Opinión

Más problemas de la reforma educativa

La educación “comunitaria” que quiere instalar la SEP en educación básica (EB) está plagada de sinsentidos y absurdos. Por ejemplo, rechazan el individualismo y, con ello, el alumno deja de ser el centro o sujeto-objeto de la educación.

Salón de clases en una escuela de México

Salón de clases en una escuela de México

Piensan que al colocar al alumno en el lugar central (como lo hace la escuela actual) estarán promoviendo el individualismo y negando la posibilidad de que desarrolle una conciencia social o solidaria.

Los documentos de la SEP no hablan de la forma en que el alumno adquirirá su autonomía moral, base de la libertad; en cambio, prohíben al maestro hacer alusión al mérito o al talento de tal o cual alumno pues piensan que con ello estarán creando desigualdades entre “alumnos que saben” y “alumnos que no saben” lo cual dará origen a desigualdades sociales.

Contradictoriamente, sin embargo, la reforma busca “empoderar” a “los” estudiantes (siempre hablan de “estudiantes” en plural y no mencionan una sola vez al “alumno”).

¿Cómo lo van a hacer? De dos maneras: 1) Quitando su jerarquía al maestro, lo que significa que alumno y maestro estarán en el mismo nivel, en ocasiones al alumno será maestro y en otras ocasiones, el maestro será alumno y 2) Mediante la participación democrática, universal, en la toma de decisiones de la escuela en la que participarán los estudiantes con un voto igual al de los maestros.

Su obsesión contra el individualismo los conduce a rechazar la “superación personal” que, según los autores del proyecto, eso promueve el “aspiracionismo”. Pero, las implicaciones de este rechazo son devastadoras: niegan la idea de que la EB deba formar para el trabajo y de dotar al alumno de preparación para construir una vida feliz y satisfactoria.

En cambio, la SEP trata de subrayar los “valores “colectivos” que se refuerzan en el contacto con la comunidad. ¿Pero qué valores colectivos van a aprender los alumnos en las comunidades reales ---barrios, colonias populares y comunidades rurales que viven en la mayor pobreza—en donde se localizan la mayoría de las escuelas?

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El proyecto entero se funda en una “comunidad ideal” y no en un conocimiento riguroso de las comunidades “reales”; éstas últimas tienen los índices más bajos de escolarización y en ellas prevalece la lucha por la sobrevivencia económica que se rige, aquí y allá, por los valores del mercado. Ni siquiera las comunidades indígenas más primitivas son ajenas a la compra y venta de mercancías.

La Constitución acierta, por lo mismo, cuando ordena en el Artículo 2º (que, me imagino, fue obra de la negociación con el EZLN) estos dos propósitos:

1) “impulsar el desarrollo regional de las zonas indígenas con el propósito de fortalecer las economías locales y mejorar las condiciones de vida de sus pueblos” y

2) “apoyar las actividades productivas y el desarrollo sustentable de las comunidades indígenas mediante acciones que permitan alcanzar la suficiencia de sus ingresos económicos, la aplicación de estímulos para las inversiones públicas y privadas que propicien la creación de empleos, la incorporación de tecnologías para incrementar su propia capacidad productiva, así como para asegurar el acceso equitativo a los sistemas de abasto y comercialización”.

La SEP no piensa igual: la capacitación para el trabajo de las nuevas generaciones es igualada a “la formación de capital humano para la gran empresa”. Su idea es no servir a la economía capitalista, aunque esta economía es la que domina en todo el país.