Opinión

El día de los inocentes en la mitología

Hoy se celebra el día de los Santos Inocentes. Como se sabe, esta conmemoración religiosa se hace en honor de los niños que, de acuerdo con el evangelio de Mateo, fueron asesinados por el rey Herodes el Grande. Este relato exclusivo de este evangelista -no aparece en los otros tres evangelios canónicos- señala que unos magos (sacerdotes ligados al conocimiento de la astrología) que procedían de Oriente, seguían a una estrella que los condujo hasta Judea, se presentaron al rey Herodes para preguntarle en dónde se encontraba el rey de los judíos que acababa de nacer y al que venían a adorarle. Herodes se alarmó por la noticia, pensó que había nacido la persona que lo destronaría. Consultó y confirmó el hecho con los escribas y sacerdotes, se reunió con los magos y les pidió que cuando encontraran al niño le informaran el lugar en el que estaba para que él también fuera a adorarlo. Después de cumplir su cometido, los magos fueron advertidos en sueños de no volver con Herodes. Al no poder localizar al recién nacido el rey mandó matar a los niños de Belén y toda la comarca, que tuvieran hasta dos años. A tiempo, un ángel del señor -cuenta Mateo- advirtió a José que tomara al niño y a su madre y huyeran a Egipto, lugar en el que permanecieron hasta la muerte de Herodes.

Día de los Santos Inocentes

Día de los Santos Inocentes

La veracidad histórica de la matanza de los inocentes debida al nacimiento de Jesús ha sido puesta en duda, no por la brutalidad del personaje que ciertamente está documentada por los historiadores y que harían perfectamente verosímil una masacre así, sino por algunas inconsistencias en las fechas en las que supuestamente se registró. La principal tiene que ver con el dato de que Herodes reinó efectivamente en Judea desde al año 37 a.C. hasta su muerte, ocurrida cuatro años antes del nacimiento de Jesucristo (Paul Johnson. La historia de los Judíos). Los católicos romanos establecieron la fecha de la conmemoración de los inocentes el 28 de diciembre, en tanto que los creyentes egipcios el 8 de enero.

Independientemente de que este hecho haya o no tenido lugar en la historia, el relato del rey tirano que intenta matar a un niño que ha nacido o está por nacer y que amenaza con sucederlo en el trono tiene gran parecido con algunos mitos sobre el nacimiento de personajes religiosos en otros lugares o épocas. En la propia tradición hebrea se cuenta que el nacimiento de Abraham quiso ser impedido por el rey Nimrod mediante una matanza de setenta mil niños. El rey que sabía de astrología había leído en las estrellas que en ese tiempo nacería un hombre que se levantaría contra él y pondría fin a su reino y a su religión. La madre logró huir de la ciudad y pudo tener al niño en una cueva en dónde fue abandonado y alimentado por un ángel. Esta historia se encuentra – según Joseph Campbell- en un Midrash tardío. Otro pasaje bíblico que trata una historia similar es la matanza de infantes que ordena el faraón egipcio para impedir el crecimiento de la población judía en sus dominios por temor a una rebelión que lo derrocara y de la cual se salva milagrosamente Moisés.

En la mitología griega se cuenta que Crono devoraba a sus hijos al nacer para evitar que se cumpliera el designio de que sería destronado por uno de ellos. La brutalidad de Crono resultó inútil porque al final se cumplió el destino y fue su hijo Zeus el que logró derrocarlo. En la India el rey tirano Kansa escuchó una voz que le anunciaba que sería asesinado por uno de sus sobrinos. Los intentos por impedirlo mediante el asesinato de los pequeños al nacer fueron inútiles porque al final el octavo de ellos, Krishna, logró vencerlo.

Estos relatos mitológicos sobre los peligros mortales y las duras pruebas que enfrentaron desde su nacimiento hasta su entronación o su muerte diversos personajes, forman parte de una larga tradición que se remonta hasta las primeras civilizaciones y cuyo propósito es “glorificar a sus héroes, reyes y príncipes míticos, fundadores de religiones, dinastías, imperios o ciudades, en suma, sus héroes nacionales. La historia del nacimiento y la infancia de estas personalidades llegó a ser investida, en particular, de rasgos fantásticos que en las diferentes naciones, aún en aquellas separadas por vastas regiones geográficas y de existencia totalmente independiente, presentan una desconcertante similitud y, hasta en parte, una correspondencia exacta” (Otto Rank. El mito del nacimiento del héroe).

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El haber superado las duras pruebas y obstáculos -en ocasiones con ayuda divina- que los poderosos, los tiranos o los enemigos de cualquier tipo, le ponían en su camino, legitimaban al líder y lo colocaban por encima de los mortales comunes. Se construía así la figura de un personaje al que había que seguir o adorar sin titubeos. La matanza de los inocentes, más allá de su historicidad, sin duda forma parte de este tipo de relatos mitológicos.

En el mundo de habla hispana, en la actualidad el motivo de conmemoración religiosa de los inocentes ha ido cediendo paso a una ya tradicional costumbre laica de hacer bromas para intentar engañar a quien se encuentre desprevenido. En algunos países de Europa y en Estados Unidos este día se celebra el primero de abril y se conoce como el “día de los tontos”. Las bromas forman parte de un juego lúdico en el que tanto el sujeto que engaña como el que es engañado colaboran. El hecho motivo del engaño es presentado siempre con gran seriedad formal y por personas o medios con autoridad o confianza, lo que induce en primera instancia a su credibilidad o verosimilitud. Sólo en un segundo momento, cuando las personas intentan comprobar el asunto con la realidad caen en la cuenta de lo absurdo de la mentira que se creyeron. A los que son pillados se les conoce en Estados Unidos como “pescados de abril” y en México se les dice: inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo… Mas allá de lo gracioso es un recordatorio para corroborar lo que se escucha.