
El verano de 2024 fue atípico en el archipiélago de Svalbard (norte de Noruega), con una ola de calor marino que provocó temperaturas muy por encima de lo normal.
Un análisis de aquel periodo señala que el deshielo glaciar fue del 1 % de la masa total de hielo.Aunque las condiciones meteorológicas que causaron la anomalía de temperatura son un episodio excepcional, los modelos climáticos sugieren que periodos con ese nivel de calor podrían acabar siendo normales a finales de siglo.
Svalbard es un archipiélago ártico cubierto de glaciares en el mar de Barents conocido por albergar, desde 2008, la Bóveda Global de Semillas, una infraestructura en cuyas entrañas heladas se atesora la mayor colección de seguridad de semillas del mundo para salvaguardar la base de la alimentación mundial.
Un equipo de la Universidad de Oslo publica un estudio en Pnas donde cuantifican la pérdida de hielo en Svalbard en aquel verano, para lo que usaron observaciones, modelos y teledetección.
El deshielo glacial del verano de 2024 ascendió a alrededor de 61,7 gigatoneladas, lo que corresponde a un 1 % de la masa total de hielo de Svalbard, similar a la pérdida de masa de la capa de hielo de Groenlandia, 50 veces mayor, en ese año.Teniendo en cuenta la pérdida glacial en las zonas cercanas, la zona del mar de Barents perdió alrededor de 102,1 gigatoneladas de hielo en un solo año.
Esa disminución del hielo contribuyó en unos 0,27 milímetros al nivel global del mar, de los cuales 0,16 milímetros procedían de Svalbard.Gran parte del deshielo se produjo en un periodo de seis semanas, cuando se mantuvo un patrón de circulación atmosférica persistente que provocó las temperaturas atmosféricas récord.
En la actualidad, ese es un fenómeno con un intervalo de recurrencia extremadamente bajo en las condiciones climáticas actuales.Sin embargo, las proyecciones climáticas sugieren que estos niveles de temperatura serán cada vez más habituales a finales del siglo XXI, y podrían incluso superar los registrados en 2024.
El estudio indica que “el verano de 2024 en Svalbard sirve como pronóstico para el futuro deshielo de los glaciares en el Ártico, ofreciendo una visión de las condiciones que se darán dentro de 70 años”.