Opinión

Discreción

Actualmente el mundo se ha vuelto un pañuelo, como solían decir nuestros antepasados. Es decir, todo se acaba sabiendo a una velocidad inimaginable, lo íntimo se puede volver publico en cualquier momento y pareciera que ya no hay nada privado que pueda resguardarse.

Es por ello que revalidar la discreción es de suma importancia, hacerlo acaba convirtiéndose en una habilidad crucial tanto en la vida personal como en el ámbito colectivo.

Debemos mantenernos alertas para distinguir lo que podemos compartir con los demás de lo que debe mantenerse a resguardo para que nuestra intimidad sea respetada y respetar la de los demás. En el ámbito privado debemos ser extremadamente cautelosos con la información que compartimos; por ejemplo, en las redes sociales, pues nuestra información puede ser distorsionada, utilizada incluso con fines delictivos o dañar nuestras relaciones afectivas verdaderas. Es esencial ser conscientes de que actualmente todo queda grabado para siempre y que esa puerta de nuestro pasado puede afectarnos a largo plazo.

Tengamos también claro que nadie tiene derecho a divulgar nada acerca de nuestra vida privada sin nuestro consentimiento y qué esto aplica de ida y vuelta es decir, nosotros tampoco tenemos ningún derecho de hacérselo a ninguna persona. Así que de preferencia no compartas tus secretos y no permitas que los demás te hagan confidente de los suyos pues una vez que salen habrán de contarse hasta en las plazas públicas y puede sospecharse que tu hayas sido el incidente. Cuando alguien te dice “te voy a contar algo pero no se lo digas a nadie” es mal negocio, porque quizá no puedas cumplir tu palabra.

Algo que ayuda muchísimo es el centrarnos mejor en nuestros propios asuntos en lugar de andarnos metiendo en lo que no es de nuestra incumbencia.

En cuanto a las persona públicas que están expuestas al escrutinio público como políticos, artistas etc. la discreción puede significar la diferencia entre una reputación intacta y una crisis de imagen. Lo anterior es porque sus acciones y decisiones siempre son interpretadas por un amplio público que es muy disímbolo.

La prudencia en divulgar tus preferencias, sobre todo políticas, te liberará de insertarte o comprometerte con alguien que pueda después disgustarse contigo por considerarte traidor.

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En las empresas, es muy valioso respetar la confidencialidad que se maneja, pues en ocasiones es información sensible para todos que sustenta la integridad y reputación de la organización para la cual se trabaja.

Por todo lo anterior, la discreción en la vida privada y pública es una habilidad valiosa en nuestra sociedad actual, puesto que nos permite proteger nuestra privacidad y la de los demás manteniendo relaciones saludables y respetuosas, y preservando nuestra reputación y profesionalismo. En una era donde la información es fácilmente accesible, la discreción es no solo una elección sino una necesidad.

En suma: encontrar el equilibrio adecuado entre compartir y reservar la información es una cualidad importante. No se trata de ocultar aspectos de nuestra vida, sino de elegir sabiamente que compartir, con quién y en qué contexto. Reflexionar antes de hablar nos evitará muchos problemas.

Mail: l.delalma@yahoo.com.mx