Cultura

“En la época prehispánica, los autores no firmaban sus obras, pero fueron artistas en todo el sentido de la palabra”

Laura Filloy Nadal, arqueóloga mexicana, participará como curadora asociada del Metropolitan Museum of Art NY, para renovar las salas que incluyen colecciones prehispánicas de América

Diseño esquemático 2019
Maqueta de la remodelación de las salas de la Galería Michael C. Rockefeller, en las que participará la arqueóloga mexicana. Maqueta de la remodelación de las salas de la Galería Michael C. Rockefeller, en las que participará la arqueóloga mexicana. (Cortesía)

Laura Filloy Nadal es la arqueóloga mexicana que fue contratada por el Metropolitan Museum of Art, Nueva York, como curadora asociada en el departamento de la Antigua América y desde el mes de febrero es una de las investigadoras que hace más visible las cerca de 6 mil piezas prehispánicas sobre el continente americano que resguarda dicho recinto.

“Estoy muy contenta, es una gran oportunidad. Llegué al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York con mucha energía y con mucho entusiasmo para participar y colaborar con un equipo grande de curaduría que trabaja en la renovación de las salas de la Galería Michael C. Rockefeller, donde se presenta el arte de África, América y Oceanía”, expresa en entrevista.

El Museo Metropolitano de Arte fue fundado en 1870 para el estudio, la conservación y disfrute del arte, por ello, resguarda colecciones que muestran 5 mil años de producción artística de la humanidad. En los años setenta del siglo pasado, tras un siglo de vida, el arte de América encontró su espacio, al crearse el Ala Michael C. Rockefeller con colecciones de África, América y Oceanía, salas que se inauguraron en 1982.

“Fue algo revolucionario para esa época. El público lo recibió bien, pero en estos últimos 40 años ha habido grandes avances en la investigación arqueológica y de la historia del arte, se ha profundizado en el conocimiento de las civilizaciones de la América precolombina. En ese marco, se actualizarán los contenidos para favorecer el diálogo entre las piezas de las distintas culturas de esta región geográfica”, indica.

MODERNIZACIÓN.

Filloy Nadal comenta que se modificará toda el Ala Michael C. Rockefeller que abarca casi cuatro mil metros cuadrados.

“Por primera ocasión, la zona dedicada al arte de América estará colocada en la galería que da al parque, habrá un ingreso de luz que cambiará significativamente la manera en la que apreciamos las obras precolombinas. Anteriormente, las piezas estaban en una galería interna sin ventanas, de techo bajo”, narra.

El cambio de guion también permitirá un diálogo entre los objetos, añade. “Por ejemplo, de Mesoamérica con Centroamérica y de Centroamérica con Sudamérica para que el público pueda entender las conexiones que existían entre las culturas prehispánicas que habitaban en este extenso continente”.

La intención es enfatizar la historia de estos objetos y su contexto, afirma la arqueóloga. “No sólo como producción artística, sino también pensar un poco en los artistas del pasado, darles su voz, lanzarlos hacia el presente y que la gente pueda admirarlos”.

Para la época prehispánica no existen firmas de los autores en sus obras, pero la curadora asociada sabe que fueron producidas por artistas en todo el sentido de esta palabra. “Queremos mostrar que hay producción de objetos de una calidad estética increíble, que reflejan las ideas y el pensamiento de sus creadores”.

PIEZAS DESLUMBRANTES.

Otro interés de Filloy Nadal es pensar en las tradiciones duraderas, es decir, la continuidad indígena a través de la producción de piezas. “Se buscará incluir esta perspectiva indígena actual en el discurso de la nueva galería”.

“Vamos a presentar piezas en vitrinas individuales para que puedan observarse como piezas que se distinguen por alguna cuestión técnica, artística, estética. Otras estarán en conjuntos para que el público pueda ver diferencias y similitudes”, añade.

Una pieza que detalla la investigadora es una máscara olmeca de jade azul que tiene una “talla impresionante y una gran técnica. Realizaron con tanto detalle el rostro, de manera naturalista y agregando algunos rasgos felinos, que casi puedes verlo hablar, expresarse”.

También destaca una estela maya que proviene de Guatemala y que abre una ventana de conocimiento hacia la vida de las cortes mayas, así como una figurilla de época Teotihuacana que proviene de un sitio en Guatemala. De ésta última comenta:

“No sabemos si son objetos que fueron hechos en Teotihuacán y después llevados a un sitio de influencia teotihuacana o si son de producción local con todos los elementos teotihuacanos”, indica.

