
Una serie de 200 dibujos bordados representan a mujeres mazatecas, flores, mazorcas y rezan consignas como “Justicia” o “Libertad” sobre pequeños trozos de tela, que luego han sido hilados entre sí y cuelgan en el vestíbulo del Museo Nacional de la Estampa como un gran collage textil.
“Hace 2 años hicimos este grabado porque tenemos familiares -esposo, hijos- perseguidos, se llama mujer con rabia” dice Marta, integrante de la Colectiva Mazatecas por la Libertad de Eloxochitlán de Flores Magón, creadoras de la pieza Gráfica Íchjín ‘Tsęn, archivo abierto (“la historia de las mujeres con rabia”)
Es una de 200 obras que conforman la muestra “Grabadoras de historias: mujeres en la gráfica de los pueblos de México”. Frente a ella, dos representantes de la Colectiva Mazatecas por la Libertad explican el origen de la pieza.
Relatan que este tejido fue realizado por mujeres familiares de activistas, quienes buscan la libertad y justicia para defensores del río Xanga Ndá Ge, el cual “desde hace más de 10 años los cacique del pueblo quieren sacarlo de nuestra tierra porque se quiere quedar con las tierras donde nace el agua, también quiere que nadie lo denuncie por robar la piedra y la arena del río y por parar los intentos del pueblo ha inventado delito contra varias familias defensoras: 21 compañeros y unas mujeres fueron a la cárcel y luchamos mucho para sacarlos, poco a poco fueron quedando libres, pero todavía nos faltan 14, entre ellos está mi esposo, compañero y sus familiares”.
Por eso estos “grabados” tienen un significado poderoso, son un testimonio de las mujeres que luchan y se dedican a denunciar la persecución judicial ilegal cometida por el Poder Judical de Oaxaca, lo cual constituye una violación de los derechos individuales y colectivos de las personas defensoras comunitarias mazatecas de Eloxochitlán de Flores Magón.
“Da coraje, ya no sabe uno de qué hacer, por eso es que significa mucho esos trabajos para nosotros. Aquí estaremos, nunca nos vamos a rendir hasta que veamos nuestros compañeros que estén libres todos, solamente así, porque hemos recorrido mucho camino, se nos ha cerrado la puerta y para nosotros estos trabajos es mucho dolor. Lo hicimos con mucho coraje, mucho dolor porque ya estamos cansadas. Lo que pedimos es la libertad para nuestros compañeros y para nuestro pueblo”.

MUJERES EN LA GRÁFICA, PUEBLOS DE MÉXICO
Al tratarse de una exposición colectiva que integra más de 140 artistas, exclusivamente mujeres provenientes de pueblos originarios y afrodescendientes de 11 regiones de México, se anuncia como histórica en un recinto nacional.
Bajo la curaduría de las gestoras culturales Mónica Villegas y Rosa Lidia Huaroco, así como el artista Demián Flores, las artistas pertenecientes a diversas raíces culturales -comcaac, maya, mazateca, mazahua, náhuatl, otomí purépecha, totonaca, tseltal, tsotsil, yaqui, zapoteca, afrodescendiente- exploran su identidad a través de la gráfica.
Cosmovisiones, tradiciones, vínculo comunitario y con el entorno natural son algunos temas que atraviesan estas exploraciones a través de técnicas como aguafuerte, aguatinta, xilografía, grabado en linóleo y monotipo, además de instalaciones, stencil, grabado monumental, creación textil y cerámica.
El recorrido está pensado en ejes temáticos: usos y costumbres; lucha y resistencia; mitos y naturaleza; cuerpo y territorio.
Además de “Gráfica Íchjín ‘Tsęn, archivo abierto”,de la Colectiva Mazatecas por la Libertad de Eloxochitlán de Flores Magón (segundo núcleo), en esta muestra se pueden conocer obras en torno a los relatos transmitidos por tradición oral, la comprensión del cuerpo propio o la educación recibida y la vida cotidiana, como “Bolimtasel” (ponerse tonto), 2022 y “Ants, vinik, t’unubajel (mujer, hombre y siembra), 2022 de la artista tsotsil Margarita “Säsäknichim” Martínez (Huixtán, Chiapas, 1980)
“Si tú quieres tener mucha cosa hecha de maíz, de frijol, de calabaza, o sea, todo el componente de la milpa, pues quien lo va a hacer es el hombre, pero el hombre solo toca la semilla cuando tiene que sembrar, el resto del trabajo lo hace una”, señala Margarita.
“Es un privilegio y también una responsabilidad ser el espacio donde estas artistas encuentran su sitio, su tiempo, su voz. Porque en cada lámina, en cada papel, hay una historia que nos pertenece a todos. Sus grabados no solo habitan en sus talleres o en las comunidades de donde provienen; viven también en la memoria colectiva, en la trama silenciosa que une a quienes crean y a quienes contemplan. Las grabadoras de historias se integran, con derecho pleno, al linaje de la gráfica mexicana, y el Museo Nacional de la Estampa, como custodio de esa herencia, celebra la llegada como quien recibe una verdad largamente esperada”, expresó el director del MUNAE, Emilio Payán.
Esta muestra contó con apoyo de la Unidad Regional de Culturas Populares en Sonora; la Casa de Cultura en Ciudad Obregón; el Festival Xepe an Coicoos en Punta Chueca; los talleres de gráfica “La Troje” en Cherán y el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita en Pátzcuaro Michoacán; “La Imagen del Rinoceronte”, “Tigre Ediciones” y “La trampa Gráfica” en la Ciudad de México; el “Zanate” en Oaxaca; “El Rastro Gráfica” en Chiapa de Corzo; el Taller de la Casa de la Cultura Irma Arana en Cajeme, Sonora; y la Cooperativa Artesanos Socaaix en Punta Chueca, municipio de Hermosillo.
Para más información sobre la exposición, así como del programa de actividades paralelo, que incluirá talleres y conversatorios, ingresa en la página web del Museo Nacional de la Estampa así como redes sociales del @munaemexico o @MUNAEMexico