estaban hermosos. Regordetes y simpáticos. Para complementar su identificación, a su chapita le agregué una distinción con base en el color de manto, así que, uno quedó registrado como GARCÍA GÜERO, otro como GARCÍA ROJO y el negrito, obvio, como GARCÍA NEGRO. Güerito murió hace un año, sin más aviso y gracias a Dios sin sufrimiento. Sólo un mínimo malestar estomacal que para el momento no representó alerta. Rojito, aunque ya muy enjutadito, come como si le fuera la vida en ello y va y viene, pero aún así, le oculté el entierro de su brother por su extrema sensibilidad. Mi querido negrito murió el lunes pasado tras sólo un día de haberse postrado. Incluso todavía el día anterior estuvo al pendiente de cada uno de mis movimientos, checando que hubiera llegado bien y completa a casa y como siempre no importándole la hora ni el clima. Lo anterior, especialmente al haber enviudado y tras llorarle desesperadamente a su amada MATI (fallecida prematuramente a causa de un cáncer fulminante) por poco más de tres meses. Una vez que me veía sana y salva marchaba a su camita esperando que llegara la mañana siguiente para puesto y dispuesto, almorzar su pollete en caldo, con arroz, croquetas y si era factible, un extra de pasta. Era lo que más le gustaba. El día anterior a partir ya no quiso comer nada. Tampoco apeteció agua. No lo forcé. Mejor estuve agradeciéndole su vida y dedicación, respetando su preparación para trascender. Era su hora. Es increíble que durante tantos años ni siquiera para morir me haya dado problemas. Su único ingreso a clínica fue para su esterilización y punto. ¿Cómo agradecer haber tenido a mi lado a una criatura así? Sólo con este pequeño homenaje que me permito compartir con los amables lectores, lectoras, muchos de los cuales seguramente habrán pasado por lo mismo, no importando cuántos perros más haya en la familia. Cada uno es especial, y aunque el chiquito ya había cumplido su misión, no deja de quebrantar su marcha. Adiós GARCIA querido. Gracias por tu afable compañía. Por tu preocupación hacia esta compañera tan loca que te tocó. Y, como advertí hace tiempo, llegó mi época de despedidas. Sólo a 4 criaturitas no sobreviviré dada su larguísima esperanza de vida, que espero mantengan en armonía y seguridad hasta su final feliz. No sé cómo lo logaré, pero alguna forma encontraré. ¡Es TEMA!
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