Academia

En el marco de la entrega de los Nobel esta ceremonia y suceso histórico para la ciencia y la política internacional, compartimos historias como la de Carlos Vaquera, quien tuvo el “atrevimiento” de contactar a un Nobel para escribir juntos un artículo científico

Buscar a un Nobel para publicar, un “valiente atrevimiento”

Historias Nobel Carlos Vaquera tuvo la oportunidad de escribir un artículo con el Nobel Frank Wilczek en una afortunada colaboración. (UG/NobelPrize)

Los jóvenes físicos en la Universidad de Valencia necesitaban un colaborador, alguien que se especializara en un aspecto de la física de partículas que les permitiera concretar su artículo de investigación. Dentro de sus varias opciones apostaron a lo grande ¡y acertaron! Qué mejor que un Nobel para resolver la pieza faltante de su estudio.

El mexicano Carlos Vaquera realizaba una estancia posdoctoral en el Instituto de Física Corpuscular de Valencia, España, en 2016, donde colaboraba con el reconocido José Valle, quien era su jefe de investigación.

“Ahí trabajé con un estudiante muy brillante de licenciatura de la Universidad de Valencia en ese tiempo, Mario Reig, una de las personas más brillantes que he conocido en mi vida”, señala el mexicano en entrevista.

Con Reig realizó tres proyectos de investigación que derivaron en artículos publicados en revistas internacionales de alto impacto. Una vez en ese punto decidieron ponerse más creativos y hacer un proyecto más ambicioso, relacionado con teorías de gran unificación. La pléyade de talento de la que estaba rodeado Vaquera daría un salto cumbre, cuando decidieron buscar a un físico de quien habían aprendido en las aulas y no como su profesor.

Este 10 de diciembre se entregan en Estocolmo y Oslo los premio Nobel 2025, como cada año. En el marco de esta ceremonia y suceso histórico para la ciencia y la política internacional, compartimos historias como la de Carlos Vaquera quien –junto con su compañero– tuvo el “atrevimiento” de contactar a Frank Wilczek.

MODELO ESTÁNDAR.

Para comprender el resto de la historia y colaboración, Vaquera Araujo nos adentra un poco hacia el “modelos estándar” de la física, ese gran esquema que describe la materia y su interacción fundamental para entender un inmenso pedazo –aunque un fragmento en su totalidad– del universo, de lo que están compuestas galaxias, estrellas, planetas, vida…

Es también la teoría que mejor describe las interacciones electromagnéticas, cambios radiactivos e interacciones fuertes que dan lugar a las explosiones nucleares, añade el físico mexicano. “El modelo estándar es la mejor teoría que tenemos en la actualidad de la realidad, no sólo en la física, sino en todas las áreas, porque sus predicciones son extremadamente buenas”.

No obstante, hay cosas que este modelo estándar no explica, como la materia oscura, la masa de los neutrinos, tampoco describe la gravedad, por lo que existen esfuerzos por extender esta teoría y complementarla de manera que nos permita explicar más cosas, señala. Algo que no explica el modelo estándar es por qué existen todas las partículas fundamentales que conocemos, agrupadas en tres familias.

“Resulta que el electrón tiene otros dos parientes, que se llaman el muón y el tau, que tienen exactamente las mismas propiedades que el electrón, excepto por la masa; son partículas más pesadas y por lo tanto son inestables, les gusta decaer en electrones y otras cosas para obtener estabilidad”.

Historias Nobel Frank Wilczek y su esposa, Betsy Devine, ingeniera e investigadora, durante la velada Nobel.

Este tema había sido estudiado por Frank Wilczek, quien en la década de los ochenta había descartado algunos modelos de gran unificación que incluían unificación de familias, agrega. “En estos trabajos se pretende describir a todas las partículas de manera unificada, como provenientes de una sola mega familia, que da lugar a las que observamos experimentalmente”, agrega el Investigador por México, adscrito a la Universidad de Guanajuato.

“En esa dirección obtuvimos unos resultados muy interesantes y llegamos a un momento en el que decidimos que era conveniente trabajar en un modelo de dimensiones extras, porque en ese caso podíamos resolver algunos de los problemas que en los ochentas habían dado lugar a descartar muchas teorías, porque predecían la existencia de familias espejo de partículas que no vemos en los experimentos; por ello, esas teorías están descartadas. Trabajando en dimensiones extras de espacio, es posible que esas familias espejo en realidad no existan, que en nuestras cuatro dimensiones sólo observemos las familias que vemos experimentalmente”.

Llegaron a un punto donde necesitaban de un colaborador que supiera más sobre dimensiones extras o sobre unificación de familias. “Yo había pensado en un colaborador en particular, entonces le dije a Mario que se pusiera a armar un manuscrito para poder compartirlo y se incorporara a nuestro equipo de investigación. Pero resulta que Mario, además de ser muy brillante, era increíblemente atrevido”. El joven físico sabía bien que mucho del trabajo en esta área había sido realizado por Frank Wilczek, así que le envió su manuscrito.

“Si me hubiera dicho antes de enviárselo, le habría respondido: ‘sí claro, mándaselo y también a Santa Claus y a los Reyes Magos, a ver quién nos responde primero”. Pero resulta que el Nobel de Física 2006 –junto con David J. Gross, H. y David Politzer por “por el descubrimiento de la libertad asintótica en la teoría de la interacción fuerte”– se tomó el tiempo de leer y entender el manuscrito. “Le gustó y accedió a colaborar con nosotros, a pesar de ser una persona sumamente ocupada”.

La colaboración se desarrolló en un moderno intercambio epistolar, fue una colaboración a la distancia, relata Carlos Vaquera. En una ocasión, el Nobel visitó la Universidad de Valencia como juez de un premio que otorgan anualmente; era parte del jurado, pero no pudieron acceder a él porque estaba muy ocupado y estaba custodiado por la gente de la universidad, que no permitía que cualquier persona se acercara a él, recuerda. “Pero sorprendentemente sacamos este proyecto de investigación, sobre todo gracias a Mario, a su esfuerzo y a su valentía de escribirle a un Premio Nobel. El resultado de este proyecto de unificación de familias resultó en un ‘paper’, en un artículo de investigación muy bonito”.

El suceso dejó clara la moraleja para los jóvenes estudiantes, quienes ahora lo comparten irremediablemente, no sólo para la academia, sino para la vida: “sean valientes, vale mucho la pena. Eso abre muchísimas posibilidades que típicamente uno se cierra por no soñar en grande”.

Síguenos en nuestras redes, X, FB, IG y Bsky como Somos Cátedras, así como en nuestro podcast Ciencia por México.

Tendencias