
“Leopoldo Méndez: De la Estampa al Mural en Movimiento” es la primera exposición que vincula el cine, la gráfica popular y el muralismo, según indican los curadores Tamara González, David García y Caroline Montenat.
“Queremos sobre todo afianzar y empezar a revisar estas líneas de investigación de la importancia de los temas gubernamentales con la producción cinematográfica: hay un apoyo cinematográfico atrás, masivo, de los ideales nacionalistas de un gobierno”, explica David García.
En recorrido por los más de 41 grabados originales de Leopoldo Méndez (1902-1969), que se pueden visitar en el segundo piso del Munae, a partir del 16 de agosto y hasta el 2 de noviembre, los curadores señalan algunas intenciones de esta propuesta.
Si bien ya se han hecho exposiciones sobre la relación que tuvo el grabador mexicano y activista político con el cine, ésta “trata de manera particular rescatar una parte esencial dentro del trabajo de Leopoldo”, destaca el curador.
No sólo se trata de la primera muestra que se enfoca en esta vinculación entre movimientos artísticos, sino que además es de las pocas exposiciones individuales que se han hecho del artista, según recuerda Tamara González. “En vida él no presentó una exposición en la que únicamente él esté presente”.
Respecto de la relación visual que tiene la obra de Leopoldo Méndez con el cine y con el muralismo, David García subraya que Leopoldo siempre tuvo una manera particular de concebir sus grabados.

“Nos vamos a dar cuenta de que muchas veces la perspectiva es muy distinta, muy cinematográfica. Él decía que le interesaba que sus grabados parecieran grandes murales”, detalla.
Por otra parte, es importante detallar que no existe actualmente ningún mural visitable del artista plástico y su trabajo en bocetos muralísticos es muy poco conocido. “Sí lo hizo”, asegura el curador.
Sin embargo, la relación con el muralismo es palpable además a través de sus amistades. “Es tanta la relación que tiene con Diego Rivera, que éste lo nombra el cuarto muralista, debido a la importancia, la perspectiva y al enfoque que tenían sus piezas”, agrega.
MURAL EN MOVIMIENTO.
“Las casas productoras le pedían una serie de placas y a partir de eso se le iban haciendo pagos”, explica el curador respecto de las colaboraciones que Leopoldo Méndez hizo para películas como “Río Escondido” (1948), “Pueblerina” (1949), “Un día de vida” (1950), “El rebozo de Soledad” (1952), “La rebelión de los colgados” (1954), “La rosa blanca” (1961) y “Un dorado de Pancho Villa” (1966).
Mucho de este trabajo se hizo en mancuerna con el fotógrafo Gabriel Figueroa y, aunque hubo otras producciones, el curador opina que su obra cinematográfica se puede enmarcar en 10 cintas (de las cuáles se exhiben materiales de las 7 antes mencionadas)
Según relata David García, por ahí de la década de los años 40 del siglo 20, Leopoldo Méndez recibió, por ejemplo, por una carpeta de 10 grabados, alrededor de 6 mil o 7 mil pesos. “Dependiendo de la producción, era la cantidad de dinero que recibía y conforme fueron avanzando las décadas, pues ese dinero, por desgracia, no subió, fue en detrimento”.
Por otro lado, el curador destaca que en alguna entrevistas Diego Rivera hizo alusión una plática con Leopoldo, en la que el grabador le contó de su invitación para formar parte de la producción y crear el storyboard de las películas.
“Diego Rivera le hace el comentario de que ahí estaba lo que él quería, esos murales que quería lograr en movimiento se iban a producir para estar en los cines y poder llegar a los lugares más inhóspitos”, agrega.
La exposición se integra por 41 grabados en linografía, xilografía, litografía y cliché-verre, con la que Leopoldo Méndez experimentó sobre material fílmico. También se incluyen algunos documentos personales y profesionales, tales que recibos de honorarios, bocetos y fotografías, así como una carta de Gabriel Figueroa, materiales provenientes del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de las Artes Plásticas (CENIDIAP).

“Tenemos una cosa muy interesante en el ámbito de grabado, sobre todo tan antiguos, y es que nuestros visitantes pueden ver algunas imágenes de una libreta de bocetos, cómo eso se llevó al primer dibujo, después el dibujo se llevó a la placa, de la placa a la estampa”, invita David García.
En paralelo a “Leopoldo Méndez: De la Estampa al Mural en Movimiento” se organiza un programa de actividades que incluye un ciclo de cine conjunto con La Nana Laboratorio Urbano de Arte Comprometido y un conversatorio agendado para el 12 de septiembre, con especialistas académicos de historia, muralismo y cine mexicano; así como algunas otras conferencias que anunciarán en redes sociales para el mes de octubre.