Cultura

Brenda Lozano: “La violencia es un mar cuyas olas no vemos hasta que se estrellan con la arena”

La escritora presenta su novela “Soñar como sueñan los árboles”, sobre el sistema patriarcal, corrupción, racismo, clasismo

Escritora en una biblioteca
La escritora Brenda Lozano. La escritora Brenda Lozano. (La Crónica de Hoy)

Con la publicación de “Soñar como sueñan los árboles” (Alfaguara, 2024), la escritora mexicana Brenda Lozano (Ciudad de México, 1981) reafirma una narrativa enmarcada en las preocupaciones feministas: ¿cuándo somos buenas o malas mujeres? ¿Qué haríamos en el lugar de otra?

“Qué hacemos en situaciones extremas es una línea borrosa. Más que decir quién es una buena o mala mujer, yo vería en qué situación está porque a veces el contexto social se nos olvida, el sistema también”, comenta la autora, en entrevista sobre su reciente novela.

En “Soñar como sueñan los árboles”, la autora explora la tercera persona y personajes femeninos de distintas edades y ámbitos para presentar sobre una mesa transparente el sistema patriarcal en el que se enredan otros problemas, como la corrupción, el racismo y clasismo mexicanos.

“En el caso de esta historia, la tercera persona me permitía entrarle por varios lados a la historia”, explica la escritora respecto de las estrategias narrativas que le interesaban.

SOÑAR COMO ARBOLES.

Anteriormente, tras la publicación de “Brujas” (Alfaguara, 2019) Brenda Lozano contó a Crónica su perspectiva sobre la violencia, que es como un mar de cuyas olas no vemos el recorrido, sólo el momento en que se estrellan con la arena.

La historia entrelaza las vidas de Gloria, Felipe y de Nuria Valencia, en torno al robo de una niña pequeña que conmociona al Distrito Federal, en la década de 1940. Una narradora externa nos dice que esto es lo que “se cuenta” e inyecta los hechos con imágenes acuáticas, lluviosas o marinas.

“La novela arranca con el secuestro de la niña, por otro lado está una pareja que acaba de adoptar a una niña y el contexto en que eso se da”, indica la autora.

Históricamente -observa la autora- la construcción de la tercera persona ha sido bastante popular para contar historias, por lo que también se ha cargado de una serie de connotaciones que reproducen estereotipos y formas violentas de narrar.

“Es el mismo punto de vista de una cámara, por ejemplo, de los más comunes, pero este punto de vista que es casi como la mirada de un Dios que lo sabe y lo ve absolutamente todo, pues en literatura ha sido hegemónicamente usado por escritores blancos -hombres europeos, con ciertos privilegios y tal - y me interesaba mucho cuestionar esta construcción “, ahonda Brenda Lozano

Por ello, en esta novela buscó estrategias desde su ser-mujer-mexicana para hacer uso de la tercera persona, sin “tragarse la píldora completa de cómo se usa” pues mucho de ese constructo es reflejo de un tema patriarcal.

“Están muy jerarquizadas las historias, por supuesto que cruzan por el capitalismo en la historia más reciente, el hecho de que ocurran muchas cosas, el momento climático y el centrarse mucho en las ideas de los personajes… tiene eso la tercera persona”, apunta.

Si bien su postura suena a crítica, Brenda Lozano concede de antemano que estas estrategias también han producido grandes novelas en la literatura.

“Hay muchos ejemplos y no me desvío por allá, pero me importaba, por ejemplo, que la narradora hablara en mexicano, con coloquialismos que para nosotros son comunes… son decisiones no solo políticas, sino que atienden las preocupaciones que tengo en el presente sobre el tema de género, cómo abordar puntos de vista y qué decisiones tomar ante el lenguaje”, continúa.

¿Por qué –desde la postura feminista y en el marco de las rupturas internas recientes- hablar de un caso en los 40s?

“Hay algo en esa época que yo necesitaba porque es la época de mis abuelas, de mi bisabuela y me interesaba mucho explorar de esa ese contexto que ellas vivieron porque creo que hay muchas de las cosas que hoy nos preocupan y nos ocupan en lo que pensamos, escribimos y por las cuales luchamos que vienen de muy atrás”, responde.

A la escritora le producía curiosidad contar desde el presente, mediante una narradora que cuestiona o interrumpe a veces una historia de los 40s que sigue vigente. “Que se siga llamando ‘madre solteras’, si no es un estado civil, ¿por qué tiene que ser con relación a …?”, señala Brenda Lozano.

Desde su perspectiva, explorar la relación entre pasado y presente es importante para aclararnos el panorama actual.

“Muchas de las cosas que hoy nos cuestionamos vienen de atrás y me interesa explorarlas desde la ficción”, invita. “No hallé el hilo negro, pero escribir ficción ayuda a abundar en muchas de las cuestiones políticas que te preocupan hoy. Es un espacio de tanta libertad que permite, más que ningún otro, ir a los rincones que quieras”.

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