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El Colnal ofrece la conferencia “El axolote: su origen mítico, su biología extraordinaria y su fuerza como símbolo cultural”. Luis Zambrano dijo que a los axolotes les gusta la fiesta y que “hay épocas en las noches en las que todos se reúnen y luego se vuelven a dispersar”.

Juan Villoro: Sin gastar, 12 millones de billetes de 50 pesos por tener al axolote

Axolote. Axolote. (Colnal)

La presencia del axolote en el billete de 50 pesos es el motivo por el que 12 millones de billetes de esta denominación no se han gastado, ya que la gente prefiere conservarlos que usarlos como dinero.

“Este año el Banco de México informó que no se han gastado y es algo verdaderamente insólito: si algo le falta a la gente en nuestro país es precisamente dinero y sin embargo, este billete prefiere ser atesorado por numerosas personas porque lo consideran hermoso -según han dicho en varias encuestas- y porque representa algo muy especial de nosotros”, planteó el escritor y Premio Crónica, Juan Villoro.

Durante la conferencia “El axolote: su origen mítico, su biología extraordinaria y su fuerza como símbolo cultural”, del ciclo “Las neurociencias en México y el mundo” que organiza el Colnal, el escritor hizo un breve recuento literario en torno a este mítico animal.

De acuerdo con Villoro, a través del cuento “Axolotl”, el escritor argentino Julio Cortázar lo puso en el centro de la literatura fantástica, a la par que ya van más de 200 años de historia que se utilizan axolotes como modelos de estudios científicos y que también se ha convertido en un símbolo de pertenencia mexicana, como “una posibilidad de recuperar algo de la tierra perdida”.

También recordó que durante mucho tiempo se pensó que el ajolote era la larva de un reptil, que estaba atrapado en la etapa infantil sin dar por completo el salto a desarrollarse, hasta que mucho después se comprobó que no era así.

“Como a la leyenda le gustan las coincidencias podemos decir lo siguiente: en la leyenda de los cinco soles el dios Xólotl acabó encarnado en Axolote, y ahora podemos ver que se le rinde tributo en la economía cotidiana de México ¿qué es un billete que no se gasta, sino un billete larvario? Es decir, un billete que es posibilidad de dinero, pero que la gente se niega a que se convierta en dinero”, concluyó su participación en el conversatorio.

Además de Juan Villoro (miembro de El Colegio Nacional) participaron Andrés Cota Hiriart (Sociedad de Científicos Anónimos), Luis Alfredo Cruz Ramírez (Unidad de Genómica Avanzada-Cinvestav) y Luis Zambrano (Instituto de Biología-UNAM), bajo la moderación de Pablo Rudomin (Miembro de El Colegio Nacional) y Ranier Gutiérrez (Cinvestav).

Durante casi tres horas, los especialistas ahondaron en la figura del axolote desde distintas perspectivas.

Destacó el mensaje del ecólogo Luis Zambrano González, quien abogó por la conservación del hábitat del ajolote (Xochimilco) como principal estrategia para salvarlo de la extinción y compartió algunos datos novedosos de la especie.

El investigador del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM mostró algunas fotografías de Armando Vega y recordó que en México hay “entre 16 y 18 especies, depende del taxónomo, si le parece que son diferentes o similares”.

De ellas, la más famosa es Ambystoma Mexicanum (tanto el negro como el albino) que es la figura representativa del dios Xólotl, el hermano gemelo, monstruoso e incómodo de Quetzalcóatl. “Los nahuas ya consideraban a esta especie como una de las más importantes para la cultura mexicana”, observó.

También detalló que los axolotes duermen enterrados en el lodo, donde se esconden de garzas y serpientes, y su actividad principal la realizan en los atardeceres y amaneceres.

Comienzan a moverse por ahí de las 5 o 6 de la tarde, a cazar peces de manera “semiactiva”, y dejan de moverse alrededor de las 11 o 12 de la noche, para retomar actividad a las 4 o 5 de la mañana.

“Le encanta el amanecer y el atardecer porque si no, se lo comen. Tiene la capacidad de respirar de tres formas, por la piel, por las branquias y desarrollan pulmones. Tan desarrolla pulmones que uno los pesca cuando salen a boquear: suben a la superficie, agarran una bocanada de aire y se hace una olita muy extraña, muy especial, que solo los pescadores ajoloteros son capaces de distinguir de cualquier otra y es ahí cuando echan la tarralla”, relató.

Como dato curioso que está por revelarse en una publicación próxima, Luis Zambrano adelantó que a los axolotes les gusta la fiesta y que “hay épocas en las noches en las que todos se reúnen, y ahí se quedan algunos solitarios por un lado, pero todos están reuniéndose en un sitio y luego se vuelven a dispersar”.

“Entonces, les gusta la pachanga. ¿Por qué? No sabemos todavía, pero son de los primeros estudios pues a pesar de que los ajolotes han sido estudiados en laboratorios por cientos de años, en realidad en vida libre han sido muy poco estudiados”, continuó.

“No quiero quemar mucho los datos, pero sí puedo decir que la mayoría del tiempo no están juntos, están separados. El segundo dato es que sí prefieren y de verdad les gusta tener amigos, entonces cuando se juntan no es de manera aleatoria, sino que hay ciertas preferencias. Hay ermitaños y hay gruñones, que no les gusta juntarse con nadie. Este tipo de cosas hemos sacado y queremos publicarlas con todo el análisis propio”, reveló.

