
La waflera es un electrodoméstico que está regresando por sus fueros en los últimos años. Luego de que apareciera en el mercado moderno, hacia la década de los 60 del siglo pasado, la waflera se mantuvo en el gusto de las familias que deseaban desayunos en casa. Particularmente la forma de vida norteamericana la mantuvo a la vista en series de televisión o películas cinematográficas. Sin embargo, la novedad inicial fue decayendo sin duda.
Hoy por hoy hay un resurgir asociado a la manera nueva de entender, por ejemplo, los negocios de almuerzos ajenos a las grandes cadenas y en donde el uso de wafleras es común. Incluso hay negocios especializados en este tipo de comida y que frecen sabores salados y dulces, para todos los gustos.
El regreso de las cuadrículas de masa a las mesas de los restaurancitos fue un primer paso. El efecto de lo anterior fue claro también en los hogares: muchas personas han decidido comprarse una waflera para poder hacerse los sabrosísimos primos de los hotcakes en casa y prepararlos al gusto, entre las múltiples combinaciones de frutos, mermeladas y muchos productos más.
A muchos les sorprenderá saber que la técnica de preparación de un wafle es bastante antigua y que la waflera, su calidad, siempre revistió un punto central en este minimundo gastronómico. Nada peor que un wafle mal cocinado, que esté crudo de un lado o muestre quemaduras de segundo grado a simple vista.
El gusto por el wafle perfecto tampoco es algo nuevo: ¿Sabía el lector que el presidente norteamericano Thomas Jefferson (mandato de 1801 a 1809) era un soberbio experto en wafles y que -aun en contra de la pujante industria estadunidense de esa época- hizo importar wafleras de Bélgica bajo el argumento de que eran las mejores del mundo?
Por supuesto que aquellos aparatos de hierro eran toscos y pesados, pero así se lograba la cocción pareja de la masa. La llegada de la electricidad doméstica permitió eliminar los materiales pesados y, conforme los diseños industriales incorporaron materiales con mejores propiedades para propagar el calor, las wafleras se tornaron como las conocemos hoy: un pequeño electrodoméstico, portátil y de diseño simpático.
Todo aquel que ame a la cocina sabe lo valioso que es el espacio en esa parte de la casa. Las wafleras actuales, por tanto, tienen una superficie que da el tamaño del wafle y el panel de control queda circunscrito a ese espacio, todo ello sin mermar las cualidades del aparato y sin que la emisión del calor afecte el buen aspecto del electrodoméstico.
Hacerse de una waflera, por tanto, es ideal para contar con una gran opción para preparar la primera comida del día o hacer una cena espacial para los peques.
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