
A la poesía no se le impone un ritmo, las personas somos un cubito de prosa que completamos panoramas culturales, y dejar que los niños lean lo que les llame la atención, aunque no lo comprendan, fueron algunas ideas que expresó la poeta uruguaya y Premio Cervantes 2018, Ida Vitale (Montevideo, 1923) en el primer día de la VI Feria Internacional del libro de las universitarias y los universitarios (Filuni).
A sus 100 años de vida, con buen humor y recordando las experiencias que tuvo en México y durante su infancia, la autora de “Reducción del infinito” y “Sueños de la constancia” leyó algunos poemas acompañada del poeta español Luis García Montero y la funcionaria Rosa Beltrán.
“Cuando llego de vuelta a México realmente lo que hecho o no he hecho me importa poco, he vuelto a recuperar años muy felices y no sólo porque me iba de un país que no estaba en muy buenas condiciones políticas, sino porque llegué a descubrir una maravilla a la que me habían hecho camino, a la que me habían acercado, ese lujo de literatura que es la literatura mexicana”, mencionó.
Ida Vitale expresó que Uruguay es un país chiquito y por eso tenía que comparar todo el tiempo su "historia cortita, prolija, limpia, cuidada, pero poca" con la de México.
"México era todo, la historia Historia y la otra historia que no aparece la organizada en los libros y que es básica, una historia cultural sorprendente. Todo aquello implicaba un cambio y fue un choque maravilloso, pero definitivo", dijo.
La escritora indicó que ese choque no significó una catástrofe. "No, fue un choque astral".
La Premio Reina Sofía 2015 reconoció que Uruguay siempre estuvo abierto a lo mejor del mundo y es algo que agradece.
"Siempre hay cosas que uno no agradece en el propio país, pero sí, sin duda lo agradecí, que Uruguay supiera sus medidas y atendiera, casi diría muerto de hambre, a lo que era el mundo", comentó.
Ida Vitale recordó que tuvo la suerte de tener buenos profesores, es decir, que no le dieran una vida restringida, además dijo que le importa la prosa.
"Me llevo más o menos bien con la poesía. La prosa me plantea dificultades más que la poesía. La poesía es cosa de ritmo, de buen o mal gusto, la prosa es todo, creo que todos vamos por el mundo destinados a ser un cubito de prosa que queda ahí para siempre, completando los grandes panoramas culturales que a veces nos superan", dijo.
Antes de leer el poema Obligaciones diarias, la autora hizo una pausa para decir que a veces existe la idea de que el poeta vuela, se aparta de las cosas terrenas. "Qué disparate", exclamó.
Vitale mencionó que a veces en su casa se leía literatura aburrida, pero hubo lecturas que la llevaron a descubrir cosas no adecuadas para su edad.
"A las mamás presentes con niños en edad de ser estropeados les sugiero que dejen que lean, que elijan cosas que no sean para ellos, no hay nada más necesario que leer cosas que uno no entiende, los niños no son tan tontos, saben cuándo hay una frontera, creo que no hay que prohibirles nada", recomendó.
El poeta Luis García Montero recordó que cuando Vitale leyó un poema de Gabriela Mistral, la uruguaya no entendió nada y por eso le gustaron mucho esos versos.
"Sentí que había algo que de alguna manera marcaba un límite, no hay nada más tentador que un límite y me puse a leer cosas que no siempre entendía", indicó la autora.
Había una época en la que coleccionaba palabras raras, agregó.
"A veces me llegaba la duda de que la pregunta del significado de esas palabras podía implicar complicaciones porque veía la cara del preguntado que decía: ahora cómo me salgo de esto. Así aprendí a pasar discretamente al diccionario y después encontré que el diccionario me instruía de un montón de cosas que nadie hablaba", dijo.
Algunos poemas que leyó Vitale fueron: La palabra, Recreativa, Trabajar la tierra y Este mundo.
Finalmente, García Montero mencionó que la poética de Vitale parte de que las cosas cambian, que hay movimiento en la realidad.
“Su poesía es una forma de conocimiento que se pregunta constantemente qué cabe en las palabras, qué puede caber en la palabra primavera, otoño u hoy, la poesía es un dialogo con las palabras, con lo que se va, lo que permanece y lo que cambia”, indicó.
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