Cultura

Centro de documentación del Cencalli sin lugar y con acervo de pizza, vino y dietas reductivas

El centro que complementaría el museo en Los Pinos no tiene espacio asignado, aunque sí tiene títulos donados, no obstante, son incongruentes con la misión del recinto, refiere un documento de acceso a la información

Transparencia

De acuerdo con Alejandra Frausto, Cencalli se concebía como parte del Centro de Cultura Alimentaria.

De acuerdo con Alejandra Frausto, Cencalli se concebía como parte del Centro de Cultura Alimentaria.

El Centro de Documentación Guillermo Bonfil Batalla aún no cuenta con un espacio asignado en el Complejo Cultural Los Pinos y, por tanto, no tiene fecha de inauguración. Este proyecto complementaría el museo “Cencalli: Casa del maíz”, inaugurado hace un año en lo que fuera el edificio Molino del Rey.

Hasta la fecha, sólo dos avances se conocen de dicho centro: que la Secretaría de Cultura federal mantiene embodegados 875 libros que fueron donados por alguien de quien desconocen su nombre y que una mayoría de los libros que albergará el centro no guardan relación con el tema de la cocina ancestral ni con la biodiversidad alimentaria.

A través de la Plataforma Nacional de Transparencia, “Crónica” preguntó a Homero Fernández Pedroza, director de área de la Subsecretaría de Desarrollo Cultural, el número de metros cuadrados que abarcaría el Centro de Documentación Guillermo Bonfil Batalla, así como el nombre del espacio de la ex residencial presidencial asignado a dicho proyecto.

“El centro de documentación aún no cuenta con un espacio designado una vez que el acervo está en proceso de selección y catalogación”, respondió el funcionario a través del oficio CCLPyBC/Oficio/878/2022.

Hace un año, durante la inauguración del Cencalli, Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura, explicó que Cencalli se concebía como parte del Centro de Cultura Alimentaria, proyecto para “revalorar, preservar, investigar y promover la cultura alimentaria mexicana como un elemento central en la planificación de políticas públicas para incidir en procesos alimentarios, nutricionales y de salud”.

El Cencalli busca revalorar la cocina y cultura culinaria del país.

El Cencalli busca revalorar la cocina y cultura culinaria del país.

En esa ocasión se dijo que el Centro de Cultura Alimentaria integraría otros espacios dentro del Complejo Cultural Los Pinos, como el Centro de Documentación Guillermo Bonfil Batalla, el mercado agroecológico el Solar, además de un restaurante con oferta gastronómica que tendría como principales ingredientes elementos del maíz y la milpa.

“En tales espacios se realizarían actividades educativas, artísticas, de investigación, divulgación y promoción de la cultura alimentaria”, especificaron las autoridades.

Recientemente, en su cuenta de Twitter, Frausto Guerrero recordó la creación del Cencalli y del mercado agroecológico El Solar, pero no comentó nada sobre el centro de documentación.

“La casa del Maíz @CencalliCultura está celebrando su primer aniversario. Vengan a disfrutar de las delicias de nuestra cultura alimentaria en el mercado del solar. ¡Larga vida a nuestro Cencalli!”, escribió.

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LIBROS DE PIZZAS, VINOS Y…

De acuerdo con el oficio CCLPyBC/Oficio/748/2022, emitido por el Complejo Cultural Los Pinos y Bosque de Chapultepec, hasta el 22 de junio de 2022, el Centro de Documentación Guillermo Bonfil Batalla se formaría con un total de 875 libros sobre cultura alimentaria.

“Son libros contemporáneos los cuales se encuentran en proceso de catalogación. No se cuenta con libros antiguos, mapas, esculturas, primeros impresos, manuscritos, piezas prehispánicas, obras pictóricas, grabados, fotografías ni archivos”, explicó Homero Fernández Pedroza.

También señaló que el avance de catalogación de ejemplares hasta el mes de agosto era de 470 y que aún no se contaba con la descripción de los donadores (oficio CCLPyBC/Oficio/1039/2022).

De esos 470 títulos, llaman la atención aquellos que hablan de cómo preparar pizzas, hamburguesas y cocteles.

Por ejemplo, hay dos ejemplares de “Cócteles”, de Jorge Arturo Kanashiro Castañeda (Barcelona: Lexus, 2019), donde se le promete al lector convertirse en un experto de mezclar de dos o más bebidas alcohólicas, con “la armonía perfecta del color, sabor y aroma”.

