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Ostricultura y piscicultura marina, oportunidades para el desarrollo acuícola sostenible en Baja California Sur

un principio fundamental para que la acuacultura tenga éxito es la selección adecuada del sitio de cultivo, y eso incluye no solo factores geográficos y ambientales, sino también los relacionados con la comercialización y logística

Científicos estudian la biodiversidad en un manglar.
En México, la acuacultura se enfoca principalmente en tres especies: camarón, ostión y tilapia. En México, la acuacultura se enfoca principalmente en tres especies: camarón, ostión y tilapia. (La Crónica de Hoy)

La acuacultura es una actividad primaria que se enfoca en la producción de organismos de origen acuático, que, si bien tiene orígenes milenarios, en las décadas recientes ha surgido como una respuesta ante las bajas en la captura por pesca. En México, esta actividad se enfoca principalmente en tres especies: camarón, ostión y tilapia; en el caso del primero, los datos publicados indican que actualmente 7 de cada 10 camarones que se consumen en nuestro país son de origen acuícola y el resto de la pesca, lo cual es un ejemplo interesante del potencial que tiene esta industria. La producción acuícola de mayor valor se lleva a cabo en los estados de Sonora y Sinaloa, quienes de acuerdo con la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura (2021) en conjunto obtienen ingresos por $16134 millones de pesos con 1863 km de costa marina, sin embargo, en el caso de Baja California Sur, a pesar de colindar con estas entidades y contar con 2131 km de costa marina, la actividad apenas generó $625 millones de pesos. En ese sentido, en busca de respuestas acerca de este fenómeno, se llevó a cabo una investigación de gabinete y de campo, lo anterior con el fin de se considere un insumo para la toma de decisiones.

Como resultado de esta investigación se encontró que tiene una explicación basada en diversos factores, el primero de ellos es el costo de la tierra, así como las características orográficas de la región. Siendo la entidad de vocación turística y destino migratorio de extranjeros (EE. UU. y Canadá), los costos de la tenencia de la tierra en zonas costeras suelen ser mucho más altos que otras entidades como Sonora y Sinaloa, aunado a que regularmente son terrenos con pendientes pronunciadas que dificultan y encarecen el diseño de granjas acuícolas tierra adentro. Por otro lado, al tratarse de una entidad con características muy similares a una isla, se complica la importación de insumos y materiales especiales (alimento comercial, por ejemplo), así como el procesamiento y comercialización de los productos, encareciendo el costo de producción que tiene como consecuencia una baja competitividad comercial. Otros factores como la falta de capacitación y de inversión pública y privada, así como de investigación aplicada con frecuencia son notables cuando se conversa con quienes están involucrados en esta actividad.

Otro hallazgo importante del estudio refiere que, si bien la actividad acuícola no es del nivel de los estados vecinos, está enfocada principalmente en dos ramas de la acuacultura muy importantes, la ostricultura y la piscicultura marina; lo anterior, a diferencia de Sonora y Sinaloa que fundamentan su producción en la industria del cultivo de camarón. Esta es una situación muy interesante, ya que un principio fundamental para que la acuacultura tenga éxito es la selección adecuada del sitio de cultivo, y eso incluye no solo factores geográficos y ambientales, sino también los relacionados con la comercialización y logística; por lo que la industria se enfocó en el cultivo de peces mar adentro, y el cultivo de ostión en zonas estuarinas; sorteando así los elevados costos de la tierra.

La ostricultura tiene una larga tradición en B.C.S, sin embargo, esta se ha desarrollado a baja escala con una derrama económica que apenas supera los 250 millones de pesos anuales, pero con potencial de llegar a los 1600 millones de pesos gracias a una estrategia estatal de promover el asentamiento de microempresas y pequeñas cooperativas, principalmente entre pescadores y sus familias. El camino para lograr detonar un crecimiento sostenido de la industria ostrícola en Baja California Sur no es simple, ya que, si bien tiene ventajas importantes al ser una actividad de baja inversión, mercado cautivo, instalaciones de bajo mantenimiento; también hay retos que enfrentar como es el caso de la logística en la comercialización, la capacitación y seguimiento (extensionismo) de los emprendedores, falta de ordenamiento y seguimiento ambiental, y el escaso uso de la tecnología.

Por otro lado, la acuicultura de peces marinos es bastante reciente, y esta es del tipo mar adentro, es decir se trata de grandes jaulas flotantes a kilómetros de la costa que permite cultivar especies en peligro de extinción y de alto valor comercial a nivel internacional como el caso de la totoaba, pargo y jurel; en este caso se trata de empresas de alto valor de inversión, con tecnologías propias y personal altamente calificado, que proporciona empleos de buen nivel en zonas urbanas principalmente, a diferencia de la ostricultura que fundamentalmente se desarrolla en zonas rurales con enfoque empresas de todos los niveles, el sector social y el autoempleo. En ambos casos, hay una oportunidad interesante de desarrollo económico sostenible en una región menos favorecida por las actividades de servicio turístico, que no solo no compiten entre sí, sino que se complementan.

Los autores son investigadores especializados en temas de acuacultura, ecología marina, ecofisiología y desarrollo económico en dos de las instituciones de nivel superior de la entidad, el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, y la Universidad Autónoma de Baja California Sur.

Contacto: amonge04@cibnor.mx

1. Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C.

2. Universidad Autónoma de Baja California Sur

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