Opinión

Lo bueno es que nada ni nadie son para siempre

Heme aquí sin novedad alguna sobre lo que se me ha estado preguntando. Y es que no, no se me ha concedido que los restos de TOTO puedan descansar con los de su hermano JAMBI, y tampoco conozco la puntual razón del aseguramiento jurídico de su cadáver por parte de la ProFePA, aunque estoy al tanto de que la AC Va por sus Derechos solicitó expresamente respuesta de tal autoridad a lo correspondiente. Por lo demás, el Director General de los zoológicos capitalinos optó por seguir explotando a la criatura, ahora buscando exhibir su esqueleto. Seguro que así será, pero… en realidad Fernando Gual no anda muy equivocado en sus propósitos, ya que al paso que van las tantas muertes en las instituciones a su cargo, ciertamente pronto veremos el renacer del Museo de Historia Natural con hartas “piezas” provenientes de tales lugares donde en vida las criaturas no merecieron atención ni trato digno y respetuoso. Y es que para quien no lo sepa…

Ahora le tocó fallecer “de viejita”, ya se sabe, a la hipopótamo INÉS, quien a pesar de los tantos millones que dicen haberse invertido en el Zoológico de Aragón desde la administración cardenista, hubo de pasar sus 46 años de vida sobre superficie de cemento y, si acaso, remojándose en una charca que según Diana Valencia, presidente de la AC Abriendo Jaulas & Abriendo Mentes que le ha llevado marcaje, no llega al metro de profundidad, medida que por supuesto no le permitía sumergirse o siquiera bañar por completo su cuerpo -aún con el agua siempre sucia que contenía la fosa- menos aún ya mayor, al estar atrapada por problemas artríticos de los que se conoce bien el grado de dolor, impedimentos e incapacidad que causan, especialmente con esa talla y peso. Según comunicado oficial se le estaba tratando con analgésicos y condroprotectores, pero, de uso humano, para lo cual, entonces, debieron ser varias las administraciones de día y por la noche, que por supuesto no procedieron. De sus lesiones en piel ni qué decir, al intentar curárselas con pomaditas y mejunjes. Siendo así, preparémonos para que la siguiente gran muerte sea la de la elefante ELY, por la que la segunda organización citada y con amplio apoyo internacional ha hecho hasta lo imposible para que se autorice su traslado a santuario donde su rehabilitación física, emocional y mental está garantizada. Hoy sobrevive en total soledad, y también con lesiones en piel y dolorosos problemas motrices que en otras partes del mundo no sólo están siendo aminorados con mayor efectividad, sino hasta usando prótesis diseñadas específicamente para el propósito (Bionic Pets acaba de elaborar una para aliviar el dolor de rodilla de la elefante MAE MAI), más aquí en los zoológicos capitalinos esto no sucederá, al contar con directivos tan acomplejados, resentidos, mal agradecidos, engreídos, soberbios y tan pequeños de pensamiento, palabra, obra y eso sí, sobrados de omisión.

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