El miércoles pasado, entró en vigor en Texas una legislación que prohíbe el aborto a las seis semanas de gestación, cuando puede detectarse el latido del corazón del feto, aunque en muchos casos muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas.
Desde la caída de Kabul, hace tres domingos, el presidente de EU no ha parado de recibir malas noticias: de los republicanos de Texas, de la Corte Suprema y ayer de las encuestas que hunden su popularidad y ponen a Trump como ganador, en caso de que se enfrenten en 2004
Biden ataca al alto tribunal y anuncia que destinará todos los recursos posibles de su gobierno contra la norma, que prohíbe abortar después de la sexta semana, cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas.
Jen Psaki contestó de esta manera tan cortante a un reportero de un medio religioso que le preguntó quién piensa Biden que vela por el feto cuando hay un aborto.
La interrupción del embarazo queda prohibida tan pronto se detecta el latido del corazón del feto. “Nuestro creador nos otorgó el derecho a la vida”: el gobernador republicano, Greg Abbot
El mandatario estadounidense designó este viernes a templos e iglesias como proveedores de servicios “esenciales” y amenazó con “pasar por encima” de los gobernadores si se niegan a su solicitud.
Si hasta ahora Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada y Carolina del Sur han repartido entre los cuatro 155 delegados, en el supermartes están en juego 1.357, un tercio del total de delegados de todas las primarias.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos anunció este viernes que revisará una ley del estado de Luisiana cuyos requisitos restringen el acceso de las mujeres al aborto.
La nueva norma estatal prohíbe interrumpir el embarazo pasadas ocho semanas, sin excepción para casos de violación. Sigue a Alabama, Kentucky, Misisipi, Ohio, Iowa, Dakota del Norte y Georgia
Durante la audiencia general en la plaza de San Pedro, condenó la “supresión de la vida humana en el seno materno en nombre de la salvaguardia de otros derechos”.