Regresamos a nuestro congreso favoritoDespués de tres años regresamos al congreso de la Sociedad Americana de Nefrología. Esta es la reunión científica en la que presentamos nuestros trabajos y tenemos la oportunidad de conocer el resultado de los de nuestros colegas alrededor del mundo. Es la mejor reunión científica en el ámbito de la nefrología y podría decir que es la única que vale la pena. 

El congreso de la Sociedad Internacional de Nefrología es de menor calidad, ya que, por su naturaleza, es menos estricta para la aceptación de trabajos, porque se busca la participación de congresistas de todos los países. La calidad en México es todavía menor, ya que no pasan de cinco los grupos en el país que realmente hacen investigación en esta especialidad.

 La asistencia a este tipo de congresos es fundamental, porque es en donde se entera uno de lo novedoso que han hecho o están haciendo los grupos de competencia en el mundo. 

Pero la asistencia presencial, a diferencia de lo que ocurrió los dos años anteriores en línea, es esencial, porque es la interacción que ocurre persona a persona la que realmente permite conocer mejor los proyectos que aún están en proceso. En el congreso ve uno los trabajos que serán las publicaciones en las revistas científicas de los siguientes 12 a 18 meses. 

Pero en la interacción persona a persona, se puede uno enterar de lo que apenas está en proceso, que serán quizá los trabajos que se presenten en el siguiente año y, por lo tanto, las publicaciones dentro de 18 a 36 meses. 

Además, la interacción directa con estudiantes e investigadores de diversas instituciones es la que genera ideas y posibilidad de colaboración en el desarrollo de proyectos de investigación. Por limitación de recursos y por no conocer como funcionan estos eventos, en nuestro país, las instancias que otorgan patrocinio a estudiantes para asistir, solamente lo hacen cuando tienen un trabajo que presentar, como si fuera el único objetivo de asistir a un congreso. Si no se tiene trabajo que presentar, difícilmente un alumno puede obtener recursos para asistir. 

Invertir en aprender no parece ser un esquema que a nuestras autoridades les parezca razonable.Es una pena que un estudiante de doctorado solo pueda asistir a un congreso de esta naturaleza en el último año, cuando ya tiene el trabajo terminado y lo va a presentar. La experiencia es tan enriquecedora, que deberían de asistir cada año para conocer a quien se están enfrentando. 

En mi grupo hemos hecho malabares a través de los años para que todos los estudiantes de doctorado acudan a este congreso desde el primer año y eso ha sido para ellos un aprendizaje. Les genera un reto al conocer el nivel de competencia. Hace algunos años tuvimos la oportunidad de llevar a este congreso a una alumna de la licenciatura que rotaba en mi laboratorio.

 Al pedirle permiso al profesor que le impartía en ese momento la materia de bioquímica para faltar tres días, la respuesta que obtuvo fue: los estudiantes no van a congresos. Cuando le explicó que la estábamos invitando, el profesor aceptó, pero con la siguiente sentencia: está bien, pero te llevas tus libros y te pones a estudiar allá, como si lo que estaba a punto de vivir no fuera una enseñanza inmensamente mayor.He tenido la oportunidad de llevar a decenas de alumnos a este congreso.

 En muchos casos no solo fue la primera vez que asistieron a un evento de esta naturaleza, sino fue la primera vez que salieron del país. En una semana se convierten en otra persona.Dr. Gerardo GambaInstituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM