Opinión

Una evidencia más del desastre

La educación es importante
Entrega de los nuevos libros de texto para este nuevo ciclo escolar. Entrega de los nuevos libros de texto para este nuevo ciclo escolar. (Cuartoscuro)

Una evidencia más del desastre asociado a la reforma educativa que impuso Andrés Manuel López Obrador al final de su sexenio --en educación básica--, es el último diagnóstico que hizo MEJOREDU (Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación) del cual nos informó María Cabadas en El Universal (17-10-25).

“Entre 80% y 90% de estudiantes de tercero de secundaria presentan deficiencias de aprendizaje -dice Cabadas--, mientras que 8 de cada 10 de tercero de primaria son los peor evaluados”. Se puede afirmar, agrega, que 8 de cada 10 estudiantes que cursaron tercero de secundaria no mostraron un aprendizaje plenamente desarrollado. En el campo formativo “Saberes y pensamiento científico” 9 de cada 10 alumnos presentaron deficiencias al inicio del año escolar 2024-2025.

“En la prueba diagnóstica de todos los grados evaluados de educación básica en los cuatro campos formativos, no hubo una sola ocasión en la que un gran porcentaje de estudiantes tuviera resultados aprobatorios”.

En primaria, el grado que resultó con menores aprendizajes fue tercero. El “Lenguajes”, únicamente 13.3% de alumnos mostraron aprendizajes cabalmente desarrollados. Lo mismo ocurrió en el campo “Saberes y pensamiento científico” dado que sólo 18.95 % de los alumnos demostraron haber aprendido satisfactoriamente.

Algo semejante sucedió en el campo formativo “Ética, naturaleza y sociedades” en donde solo el 17.29% mostraron aprendizajes satisfactorios, en tanto que en el campo “De lo humano y comunitario” sólo 15.35% logró demostrar este avance.

Tal es el cuadro desastroso que presenta la educación básica. Cabe señalar que la evaluación se realizó en más de mil escuelas por grado escolar y en ella participaron alrededor de medio millón de alumnos.

Importa decir que la SEP ha aplicado una política de rechazo a la evaluación de aprendizajes: los maestros no evalúan a los alumnos, de modo que se ha establecido una suerte de “pase automático” de grado a grado sin que exista ninguna garantía de que estén aprendiendo lo que deben aprender.

Tampoco hay evaluaciones estandarizadas; éstas permiten estimar los aprendizajes que adquieren los alumnos a nivel nacional y de esa manera conocer los progresos o retrocesos que experimenta el sistema educativo. Tales evaluaciones hacen posible que la SEP rinda cuentas ante la sociedad de la eficacia de las políticas que aplican en las escuelas.

Esas evaluaciones las realizaba periódicamente el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) pero fue suprimido al iniciarse el sexenio por AMLO.

Las malas calificaciones se registran en México desde hace décadas, lo cual indica que hablamos de un problema estructural, que tiene raíces profundas y que amerita una reforma profunda del sistema. México debe ir más allá de la Nueva Escuela Mexicana que defiende el partido Morena. Lo que requiere urgentemente nuestro país es una nueva reforma educativa, una reforma seria que apunte --en educación básica—a lograr una formación básica sólida que permita a las nuevas generaciones incorporarse creativamente –productivamente—a la economía nacional y desempeñar un papel informado y crítico en la democracia.

El modelo de enseñanza “por proyectos” es un fracaso desde el punto de vista que potencia la actividad práctica pero sacrifica los contenidos y los aspectos formativos. En primaria, no se enseña Lectura, ni Escritura, ni Matemáticas, incluso no se enseña Historia. El método de “proyecto” incluye un proceso en el cual los alumnos con ayuda del maestro resuelven problemas prácticos, lo cual gusta a los alumnos y concede un amplio margen de libertad de acción a los docentes, pero en ese proceso se descuidan o se desatiende los aprendizajes, lo cual explica el desastre que revelan evaluaciones como la de MEJOREDU.

No hay elementos que nos permitan pensar que este escenario de desastre puede mejorar en un futuro próximo. La nueva Escuela mexicana, el modelo vigente, está atada a la política partidaria. Es un modelo doctrinario, demagógico, impuesto sin discusión alguna por el gobierno de la 4T y es improbable que ocurra un cambio fundamental en educación básica mientras esta corriente política se mantenga en el poder.

Situación que no debe paralizar la crítica y la disidencia. Lo que está en juego, el futuro de la nación, es sumamente importante para resignarnos ante las políticas autoritarias del populismo que padecemos.

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