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Expertos alertan sobre el aumento de ozono y llaman a sumar esfuerzos ciudadanos y gubernamentales

El aire de la CDMX cambió, pero la contaminación persiste

Calidad del aire en Ciudad de México (YT: UNAM Global TV)

En la década de los 90, la capital del país era conocida no solo por su tránsito y su crecimiento acelerado, sino también por tener uno de los aires más contaminados del planeta. Casi cuatro décadas después, el panorama ha cambiado, pero no necesariamente para bien: los problemas ambientales siguen presentes, aunque con un rostro distinto.Hoy, el contaminante que más preocupa es el ozono (O₃). De acuerdo con mediciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la primavera de 2024 casi todos los días se rebasó la norma establecida para este gas en la Ciudad de México.

A diferencia de partículas visibles como el esmog de los 90, el ozono es un gas traza que pasa desapercibido, pero puede provocar daños graves en pulmones, intestino y cerebro.La buena noticia es que, a diferencia del pasado, actualmente la población puede consultar en tiempo real la calidad del aire. Esta herramienta se ha convertido en una forma de proteger a las personas más vulnerables, que ahora pueden tomar decisiones informadas sobre sus actividades diarias.

Ciudad de México

Expertos recomiendan a la ciudadanía evitar realizar ejercicio en exteriores durante las horas pico de contaminación, así como reducir el uso del automóvil y elegir productos más amigables con el ambiente. Estas pequeñas acciones, señalan, ayudan a disminuir la exposición y a reducir los niveles de contaminantes en el aire.Sin embargo, también advierten que la solución no depende únicamente de la tecnología. Se trata de un cambio cultural que requiere de la participación activa de la sociedad y de una respuesta sólida de las autoridades.

Para enfrentar este reto ambiental, es crucial que los gobiernos actualicen sus políticas públicas con base en la ciencia, con estrategias que realmente respondan a las condiciones actuales.La Ciudad de México ya no enfrenta el mismo escenario de contaminación extrema que la marcó en los 90, pero la batalla por un aire más limpio continúa.

El desafío de ahora es el ozono, un enemigo invisible que recuerda que, aunque los tiempos cambian, la calidad de lo que respiramos sigue siendo un tema vital para la salud de millones de personas.

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