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Daniel Werner: Debemos alentar a más jóvenes a considerar producción de alimentos como opción de vida

Es necesario atraerlos y mostrarles que la producción de alimentos es una actividad estratégica y llena de innovación tecnológica, como ocurre con los drones, aplicaciones para conocer el clima o los movimientos de mercado, agrega el funcionario israelí

entrevista

Daniel Werner habló para los lectores de Crónica durante un recorrido de expertos internacionales por granjas del noreste de Alemania y en Berlín.

Daniel Werner habló para los lectores de Crónica durante un recorrido de expertos internacionales por granjas del noreste de Alemania y en Berlín.

Antimio Cruz

A pesar de la escasez de agua y tierra fértil en la mayor parte de su territorio, lsrael es un país que ha resuelto exitosamente el desafío de producir y entregar alimentos a sus habitantes.

Riego por goteo, cultivo en hidroponía y protección a la calidad de suelos son ejemplos de aportaciones exitosas de la agricultura israelí para todo el mundo. Sin embargo, esta antigua nación de 5 mil años, que se reconstituyó como Estado nacional en 1948, también enfrenta uno de los fenómenos sociales más preocupantes que se presentan en todo el mundo: el abandono de las actividades agrícolas por parte de los jóvenes.

Sobre este escenario, conversó con los lectores de Crónica Daniel Werner, director de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, en el Centro de Comercio Exterior t Cooperación, en el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel. Entre otras ideas, este agrónomo que ha trabajado durante décadas en desarrollo de capacidades y transferencia de tecnología agrícola, considera que es necesario atraer a más jóvenes y mostrarles que la producción de alimentos es una actividad estratégica y llena de opciones de innovación tecnológica, como ocurre ahora con la incorporación de drones, aplicaciones para conocer el clima o los movimientos de mercado, así como la llegada del internet de las cosas para la producción agrícola.

Werner afirma que, sin no se aborda seriamente el problema del envejecimiento de los productores de alimentos, que está ocurriendo en todo el mundo, se crearán condiciones muy difíciles para la humanidad, pues la seguridad alimentaria ya enfrenta otros desafíos fuera de serie, como los fenómenos climáticos extremos, la degradación de suelos y la contaminación del agua.

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La conversación tuvo lugar en Alemania, durante una serie de visitas a granjas alemanas, que formó parte del encuentro internacional Seguridad Alimentaria y el Futuro de la Agricultura, organizado por el Ministerio Alemán de Asuntos Exteriores. En una de las granjas del estado de Brandemburgo, Daniel Werner expresó sus opiniones a este diario mexicano.

-- Desde tu punto de vista, ¿Cuáles son tres de los más importantes desafíos que Israel está enfrentando en los campos de seguridad alimentaria y agricultura del futuro?

-- Pienso que es la primera vez en la historia que los desafíos en agricultura son compartidos por todos los países.

El desafío central es que los gobiernos deben resolver cómo pueden proveer el suministro de alimentos en cantidad y calidad a sus pobladores.

Un segundo desafío es encontrar soluciones para responder a la nueva problemática que el cambio climático nos está presentando, con el entendimiento de que la población en el mundo está creciendo. Tenemos que generar alimentos para más personas, supliendo las pérdidas por cambio climático. La demanda aumenta y la cantidad de tierra cultivable es fija, no vamos a tener más tierra. En este desafío hay que agregar también la necesidad de cuidar el agua pues cada vez hay más ejemplos de lugares donde simplemente deja de haber agua.

Un tercer desafío, que nosotros en Israel vemos con mucha claridad pero que también se presenta en todos los países es el envejecimiento de los productores de alimentos. Desafortunadamente la edad promedio de los agricultores todo el tiempo avanza; en Israel es un problema muy crítico porque estamos acercándonos a los 60 años como promedio de edad de los agricultores y no vemos generaciones jóvenes que quieran hacer agricultura.

-- ¿Cómo se podría generar interés en más jóvenes cuando las sociedades de todo el mundo son cada vez más urbanas?

-- Yo pienso que una de las formas de atraer a más jóvenes es hacer la agricultura una actividad más “sexy”, si se puede decir de esta manera. Con esta frase quiero decir que para los jóvenes actuales la agricultura debe incorporar más tecnología, uso de drones, computación, inteligencia artificial y otros campos emergentes que ya tienen muchas aplicaciones para agricultura y que podemos reunir bajo la sombrilla o Umbrella de la innovación tecnológica.

-- ¿Cómo se puede lograr este balance entre productividad de alimentos y sustentabilidad? Hace 20 años todavía se enfocaba toda la atención en aumentar la productividad, pero ahora se busca una agricultura que conviva con el medio ambiente.

