
"Soy muy consciente de que nunca voy a vender tantos libros como los que vendí con “La chica del tren”, personalmente quiero sentir que mi forma de escribir mejora, que la recepción ante los críticos es mejor", comenta la autora Paula Hawkins sobre su reciente libro “A fuego lento” (Planeta, 2021).
La escritora señala que las críticas a su anterior libro, “Escrito en el agua”, no fueron favorables en Reino Unido, mientras que ahora la gente parece pensar que lo ha hecho mejor. “No tengo métrica para el éxito, es difícil establecerlo, pero quiero seguir contando las historias que me interesan, inventando personajes que creo que a mis lectores les interesan”.
En conversación con los medios, la escritora explica que los personajes llegan antes que la historia. Para esta novela, se basó en personajes que le hicieron cuestionarse cómo cambia la vida de una persona a partir de ciertos traumas. “Pensaba en esos desafíos de vivir en un mundo que no te entiende y por qué te comportas como lo haces: alguien más me había contado sobre una mujer que había tenido un accidente y había tenido cambios en su comportamiento; otro personaje empezó cuando leí el caso de una mujer joven que estuvo en contacto con un asesino en serie, pero se salvó, yo me preguntaba qué te va a hacer eso en la vida y cómo va cambiar la persona que eres”.
La historia cuenta el descubrimiento de un joven asesinado brutalmente en una casa flotante de Londres, el cual desencadena sospechas sobre tres mujeres: Laura, chica conflictiva que quedó con la víctima la noche en que murió; Carla, aun de luto por la muerte de un familiar, además de ser la tía del joven; y Miriam, la indiscreta vecina que oculta información sobre el caso a la policía.
Las tres conforman un elenco de mujeres que se encuentran en distintas etapas de sus vidas y que tienen distintas conexiones con la víctima.
“Creo que es importante entender de dónde vienen y qué están intentando proteger para analizarlas y entender cómo van a ser cuando llegue la policía tocando a sus puertas, ¿qué van a contar o decir?”, sugiere la autora.
VENGANZA Y PERDÓN.
Si bien la intención de Paula Hawkins al escribir es simplemente contar una historia, concede que ciertos temas permean en su escritura. En esta ocasión, sus personajes viven con un resentimiento que de forma consciente o inconsciente desean reparar.
“Estas mujeres en particular están esperando hacer justicia por sus propias manos, lo cual es muy interesante porque te vas enterando conforme las vas conociendo y descubriendo lo que están ocultando”.
Agrega que así como la respuesta al trauma varía de una persona a otra, a través de esta novela ella quería preguntarse sobre la utilidad que pueden tener la venganza o el perdón. “En cómo termina la novela, la venganza definitivamente no ayuda, pero ¿el perdón ayuda? Es lo que estoy intentando cuestionarme. Hay casos incluso en los que creo que no vale la pena y nadie puede llegar a ser tan generoso”, considera.
También apunta haber reflexionado sobre la justicia – qué es y si la gente recibe lo que merece- así como quiénes cuentan la historia y el derecho que tienen a hacerlo.
Por otra parte, opina que mucho de su formación periodística ha influido en la manera que aborda la escritura. “Hay muchas cosas que, como periodista ayudan bastante: eres bueno para editar lo que vas escribiendo, tienes una forma directa de llegar a la historia, pero también escuchamos de forma diferente lo que la gente nos cuenta y, sobre todo, lo que no nos cuentan. Como periodista estuve en finanzas, no en crimen, pero hay muchas cualidades que traje del periodismo a la escritura”
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