Opinión

¿Cómo se jodió el Perú?

Más allá de comprensibles filias y fobias políticas, nadie debería discutir que Mario Vargas Llosa es un extraordinario escritor. Y cuando vimos este miércoles el intento de autogolpe de Estado en Perú que perpetró Pedro Castillo, a muchos nos vino a la mente aquella famosa frase de Conversación en la Catedral, cuando el protagonista, Santiago Zavala, un estudiante universitario contrario a la dictadura de Manuel Odría en los cincuentas, se pregunta: “¿En qué momento se había jodido el Perú?”.

Cincuenta y tres años después de la publicación de la novela, es evidente que el Perú sigue jodido. Para millones de peruanos y peruanos este miércoles fue un día de horror, en que las palabras de Castillo resonaban en un eco que tenia la voz de Alberto Fujimori, cuando, treinta años antes, ordenó también disolver el Congreso y dio un autogolpe de Estado.

Pero a Castillo no le salió bien la jugada, y esto se explica en buena medida porque en estos treinta años el estado democrático se ha fortalecido, y el ejército, no solo en Perú, ha entendido que debe respetar el orden democrático y no dedicarse a poner y quitar presidentes a voluntad.

Y eso no solo en Perú. Recientemente, vimos como los partidarios del presidente brasileño saliente, Jair Bolsonaro, se manifestaron frente a los cuarteles para pedir anular las elecciones que ganó el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Pero no hicieron caso, muy a pesar de que Bolsonaro es un exmilitar retirado y que llenó su gabinete de uniformados. Sin duda, esto es una gran noticia.

El ya expresidente de Perú, Pedro Castillo, detenido en una comisaría de Lima

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EFE

Regresando a Perú, nada justifica el intento golpista de Castillo, las reglas democráticas se deben respetar sin excusas, pero debemos dar contexto a lo ocurrido en Perú. Desde que tomó posesión como presidente en julio de 2021, la oposición derechista lanzó una campaña de acoso y derribo en su contra, en buena medida, por los indiscutibles lazos de parte de su partido, Perú Libre, con la guerrilla terrorista Sendero Luminoso.

La campaña luego se reforzó cuando la fiscalía abrió sucesivamente varias causas penales contra Castillo por presunta corrupción, y con esto llegamos a la tercera moción de censura, o de vacancia, contra el presidente en apenas año y medio.

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Con el ascenso de Dina Boluarte, Perú suma desde este miércoles seis presidentes en seis años y medio, un terrible síntoma de crisis política permanente. Una crisis alimentada por el hecho de que se estén usando las mociones de censura como una forma de acosar al gobierno y desestabilizar la gobernabilidad del país, y no como último recurso contra una presidencia insostenible.

Como primera medida, se ha de regular que deba pasar un cierto tiempo entre moción y moción, como exigen muchos países para evitar el mal uso de la herramienta, y así garantizar cierta estabilidad institucional. Porque si no, y especialmente en un mundo cada vez más dividido, el Perú seguirá jodido por mucho tiempo.