-- Sin duda eses es uno de los grandes desafíos en este campo de actividad: ¿Cómo poder mantener altos niveles de productividad sin provocar los daños que, entre comillas, la agricultura tradicional ha provocado?

Hay un concepto que se llama Intensificación sustentable o sostenible. Yo creo que, sin duda, tenemos que encontrar formas de producir en las que los rendimientos no bajen, pero se puedan reducir las partes del proceso de producción que tienen efectos negativos para el planeta. ¿A qué me refiero? Vamos a tener que reducir los espacios donde se realiza agricultura y en esos espacios más pequeños debemos obtener altos rendimientos. Esto no se puede lograr sin la generación y uso de nuevas tecnologías. Necesitamos nuevas variedades de cultivos más resistentes al cambio climático; necesitamos ir incorporando ideas que antes parecían fantasiosas pero que cada vez se ven más cercanas, como la agricultura vertical.

Sobre esta idea, de la agricultura vertical, siempre digo que me imagino yendo con mi nieto a un edificio de varios pisos donde se realizan cultivos: en el primer piso compro tomates o jitomates, como se dice en México; en el segundo piso compro pimientos y en otro piso compro proteína animal, etcétera. En este momento, este tipo de sistemas tienen limitaciones porque requieren de mucha energía, son caros y necesitan de inteligencia artificial para controlar el clima.

Lo esperanzador es que muchas empresas jóvenes de base tecnológica o start ups están buscando soluciones. Esto ya se ve con mucha claridad en Israel.

Estas ideas de cultivar en menores espacios, pero con más eficiencia tiene que ver con otro desafío: vamos a tener que transformar muchos de los espacios verdes, donde actualmente hacemos agricultura, porque deberán transformarse en sumideros de carbono; de modo que vamos a tener que reforestar espacios para encarar el exceso de emisiones de carbono.

La ventaja y la desventaja de que todos los países estemos enfrentando el mismo escenario radica en que no basta con que un país haga bien lo que le corresponde, si los otros países no se comprometen, no habrá forma de solucionar estos problemas que están conectados. Suena un poco romántico, pero para poder alcanzar el modelo de producción sustentable que he descrito vamos a tener que llegar todos a un acuerdo y pensar en las generaciones futuras.

Muchos de estos planteamientos parecen todavía amorfos, pero creo que por ahí será el camino.

Vamos a tener que cambiar la forma de producir proteína animal, vamos a tener que reducir el consumo y vamos a tener que buscarle alternativas de ingreso a los productores. Va a tener que ser una solución holística, que tome en cuenta varias realidades.

-- ¿Cómo imaginas al agricultor del futuro?

-- Definitivamente los productores de alimentos no se dedicarán a trabajar un solo producto; deberán tener el trabajo más diversificado para compensar riesgos de pérdidas, pero también me imagino a un agricultor más tecnologizado, con más apoyo de computadoras, con más conocimiento biológico, pero también con conocimiento técnico de robots, eficiencia energética y otras habilidades. Pero hay que recordar que la humanidad se ha adaptado exitosamente a varios cambios y ahora deberá adaptarse a la digitalización de los procesos de producción. En ese paso estamos.

¬-- Cuéntanos tres cosas que, desde tu punto de vista, ha hecho bien Israel en cuanto a seguridad alimentaria

-- Bueno. Primero es importante recordar que Israel ha vivido, desde siempre, crisis hídrica pues es un país desértico y, a diferencia de otros países, Israel no tiene combustibles fósiles. Este contexto no obligó a encontrar soluciones propias porque la necesidad es la madre de todas las invenciones. Esto nos lleva al primer acierto que quiero mencionar: cuando Israel comenzó a usar con éxito el sistema de riego por goteo destacó por tener una ventaja adquirida y no una ventaja comprada.

Israel también ha apostado mucho a favor de las grandes obras de ingeniería, como toda la infraestructura que se requirió para llevar agua del norte al sur; desde el Lago Tiberíades, conocido como el lugar donde caminó Cristo sobre el agua, hacia las tierras del sur, donde no se podía hacer agricultura por falta de agua.

Otro acierto es toda la tecnología de ahorro de agua, desde el riego por goteo creado en los años 60s hasta el desarrollo de tecnologías nuevas como las de desalinización de agua de mar por ósmosis inversa y un esfuerzo muy grande para desarrollar tecnologías de reciclaje de agua, que nos permiten ser líderes mundiales en ese campo, con reciclaje de entre 80 y 85 por ciento del agua de las ciudades, y esto permite que 50 por ciento del agua para agricultura sea reciclada.