
Sin duda la actuación de personajes como Adán Augusto López ha golpeado la línea de flotación de la autollamada “Cuarta Transformación”. Lo revelado recientemente sobre sus ingresos, ha rebasado todos los límites en materia de enriquecimiento personal, con base en transferencias multimillonarias de procedencia dudosa, que con un cinismo vergonzoso ha aceptado como transacciones y pagos legales y normales.
La presidenta, que en repetidas oportunidades ha recomendado a miembros destacados del movimiento, cuyos excesos en gastos no corresponden a sus salarios, les ha pedido no olvidar sus compromisos con la ética del movimiento de transformación en el que participan, viviendo en la justa medianía dentro de sus actividades públicas y privadas, recomendaciones que no han tenido mucho eco en políticos conocidos y famosos por sus excesos en viajes, automóviles, compras y hoteles donde se hospedan.
En el caso del senador, la presidenta le pidió aclarar lo referente a versiones que señalan que recibió más de 79 millones de pesos, de diversas empresas, una por lo menos considerada fantasma por el SAT y que no reportó en su declaración patrimonial.
Lo que denota sin duda conflictos de interés para Adán Augusto, son las transferencias que recibió por parte de empresas que consiguieron contratos del gobierno de Tabasco cuando era gobernador, entre 20219 y 2021.
Este político cuyas responsabilidades en el congreso no son menores, ya que es el coordinador del grupo parlamentario de Morena en la cámara alta, es además ganadero, arrendatario, accionista en varias sociedades mercantiles, dueño de una torre empresarial en la capital de Tabasco, prestador de servicios profesionales y beneficiario de dos cuentas en dólares que heredó de su padre en EU.
Los 131 mil pesos mensuales de sueldo que recibe como senador, seguramente le ayudan para sus gastos personales como corte de pelo, tintorería, arreglo de sus zapatos y una que otra propina que seguramente deja en sus comidas austeras.
Mientras ante la Secretaría de la Función Pública declaró 7 millones, en realidad recibió más de 22, un año después reportó 58 millones al SAT pero al senado sólo 625 mil pesos. La ley precisa que falsear u ocultar declaraciones patrimoniales puede causar la inhabilitación en la función pública.
Y el tema de La Barredora y de su ex secretario de seguridad en Tabasco Hernán Bermúdez Requena, señalado como líder del grupo criminal y preso en el altiplano, seguramente no lo deja dormir, pues nadie cree que Adán Augusto ignoraba todo sobre ese tema.
La presidenta con gran sensibilidad política deja que los acontecimientos que contradicen los enunciados éticos del movimiento caigan por su propio peso y ante ello su radio de acción se amplía para remarcar su estilo de gobierno, pero sobre todo cuidando celosamente el cumplimiento de sus promesas de campaña, con lo que obtuvo el triunfo en las pasadas elecciones presidenciales.
Esperemos que la presidenta no deje pasar este tipo de situaciones, y que la aplicación de la ley se haga sin distingos. Un buen avance en este sentido, fue el golpe dado al huachicol fiscal, con lo que destapó una cloaca de corrupción muy oscura, donde la Marina está siendo su aliada, a través del secretario de Raymundo Pedro Morales Ángeles, que en un hecho sin precedente dio a conocer el involucramiento de dos sobrinos del anterior secretario Rafael Ojeda Durán, principales operadores del huachicol fiscal, uno de los cuales es prófugo de la justicia.
Veremos con gran interés lo que pueda ocurrir con la carrera política del multimillonario tabasqueño Adán Augusto López.
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