Opinión

El pescado y la Cuaresma

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de preparación de los católicos para la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, es decir, la Pascua. Los 40 días que dura toma como referencia los 40 días que duró el Diluvio, los 40 días que estuvo Moisés en el monte Sinaí, los 40 años que peregrinó el pueblo judío y los 40 días que Cristo estuvo en el desierto de Jericó antes de comenzar su vida pública.

La Pascua tiene relación con el calendario agrícola y la renovación de la tierra para el cultivo; para fijar la fecha se toma en cuenta el calendario lunar y el solar. Se debe buscar el primer sábado posterior a la primera luna llena de primavera y a partir de esa fecha, se cuentan 40 días hacia atrás para determinar cuándo es el Miércoles de Ceniza, con el que inicia la Cuaresma.

La Iglesia católica y la Iglesia Ortodoxa coinciden con mucha aproximación en la celebración de la Cuaresma.

En cuanto al ayuno y la abstinencia, estas prácticas de la Iglesia parte de dos principios que deben estar presentes entre los creyentes: la caridad y la penitencia. El ayuno se entiende como una comida fuerte al día y sólo se practica el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, entre personas mayores de 18 años hasta los 59.

Miércoles de ceniza, inicio de cuaresma

Miércoles de ceniza, inicio de cuaresma

La abstinencia invita a los fieles a alimentarse de forma austera, renunciando a las carnes, especialmente los viernes, en memoria de que fue el día en el que murió Cristo. En sustitución de este alimento, en la antigüedad se comía pescado que era un producto barato, pero ahora, se ha encarecido especialmente en Cuaresma, cuando se consume el 50 % de la producción nacional de pescados y mariscos y con ello, se pierde el sentido de penitencia, ahorro y caridad que pide la Iglesia.

De acuerdo con el sentir cristiano, la abstinencia ayuda a dominar la voluntad, pero también conlleva a compartir en caridad con los más necesitados. La importancia de abstenerse de comer carnes rojas sólo encuentra su razón de ser en el deseo de compartir con los pobres, aquella suma que se pueda ahorrar al comer alimentos baratos. La abstinencia obliga a partir de los 14 años de edad.

La Cuaresma es un tiempo de austeridad y sencillez. Por eso, durante las misas se suprimen dos cantos festivos que son el Gloria, que sólo volverá a entonarse en forma solemne en la Vigilia de Pascua, y el canto del Aleluya, que ordinariamente se canta antes del Evangelio y que durante este tiempo litúrgico es suplido por el canto “Honor y Gloria a Ti Señor Jesús”. Estas modificaciones se normalizan hasta el Domingo de Resurrección. La austeridad también se denota por el número de flores que adornan las iglesias y que en este período se reducen, para dar paso al color morado que en algunos templos cubren a las imágenes.