Amnistía Internacional (AI) hizo un llamado al gobierno mexicano para que libere a las indígenas Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, acusadas del secuestro de seis elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigaciones (AFI) en 2006.
Actualmente se encuentran en el Centro de Readaptación de San José El Alto, Querétaro, desde agosto de 2006 para cumplir con una condena de 21 años, sin embargo, en abril de 2009 un tribunal ordenó un nuevo juicio, del cual se espera que el próximo mes emita la sentencia.
El 26 de marzo de 2006, seis agentes de la AFI presentaron una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) alegando que habían sido secuestrados por varias personas durante un incidente en el mercado de Santiago Mexquititlán, Querétaro.
El 3 de agosto de 2006 la PGR ordenó el arresto de tres mujeres indígenas que aparecían en una foto junto con los agentes de la AFI en un diario local. Sus nombres: Alberta Alcántara Juan, Teresa González Cornelio y Jacinta Francisco Marcial, esta última quien ya se encuentra en libertad.
Al momento de su detención a las tres mujeres otomíes no se les proporcionó acceso a un intérprete durante los procedimientos judiciales y el defensor de oficio que llevó el caso nunca habló con ellas para explicarles sus derechos y medios de defensa, señaló Amnistía Internacional. Durante las audiencias, los agentes de la AFI se contradijeron y el testigo principal nunca apareció en los careos.
“No existe ninguna evidencia creíble en contra de Alberta y Teresa. Nosotros creemos que han sido elegidas como blancos fáciles por su situación marginal como mujeres, pobres e indígenas”, dijo Rupert Knox, investigador de AI sobre México.
El caso es emblemático, ya que muestra la discriminación y juicios injustos que muchos indígenas enfrentan en el sistema de justicia penal mexicano; en ese sentido, agregó que el gobierno debe liberarlas de inmediato y sin ninguna condición, así como otorgarles una compensación.
Alberta Alcántara Juan, de 31 años de edad, es originaria de Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco de Bonfil, Querétaro. Antes de su detención trabajaba en una fábrica de ropa y en una pequeña parcela de tierra propiedad de su familia. Desde los 13 años de edad abandonó sus estudios para trabajar y ayudar en los ingresos de la familia.
Teresa González Cornelio, de 25 años de edad, es originaria de San Francisco Shaxni, municipio de Acambay, Estado de México. Antes de su detención también trabajaba en las tierras de su familia y hacía muñecas de tela.
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