La revista científica británica Nature microbiology difundió este fin de semana una edición especial, en el marco del Día Internacional de la Mujer, en la cual analiza las inequidades que persisten dentro del mundo de la ciencia y, afuera, en el acceso rápido a los beneficios de la ciencia.

A través de una serie de artículos, procedentes de varios países, investigadoras en microbiología indican que las mujeres científicas siguen teniendo dificultades al acceso a oportunidades, asociadas con su género, estado civil y edad. También presentan un estudio sobre la manera como las enfermedades infecciosas hacen más grande la brecha de género, al documentar los impactos sanitarios y socioeconómicos de pandemias y epidemias recientes como la de Ébola y la de SARS-CoV-2.

“Un problema que a menudo se ventila pero que sigue sin resolverse es la falta de mujeres en los roles de toma de decisiones dentro de la academia, la industria y la formulación de políticas científicas. Si bien el porcentaje de mujeres que estudian ciencias en edad escolar es superior al 50% en el Reino Unido, y a pesar de los esfuerzos para mejorar el reclutamiento y la retención de mujeres en la ciencia, el número de mujeres disminuye a medida que avanza a través de la trayectoria académica y profesional hacia puestos más altos”, indica la revista en su Editorial para presentar la edición especial por el Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo.

NÚMEROS.

La publicación científica documenta que, en 2016, las mujeres representaron menos del 30 por ciento de los investigadores en todo el mundo, según el Instituto de Estadística de la UNESCO y solo el 35 por ciento de las becas de investigación otorgadas por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en 2020 fueron a mujeres.

“Es probable que los sesgos de género contribuyan a estas tendencias. Por ejemplo, un estudio aleatorizado doble ciego en 2012 encontró que los profesores de ciencias eran más propensos a calificar a los solicitantes masculinos como más competentes y contratables, y ofrecer un salario inicial más alto, en comparación con una solicitud idéntica con un nombre femenino. Curiosamente, el género del miembro del personal docente que contrata no afectó estos resultados, destacando que existe un sesgo implícito independientemente del género o el sexo de quien contrata”, indica Nature Microbiology.

INEQUIDAD EN LA SALUD.

Si bien la revista aborda la inequidad de género al interior del tejido de la investigación científica, también dedica espacio a una importante investigación sobre inequidad de género en el acceso a la salud.

“La desigualdad de género plantea obstáculos importantes para mejorar el bienestar de las mujeres y exacerba la carga que soportan las mujeres durante las crisis sanitarias de emergencia, como los brotes de enfermedades infecciosas. La enfermedad por el virus del Ébola (EVE) de 2013-2016 y la actual pandemia de SARS-CoV-2 son ilustraciones principales de las implicaciones de la inequidad de género frente a tales brotes”, detalla uno de sus artículos principales.

Sobre la brecha de género, la revista científica agrega que el examen de los impactos de las enfermedades infecciosas según el sexo revela un claro desequilibrio, con una vulnerabilidad mucho mayor en las mujeres que en los hombres cuando se trata de las consecuencias indirectas para la salud, sociales y económicas de tales crisis sanitarias en África.