SALVAR EL MÍTICO HOGAR: XOCHIMILCO

“¿Qué es lo que me preocupa de la concepción que tenemos sobre la conservación de los ajolotes?”, se detuvo el ecólogo Luis Zambrano para después señalar que estrictamente hablando hoy en día los axolotes se encuentran en todos lados.

“Si uno se fija, en toda Europa hay ajolotes, tanto en laboratorios como peceras. Hay en Estados Unidos. En Japón se dan casi como dulces, reproducen ajolotes por todos lados y los tienen en peceras chiquititas, así como los peces beta, que luego se venden en bolsas, así se venden los ajolotes pequeños en Japón. En Corea, me decían que era la segunda especie más popular, aun cuando no es de Corea. El ajolote está en todo el mundo”, apuntó.

Esto hace pensar que no está en peligro de extinguirse y por lo tanto no hay un problema de conservación del axolote. “Sí hay problema”, insistió. “El ajolote no es la especie si está en una pecera, por muy bonita que esté, el ajolote sufre, porque en una pecera de este tamaño no se puede mover todo lo que se mueve”.

“Nuestros estudios dicen que se mueve no menos de 100 a 200 m por día. Se está moviendo constantemente. Imagínense en esta pecerita en la cual no se puede mover absolutamente nada, es como tener un tigre de 250 kg en una jaula 2x2”, continuó.

Por ello, al pensar en preservación del axolote hay que pensar fundamentalmente en su casa natural, que es Xochimilco, donde ha vivido en perfecta simbiosis, entre los canales y chinampas llenos de biodiversidad.

“El motivo por el que la especie es feliz en ese hábitat es porque los canales, cuando no están contaminados, cuando no tienen carpas y tilapias, cuando no se están usando fertilizantes y pesticidas…están llenos de insectos y pececillos que el ajolote puede comer”, explicó Luis Zambrano.

Desde su perspectiva no existe mejor indicador para un chinampero de que el agua está limpia, que un ajolote vivo.

El ecólogo expuso la gran diversidad ecológica de Xochimilco, que existe hasta en el lodo, y advirtió lo que estamos perdiendo, cambiando por canchas de fútbol, turismo masivo y no entendido, así como las fiestas nocturnas, que son como cuentas de vidrio ante la dorada biodiversidad del lugar.

Reiteró la urgencia por restaurar el hábitat del axolote y fijarnos en esta meta más que en la especie, “porque el hábitat es la pieza fundamental para que albergue no sólo a ésta, sino a las demás especies”.

“Hay una simbiosis y por eso generamos este proyecto Chinampa-Refugio en el cual si el Chinampero cuida el ajolote, el ajolote le asegura al Chinampero que su producto es bueno para ser vendido a la Ciudad de México”, detalló.

El proyecto en el que participa consiste en instalar filtros que eviten la entrada de carpas y tilapias alrededor de las chinampas. Éstos mejoran la calidad del agua “y lo demás lohace Xochimilco, que es muy resiliente”

“En los lugares que hemos puesto refugios sí sobreviven los ajolotes que están ahí y sí se reproducen. El gran problema es que tenemos 40 refugios, necesitamos 4,000 y para eso requerimos más chinamperos y que la sociedad ayude a que sea mejor tener una chinampa que tener una cancha de fútbol o un antro”.

Desde su perspectiva, para eso se necesita la intervención del gobierno, pues en el libre mercado la gente preferirá siempre lo que sea más redituable.

De acuerdo con el ecólogo, los mexicanos pensamos que Xochimilco es un lugar de fiesta, cuando deberíamos pensarlo como un granero y fuente de comida.

“Una ciudad que tiene +22 millones de habitantes debe cuidar las joyas que tiene dentro de su territorio”, opinó e informó que si se reactivaran todas las chinampas de Xochimilco, con ellas se alcanzaría a alimentar al 20% de la CDMX.

“Ya tenemos modelos, ya sabemos cómo hacerle, ya nada más falta que la sociedad con el gobierno empecemos a empujar hacia ese lado. De que se puede, se puede, necesitamos empujarle todos”, invitó.

LAGARTO DE JALEA

Por su parte, el investigador de la Unidad de Genómica Avanzada-Cinvestav Luis Alfredo Cruz Ramírez sintetizó 200 años de historia de los axolotes como modelos de estudio científico.

Al final, el zoólogo Andrés Cota Hiriart integrante de la Sociedad de Científicos Anónimos, recordó que anteriormente la percepción colonial consideró que el axolote era feo y ridículo, hasta que trascendió a enigma científico.

El también escritor hizo un recorrido de plumas que abordaron al ajolote, a través de autores como Salvador Elizondo, quien tuvo una atracción por esta especie e hizo el texto Ambystoma tigrinum o Juan José Arreola, quien en 1972 se refirió al axolote como el “pequeño lagarto de jalea. Gran gusarapo de cola aplanada y orejas de pólipo coral. Lindos ojos de rubí, transparente alusión genital”.

Otros autores que se interesaron en el anfibio fueron Octavio Paz, Carlos Chimal, Alberto Ruy Sánchez, Rafael Lemus, Roger Bartra, Pablo Soler Frost y José Emilio Pacheco.

Asimismo, el zoólogo advirtió que en 1998 había 6 mil ejemplares de axolotes por kilómetro cuadrado, mientras que en la actualidad sólo existen 20 por km cuadrado.

La transmisión completa de “El axolote: su origen mítico, su biología extraordinaria y su fuerza como símbolo cultural”se puede revisar en el canal Youtube del Colegio Nacional (Colnal)

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