Opinión

México debe integrar el Plan de Acción de AL

Hablaré sobre el llamado programa de Garantía Infantil Europea y la 
necesidad de crear uno en México y AL, éste unido a la estrategia de la 
Comisión Europea para proteger los derechos de la infancia, constituye una 
buena oportunidad para luchar contra la pobreza y la exclusión social de 
niñas y niños.
A pesar de los avances registrados en Europa a finales del siglo pasado, la 
crisis socioeconómica que comenzó en 2018 y la actual situación de 
pandemia del Covid-19 ha empeorado la ‬situación de niños y niñas, el 
colectivo que siempre es el más castigado y el que peor sale retratado 
cuando se analiza la pobreza en sus múltiples dimensiones.
A día de hoy, la vulneración de derechos de la infancia es una realidad en 
Europa, donde más de 25 millones de menores de 18 años viven en 
situación de riesgo de pobreza y exclusión social. A esta situación se añade 
la necesidad y la obligación de proteger a niñas y niños que huyen de 
guerras y de situación de extrema pobreza en sus países de origen.
España lleva varios años ocupando uno de los primeros puestos en este 
triste ranking de la pobreza infantil, con un índice de un 30,3% de pobreza 
y exclusión social entre los menores de 18 años. Se trata de una situación 
de vulneración de derechos y de carencia de recursos básicos que limita 
tanto el presente como el futuro de más de 2,1 millones de niñas y niños 
que viven un presente condicionados por esta pobreza y que ven 
amenazado su futuro, por lo que por eso es necesario poner en marcha 
cuanto antes un Plan de Acción de algún Programa de Garantía Infantil.
Destacamos los objetivos que se deben marcar en este programa, 
especialmente el de garantizar la atención de calidad a la primera infancia, 
y dirigiéndose especialmente a la infancia en peores condiciones 
socioeconómicas, partiendo de la base de que ejercer los derechos de niñas 
y niños desde sus primeros años de vida es la vía más eficaz para construir 
sociedades más justas.
Asimismo, entendemos que es un acierto apostar por garantizar aspectos 
materiales fundamentales como una alimentación adecuada y una vivienda 
digna a las familias con estas necesidades básicas sin las que es imposible 
construir un bienestar mínimo para la infancia.
Enmarcado en estos objetivos del Programa a nivel europeo, éste Plan de 
Acción de este programa debe llevarse a cabo en Latinoamérica y que 
tenga en cuenta a aquellas familias con hijos menores que vivan en riesgo 
de pobreza. 
Es un asunto crucial para el bienestar de niñas y niños, ya que una familia 
con escasos recursos no será capaz de atender debidamente sus 
necesidades más básicas.
El bajo nivel de renta de las familias es también el indicador más fiable para 
predecir las probabilidades de ‬abandono educativo temprano ‬de niñas y 
niños. Hablamos por tanto de una ayuda que no solo mejoraría el presente, 
sino también el futuro y las expectativas de las niñas y niños que viven la 
parte más dura de la desigualdad.
Además, este Plan debe situar a los niños y niñas en el centro de sus 
acciones, es fundamental que la opinión de niñas y niños sea tenida en 
cuenta y se articulen mecanismos para la rendición de cuentas a la 
infancia, también que desempeñen un papel protagonista en el 
seguimiento, ejecución y evaluación de esta estrategia es cuestión de 
derechos.
Debe ser una forma lógica y coherente de darle continuidad a la consulta ‬
nuestros derechos, nuestro futuro” ‬a través de la cual más de 10.000 niños 
y niñas han participado en el diseño estas estrategias a nivel europeo, y 
que han apoyado diversas organizaciones.
La protección de la infancia, condición básica para el bienestar de niños y 
niñas, es otro de los pilares que debe contemplar ese Plan de Acción, 
inspirándose en este objetivo del Programa de Garantía Infantil, y que 
aborda medidas para evitar la violencia en los distintos ámbitos en los que 
se desarrolla la vida de niñas y niños, haciendo especial énfasis, 
obviamente, en las redes sociales e internet.
Para hacer frente a un fenómeno tan complejo como el de la pobreza es 
necesario, además, que este Plan de Acción se base en una ‬acción 
coordinada entre la Administración en todas las comunidades autónomas y 
hacer frente así a la desigualdad territorial en nuestro país.
Tampoco debemos olvidar el papel que debe desempeñar la sociedad civil 
organizada como agentes que trabajan por, con y para la infancia es 
fundamental que esta estrategia cuente con las entidades sociales tanto en 
su capacidad para la construcción de políticas públicas como en la ejecución de proyectos y en el seguimiento y evaluación de algún Plan de Acción para América Latina.

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Luis David Fernández

Economista