Tras las recientes declaraciones de Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), vuelve al centro del debate la importancia de visibilizar la literatura escrita por mujeres en América Latina.

Durante la presentación de un nuevo programa de distribución gratuita de libros —realizada en Palacio Nacional—, Taibo anunció que el FCE enviará 2.5 millones de ejemplares a 14 países del continente, en colaboración con Gobiernos nacionales y provinciales. El proyecto busca “democratizar la lectura” con títulos clásicos de la literatura latinoamericana; sin embargo, entre los 27 autores seleccionados, solo siete son mujeres.
Al ser cuestionado sobre esa desigualdad, el escritor respondió con una frase que desató una oleada de críticas:
“Si partimos de la cuota, un poemario escrito por una mujer, horriblemente asqueroso de malo, por el hecho de haber sido escrito por una mujer, no merece que se lo mandemos a una sala comunitaria en mitad de Guanajuato, ¿por qué hay que castigarlos con ese libro de poesía?”.
Aunque no mencionó a ninguna autora en particular, justificó la disparidad señalando que la colección está centrada en “la generación del Boom”, un movimiento “mayoritariamente masculino”.
Las reacciones no tardaron en llegar. Escritoras, lectores y colectivos feministas denunciaron el tono despectivo de las declaraciones, mientras que la presidenta Claudia Sheinbaum intentó matizar la polémica al anunciar que el Gobierno planea preparar “una colección de mujeres”.
Más allá de la controversia, este episodio sirve para volver la mirada hacia las voces poéticas contemporáneas que están renovando el panorama literario latinoamericano, con estilos frescos, potentes y profundamente humanos. A continuación, tres autoras cuya obra encarna esa fuerza creativa y diversa:
Elisa Díaz Castelo
Poeta mexicana reconocida por su exploración de la ciencia, la materia y el cuerpo como metáforas del pensamiento. En libros como Planetas habitables, El reino de lo no lineal, Proyecto Manhattan y Principia, Díaz Castelo combina el rigor poético con referencias a la física, la astronomía y la biología, creando un universo lírico que cuestiona los límites entre lo humano y lo cósmico.
Fragmento de “La medida de lo posible”
La noche es una tumba mal sellada. Mientras tanto en la pared el perfil de mis ancestros ríe y cada uno corresponde al amor del otro con olvido. Me equivoco en el recuerdo de lo más importante y al final confirmo que nadie en ningún sitio, nadie nunca. Soy un animal que se pudre y sigue. Cumplí años y pliegues, cumplí noches y noches de índice categórico. Vivo en la medida de lo posible.
Rocío G. Benítez
Autora de Donde una vez tus ojos ahora crecen orquídeas, Rocío G. Benítez escribe desde una poética del duelo, la memoria y la transformación. Su voz íntima y precisa retrata el paso del tiempo y la persistencia del amor frente a la pérdida, con imágenes que oscilan entre la ternura y la desolación.
Fragmento de “A Teresa”
*mi abuela no la dejaban salir a jugar al final de los sembradíos porque allá se escondían las estacadas:
Mujeres clavadas a la tierra
con una lanza de hierro en medio de las piernas. El rebozo en la cabeza y las manos tan juntas que parecían rezar.
Eso le contó mi abuela a mi madre,
mi madre a mí y yo a ustedes.*
Natalia Toledo
Poeta y narradora zapoteca originaria de Juchitán, Oaxaca, Toledo celebra la lengua, la tierra y el cuerpo femenino desde una mirada indígena contemporánea. Su libro El dorso del cangrejo, escrito en zapoteco y español, reinterpreta la tradición oral y la lleva al terreno de la poesía moderna.
Fragmento de “Dolor tonto”
Es verdad que mi piel te quiso: cerré los ojos para poder mirar bajo el cielo las estrellas pero no pude ver ninguna luz contigo. Entraste a mi casa, eras ya una flor desgranada como un insecto que se arrastra bajo el suelo del mundo. Trajiste el tatuaje de lo enfermo. En mis manos creciste una hamaca derruida y encerraste mi corazón. Ahora, ¿en dónde estás?, ¿en qué otra alegría estarás tejiendo con el arpegio de tu dolor?
Mientras el FCE busca expandir la lectura con clásicos del siglo XX, las nuevas generaciones de autoras latinoamericanas continúan renovando la palabra poética, proponiendo miradas más inclusivas, diversas y profundamente humanas.