Opinión

Jugada maestra

La intervención del ministro presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, le dio un giro inesperado al debate sobre la Prisión Preventiva Oficiosa.

Arturo Zaldívar, ministro presidente de la Corte

Arturo Zaldívar, ministro presidente de la Corte

Cuartoscuro

La resolución parecía decidida, pero lo cierto es que de aquí al momento de la votación definitiva se abre un periodo de incertidumbre.

El meollo del asunto es que, a decir de Zaldívar, el artículo 19 de la Constitución no puede estar por encima de los derechos consagrados en el artículo primero de la Carta Magna.

Lo que sigue es pensar qué ministros, que ya dieron a conocer su opinión, podrían cambiarla. Se dice en corto en los pasillos de la Corte que el ministro José Luis González Alcántara-Carrancá podría usar los argumentos de Zaldívar para mudar de parecer.

Lo cierto es que él y otros integrantes de la Suprema estarán sujetos a fuertes presiones, comenzando por las del presidente de la República, en las siguientes horas.

Ya se verá mañana si la jugada maestra del ministro Zaldívar da resultados.

¿Alito salvará su pellejo?

Morena recurrió a una acción concertada para bajar a Alito Moreno del patíbulo al que ellos mismos lo subieron.

De un día para otro, en cuestión de horas, el dirigente nacional del PRI tiene una oportunidad de sobrevivencia política, siempre y cuando acate la instrucción que le susurró al oído el propio secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

La gobernadora de Campeche, Layda Sansores y el diputado Ignacio Mier también hicieron su parte: le mostraron al dirigente priista una rendija por la cual escapar del largo brazo de la ley. Todo se negocia, comenzando por la impunidad.

Alito podría salvar el pellejo, pero la alianza Va por México y su propio partido, el PRI, ahora más dividido que nunca, pagarán la factura. ¿Lo vale el político campechano?

Claro que no lo vale, pero en política los intereses están muy por encima de los principios.

Blinken, visita tensa

A unas horas de la llegada a México del secretario de Estado de EU, Tony Blinken, el canciller Marcelo Ebrard busca orientar el debate hacia las alertas de viaje que emite con regularidad la oficina de Blinken.

Lo que busca el gobierno norteamericano es que sus ciudadanos no se expongan al visitar lugares que no ofrecen garantías plenas de seguridad. Es desde luego una medida unilateral.

El gobierno mexicano replica diciendo que en territorio de EU también hay muchos lugares peligrosos y México nunca pide a sus ciudadanos no visitarlos.

Acaso podríamos comenzar a hacerlo. Lo cierto es que la visita de Blinken se llevará a cabo en un ambiente de tensión inocultable. Las sonrisas y buenas maneras del visitante son la cara amable de una realidad ingrata.

La administración Biden acumula cuentas pendientes con la 4T. En cualquier momento comenzará a cobrarlas.

Se parecen más de lo que creen

Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador reaccionaron de la misma manera cuando se enfrentaron al desafío de las bandas del crimen organizado: se recargaron en las fuerzas armadas.

En su sexenio, Calderón sacó a los soldados de los cuarteles con el argumento de que realizarían tareas de contención. O sea, evitar que los carteles crecieran mientras se formaban policías capaces de detener a los malandros.

Ahora, en su oportunidad, López Obrador no quiere regresar a los soldados a sus cuarteles porque no tiene otra opción para enfrentar a las bandas criminales.

Quiere que se queden en las calles incluso cuatro años después de que él, AMLO, deje el Palacio Nacional.

Tal vez, en contra de lo que macha la propaganda oficial, Calderón y Andrés Manuel se parecen más de lo que ellos mismos quieren reconocer.

Lee también