Opinión

¿Y qué, cuál es el problema?

Los problemas son numerosos, pero no se puede más que estar contento por la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de que la Guardia Nacional no pasará a la Sedena. Reciban mis parabienes y mi admiración la ministra presidente Norma Piña y los demás conscientes ministros, menos los tres chiflados, Aturo Zaldívar, que de lengua se come un plato espeso, la “ ministra Yasmín Esquivel” y la ministra Loretta Ortiz. La decisión de la Corte fue un triunfo para la democracia. Sólo una vez he visto a elementos de la Guardia Civil asignados a la Sedena. De guardias civiles no tenían ninguna facha. Iban con uniforme de camuflaje y con armas. El camión que llevaban decía Guardia Nacional.

Elementos del Ejército Mexicano y Guardia Nacional durante un operativo

Elementos del Ejército Mexicano y Guardia Nacional durante un operativo

Cuartoscuro

Por supuesto que AMLO acusa a los ministros de facciosos. Cualquiera que lo desdiga está equivocado y se convierte en adversario. Un faccioso es miembro de una facción, un rebelde que se levanta en armas contra el poder. “Inquieto, revoltoso,, perturbador de la quietud pública, rebelde armado” asigna la RAE. Bueno, nada de eso son los muy respetables ministros (menos los tres chiflados).

Mientras tanto, el presidente confía sobre todas las cosas en los militares, los requiere para hacer carreteras, el Tren Maya y otros menesteres. Son mexicanos a prueba de fuego, aunque últimamente los de la Marina, según revelaciones del Washington Post, tan queridos por el ex presidente Felipe Calderón, el Moriarty de AMLO (era el archienemigo de Sherlock Hollmes), tienen sus rencillas con el ejército.

Lee también

Últimamente, las cosas no le salen al presidente como él esperaba. Por si fuera poco, casi todo México se enteró que el general Luis Crescencio Sandoval, el mero mero de la Sedena, la cabeza del ejército de nuestro país, se ha dado viajes de riquillo con su familia con dinero del erario, según una investigación realizada por Mexicanos contra la corrupción en alianza con Fábrica de Periodismo. Gracias a ellos se descubrió que nuestro general ha utilizado los jets del ejército, se ha hospedado en buenos hoteles y ha recorrido varios países con su familia, es decir, su esposa, su hija, su hijo, que es un alto funcionario federal de inteligencia, su nietecita y a veces ha ido con ellos la consuegra. A mí me parece muy bien que la gente viaje, que aprenda de otras culturas. Todo el mundo debería tener derecho a recorrer el mundo. Justamente por eso, el jefe de la Secretaría de la Defensa Nacional debería explorar otros países con sus propios medios y no llevar, como escribe Ignacio Rodríguez Reyna a los suyos y a “una célula de no menos de 10 militares que atiende sus necesidades, ayudantes de campo, asistentes para él y su esposa, jefe de seguridad, médico, enfermera, intérprete, además de los efectivos encargados de la avanzada.” Ignacio Rodríguez Reyna, por cierto, es periodista, fundador y director de emeequis (2006-2018). Ha escrito para El Universal, Milenio, El Financiero y La Jornada.

Ante los viajes de “mi general”, el señor presidente desde su púlpito mañanero, el espacio noticioso más conspicuo de México, donde todo es verdad, nada es mentira, exclamó con respecto a los recorridos de Luis Crescencio Sandoval “¿Y qué, cuál es el problema?” Yo le contestaría al primer mandatario, el representante gubernamental de México, como dice su cuenta de Twitter, que sí hay conflicto, que él habla de ser honesto, promueve la austeridad a diestra y siniestra, cercenando todo lo que puede, las medicinas para los niños con cáncer, el INAI, pegándole en el presupuesto al INE, de la cultura ni hablamos, bajando sueldos de los funcionarios que no son importantes, maltratando a los migrantes dentro de cárceles y un largo etcétera que el Fisgón consideraría puro melodrama, pura farsa. Así las cosas.

Otro asunto que mal trae al representante gubernamental del país es que la DEA, el organismo de Estados Unidos que se ocupa de impedir el tráfico ilegal de drogas, logró infiltrarse al Cártel de Sinaloa y a la red de Chapitos. Lo ha hecho durante el último año y medio para obtener información sobre trueque de fentanilo, por lo que el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció cargos contra los jefes del Cártel de Sinaloa, donde se encuentran muy activos los hijos del Chapo Guzmán. Andrés Manuel puso el grito en el techo de Palacio Nacional y calificó el operativo encubierto de la DEA como “ una intromisión abusiva y prepotente, que no debe aceptarse bajo ningún motivo”, en tanto que no se había realizado la peligrosa acción con conocimiento del gobierno mexicano. La gestora de la DEA, Anne Milgram, dijo que la DEA no se detendrá ante nada ni nadie “para proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos y la seguridad y salud del pueblo estadounidense”.

Como sabemos, el fentanilo mata, según se ha calculado, a 200 estadounidenses diario. El problema es realmente grave. Muchas veces se mezcla fentalino con medicinas para el dolor. Desde 2019 a 2021 aumentaron los decesos por opiácios. Se estima que se desde que se produjo por vez primera, el fentanilo ha matado a más gente en Estados Unidos que las guerras de Vietnam, Afganistán e Irak juntas.

El Washington Post publicó no hace mucho la terrible historia de ocho amigos en un lugar de North Carolina, que crecieron juntos y murieron por culpa de los opiodes. La verdad es que “con abrazos y no con balazos” resulta imposible evitar las muertes por el consumo de fentanilo. Un opiode es 50 veces más mortífero que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Dos miligramos de fentanilo, del tamaño de la punta de un lápiz, puede ser una dosis letal.

Ni modo, se infiltró la DEA, sin avisar, en el Cártel de Sinaloa. Es entendible, México ha hecho, si es que ha hecho, muy poco, pero existe otro inconveniente mayúsculo dentro de los Estados Unidos: la producción de armas y la compra permitida de ellas. Dentro de la Unión Americana se registran los siniestros shootings a mansalva, en los que han muerto niños de escuela, gente que pasaba cerca del cazador, asesinatos, pues, inexplicables, cometidos por locos. Y además también se trafica con armas de los Estados Unidos a México, y supongo que a otros países, que equipan a los narcotraficantes, como se dice, hasta los dientes.

Problemas hay, de todos colores y sabores.