
Un estudio publicado en el British Medical Journal que analizó información de 490 mil personas de 30 a 79 años, encontró que cuanto más picante consumen, menor era el riesgo de muerte por cualquier causa.
En concreto, se encontró que entre los participantes en el estudio tenían la costumbre de consumir alimentos picantes 6 o 7 días a la semana, lo que arrojó que tenían un 14% de menos riesgo de fallecer que aquellos que los tomaban menos de una vez a la semana.
La investigación publicada en el Journal of the American College of Cardiology concreta que el chile resulta especialmente eficaz para reducir la mortalidad por enfermedad cardiovascular.
Este ejercicio se llevó a cabo en Italia con 23,000 personas que se dividieron entre consumidores y no consumidores de chile.
Los autores del estudio controlaron el estado de salud y los hábitos de los participantes durante 8 años y tras ese periodo se comprobó que, entre las personas que consumieron picante un mínimo de cuatro veces a la semana, se había producido un 40% menos de infartos.
El efecto protector del chile no tiene relación con el tipo de dieta que se siga, aunque indudablemente una dieta natural y equilibrada juega a favor de la longevidad. Si la dieta, además, es saludable, la protección y la esperanza de vida aumentan.
El estudio señala que consumir picante parece ofrecer una protección general, pero sus efectos en el organismo se pueden concretar en:
Corazón más fuerte
El sistema cardiovascular es sensible a las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de la capsaicina. El consumo de picante está asociado a una reducción de los niveles de colesterol y a una protección de este frente a la oxidación que lo convierte en un peligro para la salud del corazón.
También disminuye la presión arterial, pues el consumo habitual de capsaicina dilata las paredes de los vasos sanguíneos y contribuye a su flexibilidad.
Ayuda a controlar el peso
La capsaicina ayuda a mantener el hambre bajo control. Por ello resulta de gran ayuda en las dietas hipocalóricas para reducir el peso. Además tiene un efecto beneficioso sobre la composición de la microbiota intestinal, que a su vez está asociada al sobrepeso y la obesidad.
Regula la tasa de azúcar en sangre
El consumo de chile se asocia con una mejora de los marcadores relacionados con el síndrome metabólico. Uno de ellos es la tasa de glucosa en la sangre. Al favorecer la acción de la insulina, los alimentos picantes contribuyen a evitar las subidas de azúcar demasiado rápidas. Por ello se recomiendan en el control complementario de la diabetes.
Reduce el riesgo de cáncer
Los estudios destacan que la capsaicina actúa selectivamente contra las células enfermas y que puede combatir el cáncer de muchas maneras al inducir la muerte de células cancerosas o detener su proliferación. Investigadores sugieren que consumir chile previene especialmente los cánceres de estómago y vejiga.
Mejora la digestión
Al contrario de lo que se cree, el picante favorece el buen funcionamiento del sistema digestivo e incluso puede prevenir las úlceras. La capsaicina estimula la producción de los jugos gástricos que facilitan la asimilación de nutrientes, mejora su absorción y promueve el buen estado de la mucosa intestinal.
Solo puede estar contraindicado si se sufre de síndrome de intestino irritable o de acidez.
(Información de germinarte.es)