Opinión

¿Era jurídica para los animales no humanos?

Parece ser que no sólo en México, y particularmente en su capital, hay furor por legislar a favor de los animales no humanos (ANH). En muchos países está pasando lo mismo. Brasil, Francia e Inglaterra destacando por la dureza de sus propuestas con sanciones realmente inhibitorias. Llama también mi atención que unánimemente se insista en castigar la zooerastia, por cuanto aunque es práctica que existe desde que la humanidad es humanidad, resulta en extremo difícil acreditarla por propiciarse generalmente tras bastidores, claro, como no se trate de un pobre diablo sin recursos o de persona con algún problema mental natural o adquirido y que por ello la lleve a efecto a vista pública o se le documente invadiendo ilegalmente su privacidad, lo que necesariamente obliga a dar al tema una definición más precisa y un tratamiento duro, sí, pero correctamente manejado al tener como sanción fuerte pena corporal que lejos de rehabilitar al presunto lo haría presa de un sinfín de atropellos similares a su causa de prisión, partiendo de que incluso pudiera ni siquiera entender culturalmente la situación que, por otra parte, los podero$o$ librarían fácilmente al alegarla como parafilia con el apoyo de buen abogado, máxime, si la criatura violentada no presentara lesiones. Siendo de esa forma y produciendo daños más allá de los físicos, en la elaboración de esta disposición deberían participar mancomunadamente peritos médico-veterinarios con especialidad forense, etólogos, antropólogos, sicólogos y hasta psiquiatras expertos en asuntos del tipo, con el fin de que no se aplique una justicia desigual dependiendo de la condición del abusador.

Lo anterior viene a cuento como seguimiento al tema de la anterior semana relacionado con la reciente iniciativa con proyecto de decreto presentada por los diputados panistas Ana Villagrán y Diego Garrido, quienes propusieron reformas y adiciones al Código Penal del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, para incrementar las penas en materia de maltrato y crueldad animal como el citado. Muy bien, ¡claro!, sólo que, inaceptablemente eliminaron la referencia a “especie animal no humana”, siendo que ningún ordenamiento jurídico debe estar supeditado a creencias religiosas y/o tendencias políticas. Los seres humanos, guste o no, estamos catalogados científicamente como animales. De ahí que resulte estrictamente necesaria la puntualización, mayormente en el Código Penal de una Ciudad que reconoce a los ANH como “seres sintientes”. ¿Será por ello que tampoco sumaron el daño mental y emocional que puede padecer la fauna abusada?, además, quedando con secuelas a muy largo plazo. Sucede con perros y caballos históricamente mal empleados mañosamente o durante interrogatorios y procedimientos vengativos entre el crimen organizado. Asimismo, los legisladores eliminan improcedentemente… ¡chin!... continuaré el próximo jueves a falta de espacio por hoy.

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