Cultura

Concebida en el corazón del asedio nazi a Leningrado, la Sinfonía no. 7 de Shostakóvich será interpretada por la OSPIN

Presentará IPN la “Sinfonía de Leningrado”

OSPIN

A inicios de septiembre de 1941, la Alemania Nazi atracó las puertas de la ciudad de Leningrado, hoy San Petersburgo, en la Federación Rusa, y la mantuvo sitiada durante casi 900 días. El fascismo pretendió hacerse de las fábricas de armas, los astilleros y las plantas siderúrgicas más grandes de la entonces Unión Soviética, pero como casi todo proyecto que emprende el género humano, la ofensiva germana poseía también una orientación simbólica: aplastar el espíritu de la gloriosa revolución soviética reduciendo a escombros la ciudad homónima de su más grande hacedor, Vladimir Ilich Lenin.

Entre la hecatombe que materializó el asedio más destructivo, voraz y letal jamás entintado en la prosa de la historia contemporánea, un artista se dedicó a narrar el sufrimiento del terruño ruso, y su eventual resurgir, en notas musicales. Ese artista era el músico Dimitri Shostakóvich y su obra, la Sinfonía no. 7, la “Sinfonía de Leningrado”.

Desde las cenizas

Huérfano de toda piedad, desprovisto de un tejado, famélico y expuesto a la gélida escarcha o la terrible psicosis generada por el rugir de los stukas alemanes, Shostakóvich, reacio a abandonar el Conservatorio de la ciudad y dejarlo en manos de la vanguardia nazi, construyó su sinfonía como el último refugio de la derruida ciudad; un espacio metafísico, acompasado, a tempos que siguen los sentires del autor, una música que se muestra ajena y no a la guerra.

Para junio de 1942 los músicos de Leningrado, ya ensayaban lo grabado en las partituras de Shostakóvich, con estómagos achicados, casi rendidos al hambre y echando mano de instrumentos remendados, prácticamente improvisados, una dantesca orquesta soviética de no muertos y no vivos buscó insuflar vida en los corrompidos cuerpos las casi cuatro millones de personas que quedaron atrapadas entre Leningrado y las ciudades vecinas ocupadas por los nazis.

leningrado

Shostakóvich logró estrenar su opus el 9 de agosto de 1942, in situ, entre lo poco que quedaba de la ciudad y que se haría aún menos. Leningrado obra y Leningrado asedio, recordaron al mundo la dimensión redentora del arte, la capacidad del espíritu humano para transmutar la tragedia en sublime belleza y evadirse de la prisión doliente a la que le confina la carne. Shostakóvich le mostró a los soviéticos en Leningrado que la virtud existe aún en la más cruda y honda incertidumbre.

En el politécnico

Shostakóvich

Más de ochenta años después del estreno del Réquiem de Dimitri Shostakóvich, por Leningrado y sus habitantes, la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional (OSPIN) presentará esta magnum opus en un concierto que invita a la audiencia a reflexionar sobre la belleza, la resistencia y la esperanza.

El concierto de la OSPIN forma parte del programa “La Sinfonía de la Victoria” y se presentará el jueves 26 de junio a las 19:00 horas y el sábado 28 de junio a las 13:00 horas, en el Auditorio “Ing. Alejo Peralta” del Centro Cultural “Jaime Torres Bodet”, en Zacatenco.

Adicionalmente, la OSPIN programará la obra para los días 17 y 19 de julio, en el marco de la XLII Feria Internacional del Libro del IPN, nuevamente en el Centro Cultural “Jaime Torres Bodet”.

Para todas las presentaciones programadas de la obra de Dimitri Shostakóvich el donativo general será de 50 pesos y 25 pesos para miembros de la comunidad politécnica, maestros y INAPAM.

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