Opinión

Artistas discapacitados

Como cada año, la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie, APBP, que en México está integrada por 60 artistas discapacitados de distintas edades, prepara una nueva colección de tarjetas de Navidad que este 2021, pone a disposición del público y con ellas, va un claro mensaje de que se puede salir adelante a pesar de los permanentes problemas por los que atraviesan.

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Esta organización que es internacional, fue fundada en 1957 por el pintor alemán Arnulf Erich Stegmann, quien perdió la movilidad de sus brazos a causa de la poliomielitis, pero descubrió que podía seguir creando y ejerciendo su profesión con un pincel en la boca. Aquel año, invitó a 18 pintores privados del uso de sus manos para fundar esta agrupación que ha permitido a muchas personas tener un trabajo digno y dar ejemplo a los demás. Su iniciativa creció y se extendió por el mundo.

Estos pintores que también realizan calendarios, tarjetas de bolsillo, playeras, cerámica, rompecabezas, bolsas y otros productos con los que se ganan la vida, demuestran a través de ellos que son útiles a la sociedad.

Así como varios compositores de alto nivel han escrito partituras para “la mano izquierda”, entre ellos, Ravel que compuso un concierto para piano o en México, Manuel M. Ponce, estos pintores, siguiendo el ejemplo de Beethoven, se sobreponen a sus discapacidades y son capaces de crear obras maestras.

Otro artista de renombre que padeció una discapacidad fue el escultor Jesús F. Contreras, autor de la célebre pieza en mármol blanco titulada Malgre Tout, de 1898, y que durante muchos años estuvo en la Alameda Central, antes de que pasara al Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México, y a quien le amputaron un brazo debido a un cáncer que le detectaron.

Esta agrupación de pintores se especializa en paisajes, retratos, bodegones, y tienen diversos estilos: surrealistas, figurativos, cubistas o de corte clásico. Hay libertad temática, aunque a veces se hacen exposiciones colectivas versadas en un tema, como ocurrió con la imagen de la Virgen de Guadalupe que se expuso en el Museo Guadalupano, hace pocos años.

“La asociación nos sirve como trampolín para poder proyectarnos y colocar en el mercado nuestra obra; cada uno de nosotros trabaja desde sus hogares y más o menos, el tiempo que empleamos en realizar cada pintura es de 6 meses si se hace con la boca y 4 meses con el pie”. Comentó Yasmín Pineda Lima, integrante de la Asociación, al lato de otros pintores como María Trinidad Murillo, Carlos Leobardo Taba o Héver Leticia López.

La institución, además, cuenta con varios profesores de pintura que las clases tanto de manera virtual, porque sus miembros radican en varios estados del país, como de manera física. “

La discapacidad se supera con el trabajo que nos ayuda a salir adelante; lo importante es tener una buena actitud, positiva y alegre”, dijo la entrevistada.