Cultura

El arte es una representación de lo social y Trump sólo personifica a los ricos y al fascismo posglobal

Cómo resistir a Trump desde el arte

Imagen. Ilustración que inicia a la Lista Forbes del 2025 y algunas de las cientos de empresas que dominan la economía global (Fotos Forbes e Internet)

Trump no existe, es sólo una ilusión. El individuo que encarna este apellido sólo representa los intereses del 0.001% de la población, y que según la Lista Forbes 2025 son 3028 billonarios —902 en los Estados Unidos— y quienes poseen 16.1 trillones de dólares; siendo que el 1% de los habitantes del planeta posee cerca de la mitad de la riqueza mundial.

Desde el asesinato de John F. Kennedy (1917-63), la figura presidencial fue tornando su poder político en uno mediático; cosa que se explica con la llegada a la presidencia de EU del ex-actor Ronald Reagan. Así, la globalización se impuso a partir de la desaparición por parte del Nixon del patrón dólar-oro en 1971 y la salvaje ola de desregulaciones del Neoliberalismo en la era Thatcher (1979-90) - Reagan (1981-89). No obstante, la crisis inmobiliaria de las hipotecas subprime de octubre del 2008 y la guerra comercial de EU con China, han generado un entorno posglobal donde ha regresado el nacionalismo y la ultraderecha en paralelo a la Guerra de Ucrania, el Genocidio en Gaza y el raudal de aranceles y la persecusión a migrantes en EU.

El creciente fortalecimiento de sociedades financieras y de inversión norteamericanas como BlackRock Inc., The Vanguard Group o State Street Corporation, radica en parte en su acción e influjo económico global, paradójica función análoga a la propia necesidad de flujo internacional del arte y el conocimiento científico. Si bien, el arte para su legitimación, visibilidad, comercio e institucionalización ha dependido siempre del poder privado o gubernamental, para su producción y difusión ha requerido de un entorno de circulación libre que rebase fronteras geopolíticas. Ese entorno es el ecosistema del arte constituido mundialmente por bienales, galerías, ferias de arte, subastas, periodismo, discusión académica, la propia historia del arte y exposiciones en museos interconectados globalmente.

El arte es una representación de lo social y Trump sólo personifica a los ricos y al fascismo posglobal, poder sobre el cual es posible lograr una victoria pírrica desde el propio interior del capital y donde los artistas al criticar a los poderosos los renuevan y generan una urgente forma de autoconciencia, introspección que también implica presentir el potencial colapso de todo sistema, siendo probablemente esta intuición, la única posibilidad de resistencia desde el arte en la era del capitalismo total.

Crítico. Eduardo Egea. (Archivo)

IG: @egea.eduardo

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