Hay una pequeña escultura de cerámica que proviene de un sitio en la región del Pacífico de Guatemala y que es una verdadera sorpresa, agrega. “Es una figura humana a la que se le quita la parte frontal del torso y tiene una serie de elementos iconográficos guardados en su interior, es una figurilla huésped interesante. Es posible que la pieza se mostraba abierta durante el uso ritual”.

Estas obras que detalla la arqueóloga se exhibirán en el nuevo guion curatorial del Ala Michael C. Rockefeller.

“Habrá muchas piezas que ya han sido vistas, otras que son menos conocidas y que han participado en exposiciones temporales o simplemente ahora encontrarán su lugar en este nuevo espacio discursivo que estamos creando”, afirma.

LENGUAJE MULTIMEDIA.

Una idea que impulsará la especialista es para el caso de los relieves mayas que resguarda el museo y se incluya un recurso multimedia para acercar al público a los detalles que tienen estas estelas.

“A veces las escenas son difíciles de entender si uno no conoce ni la estética ni la iconografía maya. Hemos pensado en la posibilidad de presentar algún recuso multimedia a un lado de la pieza donde se vayan señalando y explicando los distintos elementos que componen al relieve. Buscamos que el público pueda ver estos mismos ornamentos o divisas semejantes en otras piezas y que estarán en las vitrinas cercanas. Por ejemplo, señalar algún ornamento específico en la estela y que el público pueda ver unas orejeras, pendientes o cetros similares en las vitrinas contiguas”, comparte.

EXPOSICIÓN MAYA.

Además de la renovación de las salas de la Galería Michael C. Rockefeller, Filloy Nadal participa en la curaduría de una exposición temporal sobre la vida de las divinidades mayas, donde habrá piezas prestadas de México, Guatemala y Honduras. Ella recientemente se ha integrado al proyecto donde trabaja con Joanne Pillsbury, curadora del Museo Metropolitano de Arte y Oswaldo Chinchilla, arqueólogo guatemalteco de la Universidad de Yale.

“Me interesó desde el principio poder desarrollar nuevas formas para involucrar al público en la manera de mirar el arte de la América precolombina y pensar, por ejemplo, en una audiencia que quizás no se acerca tanto a un museo de arte y que vive en el área: pienso específicamente en la gran comunidad de migrantes de países latinoamericanos que viven aquí en la ciudad de Nueva York, el gran Manhattan y Nueva Jersey”, destaca.

Filloy tratará de acercar a las comunidades hablantes de cualquier lengua maya y español, y capturar su interés en esta magna exposición.

“Son más de 3 millones de hablantes que vienen de comunidades mayas de México y Centroamérica, buscaremos la manera de que se interesen, quieran venir y puedan mirar de otra manera estos objetos. Para mí es importante ubicar cada una de las comunidades significantes para cada una de estas piezas y tratar de que puedan verlas y relacionarse con ellas de alguna manera”.

La arqueóloga expresa que ser curadora asociada significa un nuevo mundo de retos, entre ellos, formar redes de conocimiento con sus colegas curadores y con investigadores el resto del continente para integrarlos en el estudio de las colecciones del Metropolitan.

Lazos museísticos

Laura Filloy Nadal tuvo la oportunidad de trabajar con el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York anteriormente, en 2018.

“Fue gracias a una magnífica iniciativa promovida por la curadora de la colección de América, la doctora Joanne Pillsbury, quien organizó junto con Kim Richter del Getty Institute, una exposición enorme y preciosa sobre los distintos reinos de las américas que tuvo por título Golden Kingdom. Luxury Arts in the Ancient America. En esta exposición tuvimos la suerte de colaborar varios colegas del INAH y de otras instituciones de América. En aquel momento, nos integramos a la concepción y discusión de los contenidos como un gran equipo curatorial”, recuerda.

La exposición se presentó primero en el Getty Museum, en Los Ángeles, y después llegó al Metropolitan. “Entonces, la colaboración con la doctora Pillsbury lleva ya varios años”, comenta.

También en el camino, hemos estado intercambiando ideas sobre algunos de los objetos que integran la colección del Metropolitan Museum of Art. Las relaciones académicas entre el MET y los investigadores del INAH, sus museos y los diversos proyectos arqueológicos de México siempre ha sido fuerte y muy nutrida. Trabajaremos con entusiasmo para refrendar estos lazos”, agrega.

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