Academia

El estudio de la UV serviría para generar tratamientos contra el cáncer y bacterias súperresistentes

Estudian compuestos metálicos “amigables” con potencial terapéutico

Investigación en la UV La investigación se lleva a cabo en el Instituto de Ciencias Básicas de la UV, a cargo de Tomás Guerrero Briseño. (Omar Portilla Palacios)

Investigadores de la Universidad Veracruzana, encabezados por Tomás Guerrero Briseño, desarrollan nuevas moléculas metálicas que servirían como tratamientos efectivos contra el cáncer y bacterias resistentes a antibióticos.

En entrevista, el investigador del Instituto de Ciencias Básicas (ICB) de la UV explicó que el proyecto científico se enmarca en una larga tradición científica que comenzó en los años sesenta, cuando se descubrió la actividad antitumoral del cisplatino, un metalofármaco aún vigente como tratamiento de última línea para pacientes con cáncer; no obstante, este fármaco presenta alta toxicidad y genera efectos secundarios graves como daño renal y resistencia celular.

A partir de esa problemática, Guerrero Briseño y su equipo buscan sustituir el platino por metales esenciales como el zinc y el molibdeno, los cuales están presentes de forma natural en procesos biológicos.

La innovación reside en combinar estos metales con cumarinas, compuestos naturales con reconocida actividad antioxidante y antiinflamatoria. Esta doble modificación –en el núcleo metálico y en su entorno orgánico– tiene como propósito mejorar la eficacia terapéutica y disminuir los efectos adversos.

“Estamos trabajando con derivados cumarínicos tanto de zinc como de molibdeno, ambos se encuentran en enzimas y procesos biológicos. Recientemente publicamos un artículo sobre una estructura novedosa que mostró resultados prometedores en pruebas in vitro”, explicó el investigador.

El estudio se realiza en colaboración con la Facultad de Bioanálisis y el Instituto de Ciencias de la Salud, y aunque por ahora se enfoca en líneas celulares de cáncer de próstata, también se exploran posibles aplicaciones antibacterianas, en particular contra cepas resistentes a antibióticos.

“El uso de metales puede sonar agresivo, pero al trabajar con elementos que ya son afines al cuerpo humano se abre un abanico de posibilidades terapéuticas y tecnológicas”, aclaró Guerrero Briseño, quien subrayó la versatilidad de los metales también en catálisis y diseño de materiales.

La selección de estos metales se basa en una revisión rigurosa de la literatura científica; por ejemplo, el zinc es clave en procesos de reparación del ADN: “Sabemos que tanto su exceso como su deficiencia pueden ser perjudiciales; la idea es aprovechar esos mecanismos celulares”, comentó.

Entre los principales desafíos del proyecto, Tomás Guerrero mencionó el acceso a tecnología especializada, ya que las estructuras de rayos X, espectrometría de masas de alta resolución y análisis termogravimétrico deben enviarse a lugares que se ubican fuera de la ciudad de Xalapa. Aun así, el equipo ha contado con apoyo institucional, especialmente de la Dirección General de Investigaciones y de la Rectoría de la UV.

El proyecto también forma parte de un esfuerzo colectivo para consolidar un consorcio regional de desarrollo de moléculas bioactivas, iniciativa que busca posicionar a Xalapa como un polo científico en temas de química y salud, una prioridad nacional, destacó el investigador.

Además de su impacto científico, durante los últimos cinco años esta línea de investigación ha colaborado con la formación de cerca de 40 estudiantes de servicio social, licenciatura, maestría y doctorado: “Los alumnos se titulan, publican y se incorporan al mercado laboral con una formación de alto nivel; es exigente, pero los resultados son palpables”, afirmó Guerrero Briseño.

Respecto a las expectativas del proyecto, el investigador destacó su potencial a largo plazo: “Una evaluadora, única mujer en México que ha patentado un metalofármaco, dijo que este proyecto puede dar frutos durante décadas, así que las posibilidades son ilimitadas, si se trabaja con observación y constancia”.

El académico subrayó la relevancia estratégica de este tipo de investigaciones: “México necesita soberanía en temas de salud y este proyecto genera conocimiento, forma recursos humanos y podría, en el futuro, derivar en ensayos clínicos. Eso es lo que el país requiere como prioridad”.

Por último, agradeció al equipo de colaboradores, estudiantes y autoridades universitarias por el respaldo constante, así como a todos aquellos que desde diferentes espacios en Xalapa trabajan con el mismo objetivo: contribuir al bienestar social a través de la ciencia.

Tendencias