Cultura

La muestra, que tuvo su primera edición en 1769, la componen mil 729 obras tanto de artistas consagrados como de otros que buscan hacerse un hueco en el difícil mundo de las artes plásticas

La exposición de verano de la Royal Academy de Londres explora la polarización social

Muestra. Dividida en once salas, las obras que se exhiben, que mezclan técnicas que van desde la pintura y la escultura al dibujo, la escultura o grandes instalaciones de varios metros de altura.

La exposición veraniega de la Royal Academy de Londres, que se celebra desde hace más de 250 años y que se presentó este martes, profundiza en su edición de 2025 en las crecientes polarizaciones en los ámbitos político, social y cultural y se enfoca en el tema del diálogo.

La muestra, que tuvo su primera edición en 1769, la componen 1.729 obras tanto de artistas consagrados como de otros que buscan hacerse un hueco en el difícil mundo de las artes plásticas y reparte a los artistas participantes un total de nueve premios que otorgan diferentes entidades y que oscilan entre las 2.500 libras (2.954 euros) a las 35.000 libras (41.365 euros).

Dividida en once salas, las obras que se exhiben, que mezclan técnicas que van desde la pintura y la escultura al dibujo, la escultura o grandes instalaciones de varios metros de altura, pueden ser adquiridas por los visitantes, algunas por unas pocas cientos de libras, y otras que alcanzan las decenas de miles.

Este año, la muestra comienza en la misma entrada de la galería. Junto a la estatua de su fundador, Sir Joshua Reynolds, cinco grandes pelotas hinchables de color negro y con preguntas serigrafiadas, obras del artista británico Ryan Gander, sorprende a visitantes y curiosos.

Esta instalación examina “la fascinación del mundo por tener respuestas definitivas” a preguntas como “¿cuándo sabes que tienes razón?” o “¿tiene reglas la abstracción?”, según se lee en el catálogo de la exposición.Una de esas grandes bolas, que se pueden adquirir por nada menos que 60 mil libras (70.911 euros), también recibe a los visitantes en la sala principal, donde destaca una gran estructura elaborada por la escultora británica Alice Channer y formada de piezas de un taller de automóviles, mezcladas con plumas de avestruz.

“La instalación fue desarrollada tras una visita de la artista a una fábrica de automóviles de lujo donde aprendió que dentro de este entorno muy estéril y masculino, las plumas de avestruz hembra se utilizan para eliminar partículas de polvo entre aplicaciones de pinturamas”, reza la explicación de la obra.

Aunque el elemento que más se repite en cada una de las salas son las paredes repletas de cuadros, dibujos y obras realizadas en acero, aluminio, madera o papel, con una enorme variedad cromática, de formas y de tamaños que conforman en conjunto una muestra de la variedad artística de la academia británica.

Este año, por primera vez, la arquitectura se ha integrado como forma de arte en la exhibición, a través de maquetas y dioramas, “permitiéndole crear conversaciones con el arte en lugar de estar confinado a su propio espacio” y que conviven con obras en memoria del fallecido artista visual inglés Norman Ackroyd, según la galería.

La muestra, que está coordinada en esta edición por la académica británico-iraní Farshid Moussavi, podrá visitarse en la Royal Academy a partir del próximo 17 de junio y hasta el 17 de agosto.

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