
Es curioso el desarrollo de la gestión ambiental en nuestro país: Mientras la mayoría de nuestra población expresa a través de encuestas estar preocupada por el mal manejo de los residuos en México, en cuanto se realizan las inversiones necesarias precisamente para manejar de acuerdo a normas y reglamentos vigentes estos residuos, surgen voces, acciones e iniciativas que se oponen precisamente a estas iniciativas. Es Huitzilopochtli revivido: Destruir lo hecho para regresar al origen estático, oscuro, anclado en el pasado, sin futuro ni porvenir, porque lo “por venir” da miedo. Y el miedo mueve los corazones y las conciencias de los seres humanos como ningún otro sentimiento. Ha sido históricamente el miedo el motor de grandes descalabros en la historia de la humanidad: El miedo paraliza, impide tomar decisiones ponderadas, hace vulnerables a las personas que tienen miedo. Históricamente, los líderes que saben manejar el miedo han manipulado a la gente para avanzar sus propias agendas políticas. Esto acaba de repetirse en Zimapán, Hidalgo, en dónde uno de esos líderes que quieren hacer carrera política con el “NO”, ganó las elecciones para ser presidente municipal en Zimapán, Hidalgo. Heredero de uno de esos cacicazgos venidos a menos que abundan a lo largo y ancho de México, hizo tema principal de su campaña el oponerse a la puesta en marcha del confinamiento para residuos industriales más moderno de Latinoamérica que se construyó con la mejor tecnología disponible para atender las necesidades de la industria del centro del país. Movió el miedo de la población para adueñarse del poder. “Chema” Lozano, dueño de una gasolinera en Zimapán, tuvo un solo lema en su campaña: cerrar el confinamiento para residuos, despertando el miedo entre la población. No realizó una campaña con un programa de gobierno propositivo para mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos, hizo una campaña del miedo, y ganó. Como primera acción de su gobierno municipal de tres años ha anunciado el cierre ilegal del confinamiento, desconociendo las autorizaciones expedidas conforme a la ley por el ayuntamiento anterior, la aprobación conforme a nuestras leyes ecológicas de la Manifestación de Impacto Ambiental y el resultado de las múltiples investigaciones realizadas en el sitio por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Para este individuo, la no retroactividad de las leyes no existe. Lo que este sujeto no le ha dicho a sus seguidores es que él mismo está sujeto a una investigación federal por disponer ilegalmente en un predio no autorizado, los residuos peligrosos (aceites quemados, guatas y trapos impregnados de hidrocarburos, anticongelantes gastados, líquidos de frenos usados) de su propia gasolinera. Lo que tampoco les ha dicho a sus seguidores es que no hay ningún argumento ecológico que descalifique a la planta que tanto ataca, y que nuestro país, que es un actor serio en el contexto internacional, debe respetar los acuerdos que ha suscrito, y no desconocerlos después a voluntad de algunos “iluminados”. No habiendo ningún argumento ecológico o ambiental que descalifique al confinamiento, la empresa que lo construyó puede demandar al gobierno mexicano por la inversión efectuada conforme a todas y cada una de las leyes de nuestro país. La inversión efectuada es de más de quinientos millones de pesos, cifra que tendremos que pagar, y que el gobierno federal trasladará directamente al gobierno estatal, el cual lo transferirá al municipio de Zimapán, el cual se quedará sin recursos para atender las necesidades básicas de la gente que eligió a su nuevo presidente municipal. Pero la irresponsabilidad de estos políticos del populismo y el corto plazo no nos debería entristecer tanto como las señales negativas que estas acciones protagónicas e inmaduras envían a la comunidad nacional e internacional: México no sabe cumplir sus compromisos para con el medio ambiente, no cuenta con la infraestructura para disponer sana y seguramente de sus desechos industriales, de los cuales el 80% van a parar a las barrancas, los traspatios de las empresas o a predios no autorizados como el de la tía del flamante presidente municipal de Zimapán. Existe la sospecha bien fundada de que los dineros de los que dispuso este sujeto (más de un millón de dólares) provinieron de otra empresa que maneja también un confinamiento para residuos industriales peligrosos en el municipio de Mina en Nuevo León, y que no ve con buenos ojos que se instale una empresa competidora en el centro del país. Qué miopía y falta de compromiso con la preservación de nuestros recursos naturales. Qué tristeza ver cómo se engaña a nuestra gente ocultándole la verdad, cómo los funcionarios que administran nuestros recursos usan estos mismos recursos para promocionarse a sí mismos, sin importarles las consecuencias de sus actos. Por supuesto que todos queremos que no existan los residuos industriales peligrosos, pero mientras necesitemos sacar radiografías en los hospitales, aplicar quimioterapias a nuestros enfermos de cáncer, impermeabilizar los techos de nuestras casas, cambiarle el aceite a nuestros coches, comprar un refrigerador para nuestros alimentos o aplicar fertilizantes a nuestros cultivos, tenemos la obligación como humanos responsables de manejar en forma sana y segura los residuos provenientes de nuestras actividades. En Zimapán se construyó una planta avanzada para este fin. Su clausura arbitraria significa una desevolución ecológica. Lástima Margarito, no estamos listos los mexicanos para ser responsables con nuestro entorno. ¡Pobre de ti, mi México, no te mereces lo que se hace con tu Naturaleza! Te invito a ver hoy domingo los programas de televisión Vida Verde a las 11:30 por el canal 412 de Cablevisión y el programa Cinco para las 12 por el canal 4 de Televisa a las 17:30. quimicoguerra@quimicoguerra.com
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