Uno de los libros con mayores ejemplares (cuatro) es “Tratado de Enología”, de José Hidalgo Togores, (Madrid, España: Mundi-Prensa, 2018), y de acuerdo con su descripción habla de las técnicas vitivinícolas españolas que van desde la maduración de la uva hasta la atención a maquinaria e instalaciones en la calidad de los vinos.

Un libro que poco tiene que ver con la cocina del maíz es “Pizzas, hamburguesas y nachos”, de Carla Bardi (Naucalpan de Juárez, Estado de México: Degustis, 2014), una guía para preparar “desde la pizza margarita y los calzoni napolitanos hasta las hamburguesas de queso y tocino y los nachos Tex-Mex” para “consentir a su familia y amigos”.

En el Cencalli se realizarían actividades educativas, artísticas, de investigación, divulgación y promoción de la cultura alimentaria”, especificaron las autoridades.

En el Cencalli se realizarían actividades educativas, artísticas, de investigación, divulgación y promoción de la cultura alimentaria”, especificaron las autoridades.

Otro ejemplo es “Colores creativos para decorar pasteles”, de Lindy Smith (Barcelona: Juventud, 2013), guía para “encontrar inspiración en los colores del mundo que te rodea, cómo alterar el tono, el tinte y la intensidad de los colorantes alimentarios en pasta comerciales”. De este título el Centro de Documentación tendrá dos ejemplares.

En el listado en poder de “Crónica”, también aparecen títulos para público infantil, es el caso de “Buenos modales en la mesa”, de Carrie Finn (Madrid: Cometa Roja, 2019) que en su descripción cuestiona “¿por qué hay que masticar con la boca cerrada?” y ofrece detalles de “cómo los buenos modales convierten las horas de las comidas en momentos agradables para todos”.

Otros libros se enfocan a dietas, por ejemplo, “La dieta del método ACN”, de Rodolfo Arruarana, (Ciudad de México: Producciones Sin Sentido Común: 2016) en el que su descripción se lee el siguiente mensaje: “si un hombre de 138 kilogramos perdió 55 con este tratamiento, ¡imagina qué puede hacer por ti!”.

LIBROS DE LA ERA CONACULTA.

Una parte de los 470 títulos que sí hablan de cocina ancestral mexicana y biodiversidad alimentaria fueron editados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, es decir, cuando esa dependencia aún no se transformaba en Secretaría de Cultura y cuando existía la Dirección General de Publicaciones (extinta por la actual administración).

Por ejemplo, en el centro de documentación en Los Pinos se podrá consultar “Recetario chocholteco de Oaxaca”, de Teresa Caltzontzin Andrade, “un trabajo de investigación sobre el municipio de Teotongo” en el que “analiza al grupo étnico chocholteco: ubicación geográfica, tecnología en la producción alimentaria, tecnología en la producción gastronómica, conocimiento y transmisión de saberes, historias de vida y descripción de comidas”.

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Otro título es “Voces y sabores de la cocina otomí de Querétaro”, de Héctor Latapí López, quien recopila recetas de la cocina tradicional de la zona de Villa del Progreso y Bernal, para la “preservación y difusión de la riqueza gastronómica de esta zona del semidesierto queretano”.

En el listado, también se mencionan libros editados por universidades como “Riqueza y color del maíz”, del agrónomo Cecilio Mota Cruz (Universidad Veracruzana: Fundación Dondé, 2021) quien detalla las características de 233 muestras de maíces recolectados, y “Mujeres construyendo un mundo”, de Rosa María Garza Marcué, (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, c2017) quien rescata las recetas del Convento de Santa Mónica en Puebla.

Otro libro que se enlista es “Entre nosotros y los otros”, de Dulce Espinosa de la Mora (Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de los Lagos, 2018), un estudio de la localidad de Llano del Higo, de la comunidad indígena de Jocotlán, en la costa sur de Jalisco, que “analiza la importancia del manejo de los recursos locales en la conformación de los sistemas alimentarios”.

Sin las recetas de Sor Juana

En una revisión de los 470 títulos que albergará el Centro de Documentación Guillermo Bonfil Batalla, no aparecen los clásicos de la cocina mexicana como “Libro de cocina Convento de San Jerónimo”, de Sor Juana Inés de la Cruz; y “El cocinero mexicano”, de autor desconocido pero impreso en 1831 en el país; el que sí aparece es “La cocina mexicana de Socorro y Fernando del Paso”, de Fernando del Paso.

De los libros editados por la actual administración de la Secretaría de Cultura sólo se menciona uno: “Cultura alimentaria hñähñu” (2021), de Edith Peña Sánchez.

Las editoriales que predominan en el listado son: Paraninfo con 58 títulos, Lexus con 51 ejemplares y Larousse con 46 títulos.