
De acuerdo con información de la Comisión de Energía del Senado, existe el riesgo de un nueva explosión en San Juan Ixhuatepec, en Tlalnepantla, Estado de México, debido a que se mantienen las mismas condiciones de inseguridad que provocaron el estallido del 19 de noviembre de 1984.
Las seis gaseras que tienen orden de salir de la zona desde 1986 no han sido reubicadas. Actualmente circulan a diario por las calles de San Juan Ixhuatepec en promedio 500 pipas cargadas de combustible y se almacenan tres millones de litros de hidrocarburos.
Las medidas de seguridad se han relajado, pues aunque en el 2006 fue cerrado el gasoducto proveniente de Venta de Carpio, desde entonces las seis gaseras transportan el combustible vía terrestre.
La explosión de un ducto de la empresa Gas Natural ocurrido la semana pasada en Cuautitlán Izcalli, dice el documento, es muestra de la vulnerabilidad del sistema de gasoductos que parte de Venta de Carpio hacia diversos destinos, entre los que se encuentra San Juan Ixhuatepec.
Señala que aun cuando existen señalamientos de no perforar, la negligencia de las empresas constructoras y la falta de capacitación del personal provocan accidentes y fugas de gas, como el registrado el año pasado, también en Cuautitlán.
A las 05:30 horas de la madrugada del 19 de noviembre de 1984 la sobrepresión de un tanque cilíndrico de gas en una instalación de recepción, almacenamiento y distribución de gas LP, propiedad de Petróleos Mexicanos, provocó la más larga serie de explosiones de que se tenga memoria en nuestro país.
Según cifras oficiales, la explosión dejó un saldo de 503 personas muertas, 926 heridos por quemaduras y siete mil personas atendidas de diversas lesiones en centros hospitalarios.
Fueron desalojadas 60 mil personas, quedaron totalmente destruidas 149 casas, otras 16 quedaron con daños graves y mil 358 con daños menores. Cinco manzanas de casas-habitación quedaron reducidas a cenizas.
Doce años después, el 11 de noviembre de 1996, estalló un tanque de combustible de la planta de Pemex. Según cifras oficiales no hubo muertos, sólo 14 heridos, aunque extraoficialmente se habló de cuatro muertos y decenas de lesionados. Miles de vecinos fueron desalojados y tres tanques ardieron durante 35 horas.
El senador del PRD Alfonso Sánchez Anaya comentó que, a 24 años de las primeras explosiones de San Juan Ixhuatepec, casi nada ha cambiado para los habitantes de esta zona.
Incluso, dijo, el peligro en estos momentos pudiera parecer superior al que causó más de 500 muertes y un gran daño para la población en noviembre de 1984.
El problema es que no sólo se sigue violando el llamado polígono de seguridad, sino que el transporte de pipas por esta región del Estado de México se ha convertido en una verdadera bomba de tiempo para la población, enfatizó.
Con base en esta información y a petición del senador Sánchez Anaya, el Senado pedirá a la Secretaría de Energía y a Pemex que adopten una serie de medidas que lleven a garantizar la seguridad de los habitantes de la zona de San Juanico.
A la Secretaría de Energía le pedirá específicamente que realice visitas de inspección a las instalaciones de los órganos, organismos y empresas del sector, y, en general, a toda persona física o moral que realice cualesquiera de las actividades a que se refiere la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo.
A Pemex, el Senado pedirá que emita las directrices que normen las relaciones operativas entre la paraestatal y sus organismos subsidiarios, o entre estos mismos, en materias financiera, crediticia, fiscal, presupuestaria, contable, de seguridad y demás que resulten procedentes.
Además, pedirá instrumentar y administrar los sistemas de seguridad de Pemex y sus organismos subsidiarios, en coordinación con las dependencias competentes de los tres órdenes de gobierno.
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